Esta tarde (Martes) pude darme el gusto de un pequeño paseo por el Gianícolo, preciosa colina que regala una vista de Roma incomparable. En la calle Trenta Aprile se encuentra la Facultad “Marianum”, con cuyo rector, el profesor Salvatore Perrella, tengo amistad.
Fui a verlo para saber en qué andaba (Perrella produce libros de Mariología de manera exuberante, da clases, dirige la facultad y no se cuántas tesis doctorales y siempre tiene tiempo para tomar un café). Hablamos de muchas cosas. Fue un encuentro enriquecedor.
Al despedirme empecé el paseíto, planteándome, entre otras, dos preguntas: ¿por qué el Sínodo previó la primera semana para el estudio de la primera parte del Instrumentum laboris, la segunda para la segunda y la tercera para la tercera, sabiendo como sabíamos todos que en esta última se encontraban los temas más discutidos? ¿Por qué se adelantaron los tiempos (ayer publiqué el nuevo calendario que nos fue entregado), que indicaba hoy, Martes, a las 12.30, la dead line para entregar las Relaciones y los modos de los distintos Círculos menores?
Me dirán, supongo, que así será más fácil para los redactores de la Relación final. Sí, pero lo cierto es que no ha habido tiempo para profundizar en los temas gruesos. ¿Entonces?
Durante el paseo por el Gianícolo ha vuelto a admirarme la capacitas loquendi de los italianos. Cuando comenzamos esta mañana la reunión de mi Círculo, el Moderador pidió expresamente que fuéramos concretos y puntuales en los comentarios. A eso de las 11.15 escuchamos aplausos en la sala vecina, donde estaba reunido un grupo de lengua española: era la señal de que habían terminado su trabajo. Nosotros continuamos hasta las 13.15.
Este retraso mayúsculo fue la causa de mi paseo por el Gianícolo: como no tenía tiempo de volver a casa a ponerme la sotana filetata, necesaria para la sesión de la tarde, a la que no asistí, comí algo y exclamé con originalidad: come sei bella Roma!
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(Miércoles 21, 10.50 de Roma)
Botones de muestra. Copiar y
pegar, es lo único que haré. Adjunto cuatro párrafos significativos de distintas
Relaciones de los Círculos minores, presentados ayer por la tarde. Se refieren
todos al tema de la integración en la Iglesia de los divorciados y vueltos a
casar. Dan idea de “por dónde van los tiros”.
1) Ha despertado poco entusiasmo lo que el IL
llama “camino penitencial”. Reafirmamos la disciplina actual y recomendamos las
formas de participación (de los divorciados y vueltos a casar) mencionados en
Familiaris Consortio, 84.
2) Creemos que la mejor oferta que
podemos hacer al Santo Padre es señalarle las dudas y aciertos que tenemos,
para que él pueda con la ayuda del Espíritu señalarle a la Iglesia y al mundo
la salvación de la que es portador, custodio y centro de la unidad de la fe.
3) La mayoría afirma la actual
enseñanza y práctica de la Iglesia sobre la participación en la Eucaristía de
quienes están divorciados y vueltos a casar civilmente. (…) La mayoría afirma
también que la decisión de aceptarlos a la Eucaristía no puede dejarse en manos
de cada Conferencia Episcopal. Si se hiciera esto se correría el grave riesgo
de atentar contra la unidad de la Iglesia y su orden sacramental.
4) La situación de las personas
divorciadas y vueltas a casar nos ha llevado a subrayar las posibilidades de
participación en la vida de la comunidad cristiana, que menciona Familiatis
Consortio n. 84. Muchos han declarado que deben ser mejor conocidas y
profundizadas estas formas de participación y se han interrogado sobre la
necesidad de mantener, o no, algunos de
los límites actuales (ser Lector, participar en el Consejo Pastoral…). Acerca
del acceso a los sacramentos, el Círculo se ha pronunciado por mantener la
disciplina actual.
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