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viernes, 1 de mayo de 2020

1º DE MAYO EN NUEVA NORMALIDAD

El 1º de mayo me gusta celebrar a José, el esposo de María, que le enseñó a trabajar a Jesús, el hijo de Dios encarnado. José, “tektón”, constructor, como lo llama san Lucas, era un trabajador especializado: en su taller hacía arados y yugos, dice san Justino, pariente suyo. Y, como experto de pueblo chico (¡cuánto valen estos hombres!) haría muchas cosas más.

Imaginar a José pidiéndole a Jesús que vaya al campo a probar el yugo recién terminado… y a Jesús obedeciendo enseguida y dándole su opinión… ¿cómo decirlo? Me conmueve, la verdad sea dicha.

Difícil esta “nueva normalidad” que agarra a tanta gente sin saber qué pasará con su trabajo… José vivió esta inseguridad: debió escapar a Egipto (con expresión preocupada lo pintó Murillo, con toda razón) y abrirse camino en ese país extraño... Años más tarde volvió a Nazaret y vuelta a empezar... 



Nada le fue fácil, pero disfrutó de la vida de familia con Jesús y María. Le pido a san José que despierte en los corazones de todos, sentimientos de serenidad y solidaridad, de desprendimiento, de misericordia, de humanidad, de magnanimidad. Y mucha fe en su intercesión delante de Dios: ¡San José, campeón, ayúdanos!





           

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