Hoy es lunes 28 de
agosto y celebramos en la Iglesia a un santo enorme, doctor de la Iglesia, que
es una cantera inagotable de sabiduría y amor de Dios: es san Agustín, y
aprovecho para felicitar a todos los que lo tienen como santo patrono.
Nosotros estábamos
tratando de la fortaleza, una de las cuatro virtudes cardinales, y el sábado decía
que una de sus expresiones es saber decir que NO cuando algo contradice nuestro
modo de vivir en cristiano. Esta actitud me parece relevante hoy en día, en un
mundo tan plural como es el que vivimos.
¿Por qué? Porque es
una gran verdad aquello que nos dijo san Juan Pablo II en su primer viaje a México:
La Iglesia tiene hoy necesidad de cristianos
dispuestos a dar claro testimonio de su condición y que asuman su parte en la
misión de la Iglesia en el mundo, siendo fermento de religiosidad, de justicia,
de promoción de la dignidad del hombre, en todos los ambientes sociales, y
tratando de dar al mundo un suplemento
de alma, para que sea un mundo más humano y fraterno, desde el que se mira
hacia Dios.
En otras oportunidades, el mismo Papa, y después
de él Benedicto y también Francisco, han dicho que nuestra época es como la de
los primeros cristianos. Les recomiendo un libro que es un clásico, LA VIDA COTIDIANA DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS,
de Adalbert Hamman, gran estudioso de los tres primeros siglos de la historia
de la Iglesia. Y otro autor, Rodney Stark, sociólogo, profesor de la
Universidad de Washington, que también se ha especializado en esa época y ha
escrito EL AUGE DEL CRISTIANISMO.
En definitiva, ¿cómo se extendió el cristianismo
en sus comienzos? Se extendió gracias al ejemplo de hombres y mujeres que
supieron ser “políticamente incorrectos”, es decir, que dijeron que NO a modos
de vivir de aquel tiempo que eran considerados normales. Mirándolo desde otro
lado, supieron vivir con NATURALIDAD su fe cristiana.
Aquellos primeros debieron enfrentarse a retos muy parecidos a los de hoy: el reto de la
familia, el papel de la mujer, el aborto y el infanticidio, la atención a los
enfermos y huérfanos… Era chocante, en los medios de la época, decir que NO al
aborto, a las relaciones sexuales extra matrimoniales; no participar del espectáculo
de los circos, etcétera. Y también era chocante, por ejemplo, cuando llegó a
Roma una epidemia de peste, que muchos cristianos, en vez de irse de la ciudad
o tratar de evitar el contagio por todos los medios, se dedicaran a cuidar a
los enfermos… ¿por qué estás haciendo esto?, les preguntaban. Porque Jesús nos
lo mandó… Se bautizaban...
Naturalidad
de cristianos. Tiene completa validez este pensamiento de Camino: "Y ¿en un
ambiente paganizado o pagano, al chocar este ambiente con mi vida, no parecerá
postiza mi naturalidad?", me preguntas.
—Y te contesto: Chocará sin duda, la vida tuya con la de ellos; y ese contraste, por confirmar con tus obras tu fe, es precisamente la naturalidad que yo te pido.
—Y te contesto: Chocará sin duda, la vida tuya con la de ellos; y ese contraste, por confirmar con tus obras tu fe, es precisamente la naturalidad que yo te pido.
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