Hablábamos de la virtud de la
fortaleza. Saben…, pienso que es realmente necesario educarnos y educar a los
hijos en esta virtud, que es el cimiento sobre el que se puede edificar el
edificio espiritual. Me llamó la atención algo que dice David Isaacs cuando hablando
de un vicio que se opone a la fortaleza se refiere a la indiferencia. Y dice: se
trata de las personas que, por no reconocer su deber de mejorar o por no reconocer o querer enterarse de las
influencias perjudiciales, adoptan una actitud pasiva, cómoda o perezosa”.
Esto hay que entenderlo según
la descripción que él hace de la fortaleza. Decía: “en situaciones
ambientales perjudiciales a una mejora personal, la fortaleza resiste las
influencias nocivas, soporta las molestias y se entrega con valentía en caso de
poder influir positivamente para vencer las dificultades y para acometer
empresas grandes”.
Creo que hoy son muchas las influencias nocivas
provocadas por el ambiente, y lo fácil es adoptar frente a ellas una actitud
pasiva, comodona, frente a la cual se pretende disolver la responsabilidad
diciendo “todo el mundo lo hace”, “bueno, no exageres, no es para tanto”… Y la
verdad es que sí es para tanto: si queremos mejorar este mundo nuestro, no hay
otro camino más que decir que NO a muchas de esas “situaciones ambientales” que
me perjudican.
La verdad es que me llamó la atención hace un
tiempo, cuando fui a una reunión y conocí a un matrimonio joven que sistemáticamente
dijeron que NO cuando les ofrecieron un arrolladito de jamón, una croquetita de
carne y alguna cosita más. Cuando iba a preguntarles si no iban a comer nada,
la dueña de casa se acercó con unos pancitos que tenían tomate y no sé si algo
más, y me dio la explicación: - Es que son vegetarianos…
Yo, qué quieren que les diga: me merece todo el
respeto una persona que es fiel a una decisión exigente en la propia conducta.
Es verdad que requiere fortaleza, pero nuestro contexto es distinto: cuando
hablamos de decir que NO en situaciones
ambientales perjudiciales, nos referimos a conductas que ofenden a Dios,
que son impropias de un hijo de Dios: espectáculos, videos, juegos, películas,
modos de vestir, modos de divertirse… despedidas de solteros/as… No se trata de
ser aguafiestas, sino de vivir con naturalidad.
Hay mas consideraciones sobre la fortaleza,
pero por hoy lo dejamos aquí.
1 comentario:
Hola Padre!
Somos Alicia y Ricardo de San Fernando de Maldonado y seguimos sus reflexiones.
La canción a que Ud se refirió el 24/8 se llama A un muchacho que empieza (La busque por el título que dio y no aparecia)Después de 48 hs. Buscando en la discografía de Cortez la encontré.
Y ejemplifica muy bien en su letra sus reflexiones sobre La Fortaleza.
Casados hace 41 años somos parroquianos de nuestra Catedral.
Saliados!
Publicar un comentario