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viernes, 6 de enero de 2017

¡ÁBRETE, SÉSAMO!


Esas dos palabras mágicas, que en mi infancia (¡ahora lo veo!) eran una evidente invitación a la pereza (Alí Babá,¡qué fácil apoderarse de un tesoro sin trabajar!) fueron como el indulto de la sentencia de muerte de este blog.
 Pero antes de ir al relato quiero dar las gracias a no pocos lectores que, por distintos medios, me hicieron llegar no sólo su solidaridad frente a la injusticia  que me tocaba sufrir, sino que llegaron a darme posibles soluciones del problema: “quizás no hizo esto; intente de esta otra forma, puedo ir a Minas y ayudarlo”…
Algunas señoras, sobre todo, se movieron como sólo saben hacerlo las mujeres en situaciones desesperadas y, además de enviarme mensajes de aliento, hicieron sugerencias, removieron a otras y rezaron, me consta.
Por parte de los hombres, a su vez, tal vez refleja bien su propio modo de ver las cosas el mensaje de un ingeniero de sistemas, nada menos: después de expresar escuetamente su solidaridad (es una pena, escribió, refiriéndose a la posible muerte del blog), añadió: pero si Dios quiere podrá recomenzar el blog con otro nombre de dominio
Pienso que Dios quería que desdelverdun continuara con vida, seguramente movida su intervención por las oraciones a las que me referí. Hablo en serio, aclaro. Lo hago porque me encuentro con personas que no creen que Dios intervenga en menudencias como la que nos ocupa. Racionalizan a su antojo una intervención del Cielo y, a no ser que ella encaje en sus propios modos de pensar, no rezan, no piden y viven una fe tan escuálida que, de hecho, es como si no la tuvieran. Una verdadera pena.
 Pero vayamos a los hechos. Contra todo pronóstico (pido sentidas disculpas a Google), poco después de hacer pública la sentencia de muerte del blog, recibí una respuesta que me llenó de esperanza. Decía así:
Gracias por contactar a soporte de dominio. Nosotros solo asistimos con solicitudes de DNS para los dominios registrados por medio de Google Apps. Sin embargo no podemos asistir con la renovación de estos dominios. Es necesario contactar a Google Apps directamente para renovar su dominio.
¡Ah, qué bien, qué maravilla, esto empieza a aclararse! Me dirigí enseguida a la dirección electrónica que me indicaban… y mi gozo en un pozo: enlazaba con el mismo sitio en el que ya había intentado entrar 42 veces sin ningún éxito; el mismo que, si no recordabas la contraseña, te aseguraba que te enviarían una nueva al celular. y todavía estoy esperándola.
¿Qué hacer? Volví a escribir de nuevo la última contraseña que recordaba y, naturalmente, la máquina me respondió con un rotundo NO. Entonces, sin razón alguna razonable y como sin darme cuenta, escribí otra contraseña: una casi olvidada, vieja… ¿Por qué lo hice? No lo sé, no es lógico, no pensé en ella, llegó.
El caso es que, así como es inmediata la respuesta a una contraseña equivocada, cuando acertaste la máquina se toma unos segundos para leerla, tragarla, digerirla y dirigirte -¡alleluia!- al ansiado destino que buscabas. Esto es lo que ocurrió.
Una vez en el sitio todo fue coser y cantar (o piece of cake, si prefieren). ¿Por qué sentenciaron a mi blog? ¡Ah, mirá vos, quién lo hubiera dicho! ¿Y cuándo y cuánto es que no pagó? ¡Ah, mirá vos! ¿Entonces?...
Y colorín colorado… ¡Ábrete, sésamo! No, no sirve: lo que sirve es poner todos los medios humanos posibles… y rezar, no lo olviden. ¡Gracias! 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Estupendo!! P.Tanco.

Anónimo dijo...

Qué bueno!! P. Tanco.

Anónimo dijo...

Dios le bendiga padre,su blog es para mi esperanza cuando la necesito y las oracion a la virgen Maria es inspiracion de que ella siempre responde

Fátima Rodríguez dijo...

Me alegro mucho! Me alimento en este blog !

Unknown dijo...

Que bueno Monseñor... tenerlo con nosotros en este blog. Hace un tiempo un grupo de amigos (que peinan canas) abrió en Facebook un pag. llamada así "Minuanos que peinan canas". Esta mayormente constituía en subir fotos antiguas de nuestra ciudad, hechos y acontecimientos del pasado y todo lo que fue historia para recordar o difundir a las nuevas generaciones. Un día misteriosamente desapareció y ya tenia un numero considerable a afiliados. Nunca supimos como fue. Tal vez lo que a Ud. le sucedió lo explique. Adelante, lo queremos, lo leemos y sabemos que ya desde que está con nosotros...es un minuano más que recorre nuestras calles, nos aconseja y nos guía. ¡¡Que Dios lo bendiga siempre!

Unknown dijo...

Qué bueno!! Siempre lo leo desde Santiago.