Nos encontramos por primera
vez en el año 2018. Les cuento que estuve pensando en estos días por dónde ir en
nuestros encuentros diarios (estos textos, primero los envío por audio). Barajé
algunas opciones, teniendo presentes los temas que algunos de ustedes me
pidieron el año pasado. La verdad es que tenía un pensamiento de fondo: si no
hacemos algo, algo ilusionante, duradero, sacrificado, “estaremos o ya estamos
en el horno”.
Consulté esta expresión con el Doctor Google, que sabe bastante de todo, y me dijo: Se
usa cuando existe un cierto problema que hay
que afrontar por negligencia u olvido propio y se sabe que uno va a ser
recriminado o amonestado. O en el caso de no poder evitar que ocurra algo
negativo, los uruguayos y los argentinos dicen “estar en el horno”.
Una vez
aclarada la expresión, lo cierto es que vivimos bajo la “dictadura del
relativismo”, como definió Benedicto XVI el tiempo cultural que nos ha tocado.
Es un tiempo que recuerda al de los primeros momentos del cristianismo, cuando
la autoridad del Estado toleraba absolutamente todo, excepto a los que no
estaban dispuestos a tolerarlo todo.
Bueno, de nosotros depende,
con la gracia de Dios que nunca falta, “estar en el horno” o salir de él. Dicho
de otra manera, más positiva y siguiendo la primera encíclica del Papa
Francisco, el nuevo año, pensaba, debería ser el año de “ponerse la camiseta”,
no sólo la celeste en Rusia, sino para dar a conocer “la alegría del Evangelio”,
“Evangelii gaudium”.
Esto estaba pensando, cuando
caí en la cuenta de un aniversario más que importante: en el 2018 se cumplen 30
años desde que estuvo entre nosotros el gran Papa San Juan Pablo II Magno. No
se me olvida aquella vez, unos meses después de su visita, yo iba por la ruta 5
y un policía me paró en la carretera, y me pidió si lo podía acercar a
Montevideo. Nos pusimos a conversar, me dijo que era de Florida, que se llamaba
Cono, claro está, y exclamó: - Yo pienso… A Florida nunca viene nadie, ¡y vino
el Papa!
Bueno, vino el Papa santo y
nos dejó un tesoro fantástico que es necesario redescubrir. En concreto, fue en
Salto, en su último encuentro con los uruguayos, cuando Juan Pablo II explicó
detenidamente qué quiso decir al convocar a toda la Iglesia, y en particular a
la Iglesia en Latinoamérica, a realizar una “nueva evangelización” que había
calificado de tres maneras: nueva en su
ardor; nueva en sus métodos; nueva en su expresión.
¿Qué quiere decir esto, que
consecuencias trae? Lo iremos viendo.
1 comentario:
Estimado Monseñor Jaime Fuentes ,
Si es verdad "estamos en el horno" porque la dictadura del relativismo de que hablaba San Juan Pablo II, es una realidad. Para muestra basta un botón. La perspectiva de género (eufemismo de "ideología de género") se ha impuesto en todos los estamentos de nuestra sociedad. En particular en la enseñanza, ya que su máxima ideóloga Shulamith Firestone, en su libro escrito en 1970: “La dialéctica del sexo`. En defensa de la revolución feminista, Ed. Kairós, Barcelona. 1976”, enseña que se debe "deconstruir" en la cabezita de los niños los preconceptos que el sistema patriarcal ha impuesto. Los hechos de pública notoriedad acontecidos en la enseñanza publica el año que dejamos son prueba viva de que los agentes del relativismo están vivos y gozan de buena salud.
El otro baluarte que quieren consquistar (para destruir) es LA FAMILIA. Firestone dice: "La revolución de las mujeres para controlar los medios de reproducción es paralela a la revolución del proletariado para controlar los medios de producción, y hoy es técnicamente posible: la píldora, el aborto, la reproducción asistida, etc." (sic). Esto lo proclamaba en 1970 y ha pasado mucha agua bajo el puente. Hoy en nuestro país existe un proyecto de "Ley Integral para Personas Trans" con casi 100 artículos que entre otras cosas preve que los niños (si NIÑOS) puedan acudir a un defensor de oficio para apelar frente a un juez si quieren cambiar de sexo y los padres se oponen!!! Esta ley esta en el parlamento y puede ser aprobada en cualquier momento, hay mucho sigilo en derredor de ella.
En fin, lo dicho, estamos en el horno (¿O le pedimos a la Virgen Santísima que interceda ante nuestro Señor Jesucristo para que nos de fuerzas y astucia para luchar?).
Francisco E. Estevez Carrizo
Publicar un comentario