Entre rejas lo encontré, en la puerta de entrada de una casa, en la calle Pedro Campbell. Imperturbable: ni un ladrido, ni un solo movimiento, ni siquiera cuando puse mi celular a pocos centímetros de su cabezota para sacarle la foto. Su mirada dice... ¡tantas cosas! Creo que es un perro filósofo. Yo lo llamaría Platón, la verdad: sí, creo que sería su nombre exacto. Si pudiera hablar... ¡qué parrafadas tendríamos! Y seguro que aprendería mucho de él, no hay más que mirarlo.
1 comentario:
Un espectáculo, la foto y el pie, gracias por compartir
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