“Tan pronto como brilla la hija de la mañana, la Aurora de rosados dedos, el noble hijo de Ulises abandona su lecho y se viste”
La hija de la mañana, venerado Homero, también luce en el atardecer. Lo comprobé el 13 de junio de 2013, cuando alcanzaba la ruta 5 viniendo desde Aiguá. Me quedé estupefacto: ¿cómo era posible tanta belleza? ¡Qué regalo! Después de capturarlo con la máquina, seguí hasta Minas -llegué de noche- agradeciendo, agradeciendo: no soy "el noble hijo de Ulises"; soy un hijo de Dios que no termina de asombrarse por las cosas que su Padre le prepara.
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