Hoy es 11 de
octubre, una fecha de especial importancia. Hoy celebramos en la Iglesia al papa
san Juan XXIII y lo celebramos hoy porque él fue quien inauguró hoy, en 1962,
el mayor acontecimiento que ha vivido la Iglesia en el siglo XX: el Concilio
ecuménico Vaticano II. El Papa quiso hacerlo hoy porque en aquel tiempo se celebraba
el 11 de octubre la Maternidad Divina de María, que más adelante fue trasladada
al 1 de enero.
Han pasado 55 años
desde aquel día. Juan XXIII dijo en el discurso de la solemne inauguración: El gran problema planteado al mundo, desde hace casi dos mil años,
subsiste inmutable. Cristo, radiante siempre en el centro de la historia y de
la vida; los hombres, o están con El y con su Iglesia, y en tal caso gozan de
la luz, de la bondad, del orden y de la paz, o bien están sin El o contra El, y
deliberadamente contra su Iglesia: se tornan motivos de confusión, causando
asperezas en las relaciones humanas, y persistentes peligros de guerras
fratricidas.
Más adelante añadió: El supremo interés del Concilio Ecuménico es que el sagrado depósito de
la doctrina cristiana sea custodiado y enseñado en forma cada vez más eficaz.
Doctrina, que comprende al hombre entero, compuesto de alma y cuerpo; y que, a
nosotros, peregrinos sobre esta tierra, nos manda dirigirnos hacia la patria
celestial. Esto demuestra cómo ha de ordenarse nuestra vida mortal de suerte
que cumplamos nuestros deberes de ciudadanos de la tierra y del cielo, y así
consigamos el fin establecido por Dios.
Habría mucho para comentar… Pero creo que lo más interesante es recordar y actualizar lo que ocurrió otro 11 de octubre pero de 1992: el Papa san Juan Pablo II entregó a la Iglesia un fruto extraordinario del
Concilio: el Catecismo de la Iglesia Católica. Digo fruto del Concilio,
porque, en efecto, fueron los Obispos de todo el mundo, por medio de sus representantes,
los que pidieron al papa, en 1985, que se compusiera un catecismo, es decir un
compendio de la enseñanza de la Iglesia, en el que se la presentara de manera
accesible al hombre de hoy. Duró 6 años la preparación de este Catecismo, que
es una maravilla.
Lo que me propongo ahora es ir presentando,
según el Catecismo de la Iglesia Católica,
algunos temas que me parece que tienen especial interés en nuestro momento. Serán
bienvenidas las sugerencias.
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