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sábado, 5 de agosto de 2017

SUB TUUM PRAESIDIUM...

Tenemos que ir hoy, 5 de agosto, a Roma, y ubicarnos en el siglo IV. Encontraremos allí a un patricio romano que se llamaba Juan, casado con una mujer de la que no nos ha llegado su nombre. No tenían hijos, los dos eran muy devotos de la Santísima Virgen y decidieron nombrar como heredera de sus bienes a Ella, aunque no sabían qué hacer.

Dice la tradición que en la noche del 4 de agosto de no sabemos bien qué año, Juan tuvo un sueño en el que la Virgen le decía que quería que construyera una iglesia en el lugar que aparecería con nieve, cosa imposible en este mes (hoy en Roma hay 37 grados). Al día siguiente, 5 de agosto, la cumbre del monte Esquilino, una de las siete colinas de Roma, apareció nevada y allí fue edificada la que hoy es Basílica de Santa María la Mayor, el primer santuario dedicado a la Virgen en Occidente

En ella se encuentra desde hace siglos la imagen de la Salus Populi Romani, María Salvadora del pueblo de Roma, a la que  tienen todos gran devoción. A ella va a rezar el Papa Francisco antes de emprender un viaje y al terminarlo, cuando vuelve a Roma. Le lleva siempre un ramo de flores…


 La primera visita que hizo a la Virgen el Papa san Juan Pablo II, fue en la Basílica de Santa María la Mayor. Dijo entonces: María está llamada a llevar a todos al redentor. A dar testimonio de Él aun sin palabras, sólo con el amor, en el que se manifiesta la índole de la madre. A acercar incluso a quienes oponen más resistencia, para los que es más difícil creer en el amor”…

Este sábado, entonces, celebrando a la Virgen de las Nieves, es un día para dirigirnos con mucha fe a la Madre de Dios y Madre nuestra. Ayer les envié un videito que viene de Colombia. Habrán visto que, antes que en nuestro país, la ideología de género ya está metida también ahí en la educación de los niños. Sé que no pocos padres de familia se están moviendo para frenar este disparate, lo bien que hacen. Y junto con el trabajo, no dejen de pedirle a la Madre de Dios y Madre nuestra que nos ayude en este trabajo.

La oración más antigua dirigida a la Virgen,  que se remonta al siglo III, es Sub tuum praesidium, Bajo tu protección nos acogemos, santa Madre de Dios; no desoigas las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades,antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡oh Virgen, gloriosa y bendita!


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