Ayer, mientras pensaba en lo
que quería decir Juan Pablo II cuando hablaba de la nueva evangelización, que debía ser nueva en su ardor y también nueva
en sus métodos y en su expresión, me vinieron al recuerdo Los Cinco Latinos. (Para los más jóvenes
les cuento que este grupo de roch’n roll nació en 1957 en Argentina, fueron los
primeros en cantar rock en español y llegaron a tener fama mundial).
Me vinieron ellos al recuerdo,
pero de modo articular, la única mujer que formaba parte del grupo: Estela
Raval. ¿Saben por qué? Porque, a mi modo de ver, era la que más trabajaba:
llevaba literalmente “la voz cantante” en cada interpretación; los otros cuatro
la acompañaban con su tutú-tuá, pero
el “gasto” lo hacía ella. Nunca me pareció justo, la verdad.
Este recuerdo de la juventud
se me despertó al leer lo que nos decía Juan Pablo II en Salto. Después de
hablarnos sobre la evangelización nueva en su ardor, añadió: La evangelización será “nueva en sus
métodos” si cada uno de los miembros de
la Iglesia se hace protagonista de la difusión
del mensaje de Cristo.
“Cada uno”, los cinco tienen que
cantar, y no sólo acompañar.
Y fíjense en qué se apoyaba el Papa para pedirnos ser
protagonistas en el apostolado: nada menos que en el profeta Isaías, cuyas
palabras se las había apropiado Jesús la primera vez que fue a la sinagoga de
Nazaret: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor... me ha enviado
para dar la Buena Noticia” (Is 61,
1). Explicó el Papa: cada cristiano, cada uno de
vosotros puede repetir estas palabras del profeta. Cada uno puede escuchar también, como dirigidas a él,
las palabras que Cristo decía a los Apóstoles poco antes de la Ascensión: “Id por todo el mundo y proclamad la Buena
Nueva a toda la creación” (Mc 16,
15).
Continuó recordándonos lo que enseña el "Decreto sobre el
apostolado de los laicos": “Todos los
fieles” –os digo con palabras del Concilio Vaticano II– “tienen el deber de
hacer apostolado, según su condición y capacidad” (AA, 6).
Yo no digo nada hoy. Todo fue dicho por el Santo Padre: La
evangelización es tarea de todos los miembros de la Iglesia. Todos los fieles, bajo la guía de sus Pastores, han de ser
verdaderos apóstoles.
Remató la explicación de la evangelización “nueva en sus métodos”,
diciéndonos: “Se trata de un apostolado
que está al alcance de todos los
cristianos en su entorno familiar, laboral y social. Es un apostolado que
tiene como principio imprescindible el buen ejemplo en la conducta diaria – a
pesar de las propias limitaciones personales – y que debe continuarse con la palabra, cada uno de acuerdo con su
situación en la vida privada y en la vida pública”. Dar buen ejemplo y
hablar, hablar, hablar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario