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miércoles, 29 de diciembre de 2021

AÑO NUEVO, LUCHA NUEVA

El 31 de diciembre de hace tres años, en este mismo blog, publiqué el comentario que ahora reproduzco. No es por la comodidad de que "como de algo hay que escribir"..., sino que sigo pensando lo mismo que en el final del 2018: Dios y el mundo esperan de mí una lucha nueva. ¡Sí, Dios y el mundo!, sin exageración alguna.   



Estamos despidiendo un año y van y vienen llamadas, mensajes de whatsapp, correos… No son de despedida, sino de esperanza: ¿no es una muestra de esperanza, el hecho de que nos deseemos felicidades para el año que está sin estrenar? Yo me lo figuro como una agenda en blanco, con 365 páginas para escribir en ellas las alegrías, los trabajos, las dificultades, los buenos momentos, las sorpresas y los sinsabores de un nuevo año. Todo esto junto compondrá el año que está llegando, porque es la vida de cada uno la que está aliñada con esos ingredientes.


Llega el fin del año y quiero actualizar un particular recuerdo de san Josemaría. Terminaba 1971 y, haciendo un balance de lo hecho en ese año; (creo que lo hacemos todos, serenamente, en la presencia de Dios, qué hice bien, qué hice mal, por qué…) san Josemaría, aquel 31 de diciembre, después de ese examen le dijo a don Álvaro, el beato Álvaro del Portillo, que quería confesarse: no hay mejor manera de acabar el año, tomemos nota. Después, redactó un propósito para el año siguiente: AÑO NUEVO, LUCHA NUEVA. No es año nuevo vida nueva, sino lucha nueva, es decir, decisión enamorada de pelearla, de superarse ganándole batallas al propio yo, por amor a Dios. Y añadió aquel 31 de diciembre de 1971, con firme convicción: "Éste es nuestro destino en la tierra: luchar por amor hasta el último instante. Deo gratias!"

Pienso que es un propósito muy bueno, si tratamos de puntualizar la lucha nueva en el empeño por cultivar las virtudes domésticas. Por ejemplo: pedir por favor, dar las gracias, sonreír, anotar los encargos para no olvidarse, ofrecerse, ser más ordenado/a, silenciar lo negativo, destacar lo positivo, adelantarse en servir… Todo esto es lucha nueva. Y, como no sabemos cuándo nos llamará Dios a su presencia, sentir el deber de aprovechar el tiempo. 

Escribió también san Josemaría:  "El tiempo es un tesoro que se va, que se escapa, que discurre por nuestras manos como el agua por las peñas altas. Ayer pasó, y el hoy está pasando. Mañana será pronto otro ayer. La duración de una vida es muy corta. Pero, ¡cuánto puede realizarse en este pequeño espacio, por amor de Dios!

De manera que AÑO NUEVO, LUCHA NUEVA. La deseo para todos, confiando por completo en la ayuda que nos va a dar la Santísima Virgen. El 1º de enero empezaremos el año celebrando su divina maternidad. Entonces…

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