No sé si ustedes saben qué quiere decir en el Derecho de la
Iglesia el Metropolitano. Les cuento: el metropolitano es el obispo de la sede
que preside una provincia eclesiástica. Y desde el siglo IX, al título de metropolitano
se le ha unido el título honorífico de arzobispo.
En el caso de nuestro país, la
sede que preside la Iglesia en el Uruguay es Montevideo y su arzobispo es el Cardenal
Daniel Sturla. ¿Quiénes son los Cardenales? En el Derecho de la Iglesia, o
Derecho Canónico, se explica que los Cardenales son los que ayudan al Papa en
el gobierno de la Iglesia universal y a quienes compete elegir a un nuevo Papa.
Estas explicaciones vienen a
cuento, porque ayer, en la Catedral de Minas, pudimos celebrar la Santa Misa en
honor de la Asunción de la Santísima Virgen en cuerpo y alma al cielo, con el
Cardenal Sturla. Por lo que acabo de señalar acerca del Metropolita, la fiesta
de ayer tuvo un realce particular. Él ya había venido más de una
vez a visitar nuestra Catedral, pero no a celebrar la Santa Misa. Fue una alegría
grande para todas las personas que la llenaron y que escucharon con mucha
atención lo que nos dijo.
En pocas palabras: que es
necesario que anunciemos más a Jesucristo, Nuestro Señor; que no esperemos que
vengan a la iglesia, por la sencilla razón de que no van a venir, sino que es
necesario salir a buscarlos y hablarles de tú a tú de la alegría que sólo Jesús
puede dar.
Destacó dos problemas grandes
que tenemos: la bajísima natalidad y la muy alta cantidad de suicidios, en
especial de gente joven, que se dan en nuestro país. ¿No habla esto de la
ausencia de sentido de la vida que padecen tantas personas? Tenemos que
reaccionar.
¿De qué manera? Confiando cada
día más en el poder de la oración, como principio esencial de nuestro apostolado.
En concreto, nos habló del amor a la Santísima Virgen, que siempre nos lleva a
Jesús, y, de entre las muchas oraciones con las que a Ella nos dirigimos, subrayó
en la Salve tres adjetivos que le llegan muy hondo, tanto que animó a todos a repetirlos
en voz alta: resonaron entonces en la Catedral estas tres invocaciones: VIDA,
DULZURA, ESPERANZA NUESTRA, que comentó con especial fervor.
En el marco del Año Mariano
que celebra nuestra Diócesis (el
Cardenal animó a todos a ganar en la Catedral la indulgencia plenaria) la
de ayer fue una preciosa fiesta. La Virgen Santísima estará contenta. El Cardenal Sturla es joven,
tiene 58 años, y es un gran trabajador. El lema de su escudo episcopal está
tomado del Salmo número 100: SERVIR AL SEÑOR CON ALEGRÍA. Esto fue lo que hizo
ayer en Minas.
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