¡Buenos días, amigos! De Lunes
a Sábados envío un audio por Whatsapp. Esta es la transcripción del primero de
este año 2019.
Espero que hayan empezado bien
el año 2019. No me refiero, claro está, a la cena, al sueño o a la resaca,
etcétera. Quiero decir, si tenemos presente el lema que proponía en el último
del año viejo: AÑO NUEVO, LUCHA NUEVA. Es decir, si empezamos este año tratando
de concretar esa lucha nueva, si hay propósitos y realidades de lucha.
Les cuento, por mi
parte, que hoy empecé bien. Me había propuesto mover el esqueleto caminando un
poco (es importante hacer ejercicio, cada uno según la edad que tiene y sus
circunstancias) y lo conseguí: de siete
menos cuarto a siete y cuarto estuve caminando rápido por un corredor que está
a la salida de Minas; lloviznaba, pero era lo de menos. Hay un refrán en Italia
que dice así: «Quando il corpo sta
bene, l’anima balla –Cuando el cuerpo está bien, el alma baila». La
primera vez que san Josemaría oyó este proverbio no le gustó: él había conocido
a muchas personas que, aun en medio de un gran sufrimiento físico, estaban
llenas de alegría y de paz: «el cuerpo está bien –aunque esté enfermo– y el alma
baila, si se tiene sentido sobre la vida sobrenatural», decía en una ocasión. Más
tarde, sin embargo, llegó a apreciar la sabiduría que recoge este refrán: el ser
humano es, inseparablemente, cuerpo y espíritu; y, lo mismo que el espíritu,
según sea su ánimo, puede remolcar el cuerpo o abatirlo, el cuerpo puede ser el
que refleja el espíritu cuando está sano, pero también puede ser sordina,
cuando la salud se quiebra.
Estábamos
entonces en el propósito: AÑO NUEVO, LUCHA NUEVA. Y me acuerdo de algo que
escribió también san Josemaría en una de sus homilías: “El fuego del amor de Dios necesita ser alimentando, crecer cada día,
arraigándose en el alma; y el fuego se
mantiene vivo, quemando cosas nuevas”. Esto es así, tanto en el amor de
Dios como en el amor humano. El fuego se
mantiene vivo, quemando cosas nuevas, que muy bien pueden ser cosas viejas,
que se hacen nuevas precisamente por el amor que se pone en ellas.
Por
ejemplo: la esposa le dice al marido, con el que lleva casada 23 años. - - Antes
tú me decías muchas veces que me querías… Posible reacción de él: - Bueno, no
hace falta que te lo esté diciendo todo el día… MAL. ¿No ves que es un modo de
decirte que extraña algo importante para ella? ¿No es más fácil reconocer que
tiene razón y empezar de nuevo. El fuego
se mantiene vivo, quemando cosas nuevas”. O uno se da cuenta de que está
siendo egoísta, que antes no era así, y se propone una lucha nueva para ir
avanzando en generosidad, a lo mejor como hace años lo hacía y ahora ve que es
por ahí por donde tiene que ir, haciendo nueva, por amor a Dios su lucha vieja.
Los
dejo por hoy. Que la Virgen Santísima los acompañe a lo largo de cada uno de
los días de este año.
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