Hace mil años que esperaba la Iglesia el abrazo de ayer, entre el Papa Francisco y el Patriarca Kiril.
"Somos hermanos, somos obispos", le dijo Francisco mientras posaban para los fotógrafos.
La Declaración, que firmaron los dos al terminar el encuentro, es de importancia mayúscula: para los cristianos de ambas Iglesias, católica y ortodoxa, y para todo el mundo. Vale la pena leerla, meditarla, difundirla...
Ofrezco mi traducción de la Declaración, desde el italiano: la traducción oficial, tal vez en parte por premura o no sé por qué, es pésima, una pena.
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