En el último número del semanario VOCES, HOENIR SARTHOU comenta la Propuesta Didáctica de educación sexual de la que hablé en los últimos posts. No tiene desperdicio (el comentario de Sarthou).
“COSQUILLAS, BESOS Y
ABRAZOS.
Desarrollo de la
actividad: Apertura. Organizar al grupo en parejas. Proponer: Sacarse las
medias y tocar con los pies trozos de alfombra, piedritas, los pies de su
compañero/a, etc. Hacer cosquillas en los pies al otro/a. Hacer un masaje en
los hombros, la espalda, los brazos y las manos, sintiendo las partes “blandas”
y las “duras” del cuerpo del/la compañero/a. Acariciar el pelo de su
compañero/a. Al finalizar cada una de las experiencias, promover que
los/as niños/as relaten qué sensaciones les gustaron más o menos, y por
qué.”
“Desarrollo:
En parejas, deberán ir cumpliendo las consignas que el/la docente les va
comunicando: Un/a persigue al otro/a por el salón, imitando todos sus
movimientos. Uno/a compañero/a le sopla muy suavemente las palmas de las manos
al otro/a compañero/a que deberá estar con los ojos cerrados y con las palmas
hacia arriba.”… “Ambos/as imitarán la forma de desplazamiento de una serpiente.
Se darán un abrazo apretado. Jugarán a empujarse suavemente sin que el/la
otro/a pierda la vertical.”
“Cierre:
Vuelta a la calma a través de consignas que reduzcan la necesidad de
desplazarse y la agitación de cada uno/a. Se sientan frente a frente, y con los
ojos cerrados, deben aplicarle un “masaje capilar” al/la compañero/a. Sentados
cómodamente en el suelo, se colocan espalda con espalda e intentan acompasar
las respiraciones, pero sin hablarse. Se relajan y se acuestan, uno al lado del
otro/a.”
Los
textos que acabo de transcribir integran la “Propuesta didáctica para el
abordaje de la educación sexual en Educación Inicial y Primaria”, un manual
para docentes aprobado recientemente por el Consejo de Educación Inicial y
Primaria (CEIP), y que tiene por finalidad ser aplicado en todas las escuelas
del país.
Alguno se
sorprenderá por el potencial erótico que la actividad descripta podría tener
para los niños/as y preadolescentes de edad escolar. Pero hay algo más
delicado. Obsérvese que, desde la autoridad del docente, se impone a los niños
y a las niñas mantener contactos físicos de gran intimidad (masajes,
cosquillas, soplidos, abrazos, masajes capilares) con aquellos compañeros
o compañeras que el docente designe, contactos que no responden a la
espontánea voluntad y elección del niño o niña involucrado.
Todos
tenemos en torno a nuestro cuerpo un espacio que consideramos propio, privado,
en el que solo admitimos el ingreso de personas a las que queremos o por las
que sentimos atracción. Cualquier transgresión indeseada de ese espacio es
vivida como una agresión, como una violación de nuestra intimidad. ¿Con qué
legitimidad podría un docente imponerles a los niños acercamientos y contactos
físicos que los mismos niños no elijan espontáneamente? ¿Cómo nos
sentiríamos nosotros, adultos, si se nos impusiera ser cosquilleados,
acariciados, abrazados y masajeados capilarmente por una persona a la que no
elegimos, que nos fue impuesta por una tercera persona dotada de autoridad?
Decidí
transcribir las frases que inician este artículo porque resumen muy bien
el espíritu del extensísimo documento sobre educación sexual que aprobó el
CEIP: la imposición a los niños, por la vía de los hechos, de actividades que
ratifiquen ciertas convicciones ideológicas relativas al sexo y al género.
En
esencia, la idea que explícitamente inspira al documento es que toda diferencia
de “roles” y de conducta entre los sexos es una construcción social, impuesta
para perpetuar la sumisión femenina y la discriminación hacia la
homosexualidad. Los redactores del manual asumen que la función escolar es
“deconstruir” y “desnaturalizar”, ante los ojos de los niños, los “roles” de
género predominantes en la sociedad.
En
definitiva, es la ideología de género introduciéndose una vez más en el ámbito
escolar. Esa ideología, que niega o minimiza el papel de la biología en la
definición de las identidades sexuales, fue creada y promovida, desde diversos
ámbitos internacionales, como un mecanismo indirecto de control de la
natalidad. No por casualidad, este manual cuenta con el apoyo del Fondo de
Población de las Naciones Unidas.
Hay en el
texto elementos para sostener que la aspiración de fondo, fiel a la ideología
inspiradora, va más lejos, y pretende que la identidad de género e incluso la
identidad sexual pueden ser también elecciones o imposiciones. Así, se indica a
los docentes que no deben decirles a los niños que los varones tienen pene y
las niñas tienen vulva, o vagina, o clítoris (determinar cuáles son los
genitales femeninos parece ser un problema para los autores del manual). En
lugar de eso, deben decirles que “algunos niños (varones) tienen pene y otros tienen
vaginas (o vulvas o clítoris), y que algunas niñas tienen vaginas (o vulvas o
clítoris) y otras tienen pene”. El fundamento de semejante tesis biológica, al
parecer, es la ley que permite el cambio de sexo. Como dato gracioso, el
manual, pretendiendo aplicar la corrección política del lenguaje, indica que no
debe hablarse de “órganos reproductores”, sino de órganos “genitales”,
ignorando al parecer que la palabra “genital”, por su raíz, refiere
precisamente a la reproducción.
El
extenso texto está dividido en dos partes. La primera pretende ser conceptual,
es decir, expone en forma más bien teórica los temas objeto del manual. Esa
primera parte está redactada en forma extraña, con fragmentos que aparentan
cierta pluralidad (se exponen opiniones contrapuestas sobre ciertos temas) y
otros en que explícitamente se expresa la ideología inspiradora del manual.
La
segunda parte propone actividades concretas a cumplir en clase para el
desarrollo de los fines del manual y es mucho más transparente respecto a la
ideología y a los fines de éste. De esa segunda parte fueron extraídos los
párrafos que transcribí al principio.
El texto
contiene llamativas contradicciones. Por ejemplo, en la primera parte sostiene
que los niños tienen consciencia de su identidad sexual desde el año y medio de
edad y que a los cinco años esa identidad está ya consolidada. Sin embargo, la
“deconstrucción” y “desnaturalización” de los roles y actitudes que el niño
asocia con su sexo o con su género se promueve justo cuando el niño ha establecido
esa certeza identitaria. Otro ejemplo: en alguna parte se sostiene que el
niño/a debe saber que su cuerpo no debe ser tocado si él no lo desea, pero
luego se recomienda la sesión de cosquilleo, masaje, abrazo, aliento y masaje
capilar con el compañero/a que el o la docente designe.
Otra
recomendación reiterada en el manual es que el docente promueva los juegos de
los niños y después intervenga cuestionándolos por haber elegido cierto juego y
no otro (por ejemplo, el fútbol y no las muñecas) e instándolo a cambiar de
juego. Se recomienda también que el docente cree un espacio para jugar con
disfraces, con la explícita indicación de que no debe haber “disfraces
estereotipados” como “los de superhéroes y los de princesa o hada madrina”.
El juego
es, por definición, un espacio de libertad, en que el niño experimenta y
desarrolla sus fantasías y deseos. Si debe rendirle cuentas al docente sobre
esas fantasías y deseos, si se siente enjuiciado por el docente, el juego y la
libertad desaparecen. Es difícil concebir una forma más autoritaria e intrusiva
de plantearse la función docente.
El papel
que juega el sexo biológico en la identidad de la persona, y la forma en que la
identidad sexual se manifiesta en lo social y en lo cultural, son temas
polémicos, con fuertes cargas ideológicas, filosóficas, politicas y religiosas,
temas en los que no existe una verdad objetiva conocida y dista de haber
consenso social. ¿Es la escuela primaria el ámbito adecuado para aplicar
prácticas que involucren temas tan discutibles y discutidos?La respuesta parece
obvia, sobre todo si, como resulta de las citas transcriptas, se actúa
invasivamente sobre la intimidad física y psíquica de los niños.
Hasta aquí mi
comentario sobre el manual. El propósito de este artículo no es hacer la
exégesis del documento sino promover su lectura y análisis, en particular por
las madres y padres de los escolares que habrán de sufrir ese régimen, más
parecido al de un correccional ideológico que a un ámbito educativo. E insisto:
lean sobre todo la segunda parte, la que propone actividades concretas.
Ahí está el verdadero espíritu del manual.
Probablemente
concluirán que el Consejo de Educación Inicial y Primaria, o en su defecto el
CODICEN, deberían revisar la decisión de aprobarlo.
5 comentarios:
Aberrante ... estamos viviendo en el mundo del revés ... una minoría está imponiendo su moral porque la gran mayoría que pensamos distinto no reaccionamos. Lo peor es que como dice el refrán : " el que calla otorga". Sigue avanzando la nueva moral, ahora con los niños como objetivo, años atrás estaban enfocados en los adolescentes, como no hubo reacción, continuó avanzando ! Lamentable y preocupante ...
Estamos todos locos! Esto Es el reino del reves. Creo que todo esto genera confusion y cuestiones que a los bebitos mas pequeños de nuestra sociedad no deberian despertales. Aberrante.
Hagamos que este artículo y nuestra opinión se difunda. Hablaré con toda maestra que pueda. Invadir el cuerpo y la mente de los niños no puede ser permitido. Leer la guia para argumentar desde el conocimiento.
Hagamos que este artículo y nuestra opinión se difunda. Hablaré con toda maestra que pueda. Invadir el cuerpo y la mente de los niños no puede ser permitido. Leer la guia para argumentar desde el conocimiento.
Seguimos durmiendo mientras se siembra la mala semilla! No olvidemos que la unión hace la fuerza y aún estamos a tiempo de revertir estas planificaciones deplorables.
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