CUANDO
MARÍA DETUVO LA GUERRA E IMPUSO LA PAZ
Costanza
Signorelli
La Bussola
Quotidiana, 21.III.2022
¡Hay que ver las cosas que pasan!... Y también (y sobre todo) las que quedan. Las que pasan llevando consigo una carga -hoy débil, mañana quizás muy fuerte- de permanencia, interesan a este blog. Esas "cosas que quedan" se expresan en canciones, poemas, testimonios y comentarios. Su común denominador se llama belleza, sentido común, esperanza, fidelidad... Las "cosas que pasan" siguen de largo; las otras son las que interesan aquí.
CUANDO
MARÍA DETUVO LA GUERRA E IMPUSO LA PAZ
Costanza
Signorelli
La Bussola
Quotidiana, 21.III.2022
Lo que está pasando en Ucrania es aterrador, basta con mirar algunos de los innumerables videos y escuchar testimonios. Es necesario rezar por el don de la paz.
"Desnazificar" Ucrania: este es el motivo invocado por el presidente ruso para justificar la invasión. Y me preguntaba: ¿qué quiere decir "desnazificar"? Escribí entonces al embajador de la Federacion Rusa en nuestro país, Andrey Budaev, pdiéndole una explicación. Amablemente, esta mañana me ha enviado el texto que ahora transcribo. (Es mío el link a Stepán Bandera). No obstante, es elemental preguntarse: ¿el fin justifica los medios?
SOBRE
LA DESNAZIFICACIÓN DE UCRANIA
El 24 de febrero Rusia lanzó
una operación militar especial en Ucrania después de que las autoridades de las
Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk pidieron ayuda para repeler la agresión
de Kiev (de acuerdo con los datos de la ONU en los últimos 8 años fallecieron
14 mil habitantes de estas republicas). En su declaración el presidente ruso
Vladimir Putin dijo que esta operación tenía como objetivo la desmilitarización
y desnazificación de este país.
Cabe recordar que, tras el
final de la Segunda Guerra Mundial, la URSS y los países aliados pusieron en
marcha un programa de desnazificación en Europa, destinado a liberar a las
estructuras políticas alemanas y austriacas, a las organizaciones públicas y
culturales y a los medios de comunicación de su ideología nazi. Se adoptaron
medidas similares en los países que habían estado bajo ocupación alemana. El
programa culminó con la detención y el juicio de los miembros del partido nazi
y la destrucción de los símbolos físicos del régimen nazi.
En el contexto actual, la
desmilitarización de Ucrania se refiere a la neutralización de su potencial
militar, alimentado recientemente desde el exterior. El proceso de la desnazificación
es un conjunto de medidas cuyo objetivo es liberar a la sociedad ucraniana de
la ideología nazi y el miedo de la gente común de los actos agresivos de los
nacionalistas ucranianos – los banderistas.
Muchos ucranianos simplemente
tienen miedo de expresar todo su rechazo a los nazis por temor por su vida y
salud. También cabe mencionar que la política del actual gobierno de Kiev de
glorificar a los nazis y a sus colaboradores ya hace tiempo alcanzó el nivel
estatal en Ucrania. Varios políticos y periódicos occidentales pronuncian el
eslogan "¡Gloria a Ucrania!" como si no supieran su vínculo con los
banderistas y otros colaboradores de los nazis. Y si alguien duda la esencia de
este lema, basta con recordar que fue introducido en la Organización de
Nacionalistas Ucranianos (OUN*) en los años 1920 por una asociación con el
nombre notable: la Unión de Fascistas Ucranianos. Ahora, el eslogan de los
nazis ucranianos es el eslogan de las fuerzas armadas ucranianas, es decir, a
nivel oficial el ejército ucraniano ha asumido el papel de sucesor histórico de
los nazis.
Cabe señalar que el proceso de
nazificación en Ucrania había comenzado incluso antes de que Ucrania declarara
su independencia. En algunas ciudades del oeste de Ucrania, antes del colapso
oficial de la URSS aparecieron las primeras calles que llevaban el nombre del
líder de la OUN y partidario de los métodos terroristas Stepán Bandera. Uno de
los partidos de actualidad más antiguos de Ucrania es Svoboda, que se registró
como Partido Social Nacional en 1991. Al principio iba a llamarse Partido
Nacional Social, pero se le amenazó con denegar el registro porque era una
referencia demasiado obvia al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP)
de Hítler.
Por desgracia, la banderización
de Ucrania ha alcanzado dimensiones colosales en todos los aspectos, desde los
manuales escolares hasta los códigos de conducta. Se ha arraigado en la
ideología y los símbolos del estado. La imponen los medios de comunicación y
los políticos. En consecuencia, la desbanderización y desnazificación de este
estado se convirtió en un problema urgente hace una década y media, cuando
empezaron a emitir decretos presidenciales sobre la glorificación de los
líderes de la colaboración con los nazis. Tras el golpe de Estado de 2014,
estos procesos no solo se aceleraron, sino se convirtieron en una avalancha,
acompañada de una descarada rusofobia. En aquel entonces los eslóganes
"¡Moskals* a cuchillo!" se convirtieron en algo habitual en las
marchas de antorchas banderistas. Y ahora han sido sustituidos por llamamientos
a "masacrar a los rusos". Pero la comunidad occidental trata de hacer
caso omiso incluso de estos llamamientos abiertos al genocidio por motivos
étnicos, a pesar de que nuestros representantes los citan desde la tribuna de
la ONU.
Los políticos occidentales
demuestran a su auditorio que en Ucrania no hay nazismo ni genocidio y que, por tanto, este país no necesita desnazificación. Y
simplemente les piden que ignoren los hechos que indiquen lo contrario. Incluso
en estos días los nacionalistas y mercenarios ucranianos recurren a tácticas de
los nazis en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, usando a los civiles
como escudo humano. Cuando termine la operación en Donbás, comenzará un proceso
difícil: la exhumación e identificación de los cuerpos de las fosas comunes de
los lugares donde los notorios batallones Azov y Sector Derecho* tuvieron su
base durante ocho años. Pero ya sabemos de antemano la reacción del Occidente
colectivo: volverá a pedir a su sociedad que dé la espalda a esta evidencia de
las atrocidades de los nazis ucranianos, que no le haga caso o la ignore. La
desmilitarización y la desnazificación del actual gobierno ucraniano redundan
en beneficio de la inmensa mayoría de la población ucraniana (ucranianos,
rusos, judíos, armenios, georgianos, griegos, etc.), que se ha convertido en
rehén de la criminal ideología nazi y de sus rabiosos partidarios. Todas las
personas razonables del planeta deberían interesarse por esto, porque el
régimen nazi militante de Ucrania supone una amenaza no sólo para Rusia, sino
también para muchos países europeos. Desgraciadamente, muchas personas aún no
comprenden esto.