No sé los nombres de estos chicos, tampoco
el de la mujer pescadora. Estoy tan arrepentido… Saqué las fotos el 18 de julio
de 2007, en Santa Lucía del Este. Absorbía mi atención la máquina de fotos, que
estaba estrenando. Después te das cuenta de que, inmensamente más que cualquier
máquina, lo importante son las personas y, sobre todo, los niños: darles conversación,
preguntarles sus nombres, hacerles una broma… Como dijo, exactamente, Susanna
Tamaro: “Sólo al envejecer nos
damos cuenta de la gravedad de ciertas palabras, y todo lo que nos hemos
perdido —por superficialidad, por egoísmo, por prisa— pesa sobre nuestro
corazón, pero el tiempo ya habrá pasado y no vuelve atrás”. Bien, pero gracias a Dios se puede
volver a empezar todos los días.
¡Hay que ver las cosas que pasan!... Y también (y sobre todo) las que quedan. Las que pasan llevando consigo una carga -hoy débil, mañana quizás muy fuerte- de permanencia, interesan a este blog. Esas "cosas que quedan" se expresan en canciones, poemas, testimonios y comentarios. Su común denominador se llama belleza, sentido común, esperanza, fidelidad... Las "cosas que pasan" siguen de largo; las otras son las que interesan aquí.
sábado, 20 de marzo de 2021
FOTOS ARREPENTIDAS
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