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domingo, 27 de septiembre de 2015

CAMBALACHE CON EL PAPA

     



    Terminó la fiesta grande con el Papa. La Misa de esta tarde, inolvidable: animo a meditar lo que dijo sobre la familia, tiene mucho jugo.

      Esta mañana, encuentro con los Obispos en el Seminario San Carlos Borromeo. Lo mismo digo, yo el primero: qué debe hacer un obispo.

      En un momento comentó Francisco que recordaba un tango argentino... Cuando terminó el discurso y saludaba a muchos, me acerqué y arranqué con el no mencionado pero obvio Cambalache: "el mundo fue y será una porquería ya lo sé"... El Papa se rió de oreja a oreja. Y yo... Foto para el recuerdo.

     Mañana salgo temprano para Nueva York y de tarde tomo el avión a Roma. Hago el propósito de contarles más sobre el Encuentro Mundial de las Familias... y de lo que vendrá. 

jueves, 24 de septiembre de 2015

FAMILIAS: ELLAS HARÁN SONREÍR AL MUNDO

      En el Encuentro Mundial de las Familias se anotaron, antes de empezar la reunión, más de 18.000 personas. Y día a día sigue el registro. 


      No estamos en un congreso, sino en un encuentro que es una delicia por varios motivos.

    Los norteamericanos son macanudos. Hello, Father! Good morning, Father! Como si nos conociéramos de toda la vida. Me refiero a todo el mundo. Me saluda así el señor con el que me cruzo de mañana, al salir de la parroquia San Agustín en la que me alojo durante estos días. Lo mismo dice la señora que espera, como yo, el ómnibus 48 que nos lleva al Pennsylvania Convention Center, donde tiene lugar el encuentro. Y el policía, y el mozo del bar.

    El Centro de Convenciones es un Jurassic Park: enorme, tremendo, pensado en otra época con una visión de muchos, muchos años. Tres cuadras de edificios con innumerables salas comunicadas por pasillos de 20 metros de ancho cubiertos con moquetas sobre las que se puede dormir sin problemas. La sala central parece que tiene 42.000 sillas, lo creo sin dudar.

    Where are you coming from, Father? From Iuruguay.  Oooohhh, Iuruguay! You are welcome!!...
Can I help you?... ¡Oh, Dios, tanta amabilidad!... Me confunde y me hace querer mucho a esta gente. 

     El Encuentro es mundial y de todas partes son los 300 expositores que vuelcan con ilusión lo que han estudiado y pensado sobre el matrimonio, la familia, la sexualidad, la educación de los hijos, la preparación para casarse, el seguimiento de los que se casan, los desafíos culturales... El Encuentro, mañana y tarde, supone un enriquecimiento extraordinario que deberemos volcar a nuestro regreso.



    Es de Familias del mundo entero y, todas ellas, tienen en común que comparten una idea teologal: es el mismo Dios quien ha inventado el matrimonio y su prolongación natural en los hijos por el amor de los esposos. Los padres y madres que están aquí sienten su responsabilidad y quieren aprender más para hacer mejor su papel y para ayudar a muchos otros a superar las dificultades que se les pueden presentar. Formar una familia "como Dios manda" es para mujeres y hombres capaces de olvidarse de sí mismos y de entregarse por completo a su misión.




    Este Encuentro  de Filadelfia es tan importante, que el Papa Francisco, con toda la trascendencia de su viaje a Cuba, a Washington y a Nueva York, desde que llegó a La Habana dijo (ayer lo repitió en Washington) que el motivo de la "patriada" que se está mandando (lo dicen todos los medios) es la familia: quiere venir a fortalecerlas, a animarlas, a agradecerles su empeño por hacer este mundo más humano.


    Lo oigo y me viene al recuerdo lo que nos dijo Juan Pablo II en Uruguay: "son las familias cristianas las que harán que nuestro mundo vuelva a sonreír".

   Ayer me crucé por la calle con el único "protestón" que he encontrado hasta ahora: un muchacho de cara seria seria y paso rápido lucía en su camiseta esta leyenda: "Too much Christians. Not enough lions". Me hizo gracia y casi me acerco a darle un abrazo. No lo hice por miedo a que me mordiera, pobre.  





 

   


martes, 22 de septiembre de 2015

FAMILIAS DE TODO EL MUNDO, ¡UNÍOS!

Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia. Maravilla de encuentros con familias del mundo entero bajo el lema: Love is our Mission. The families fully alive. Son la esperanza.

(Sin tiempo para pies de foto...)




















domingo, 20 de septiembre de 2015

UNA NUEVA ETAPA EN EL VERDÚN

   La Virgen atrae multitudes. Fiesta grande en el Verdún, inaugurando la capilla Madre de Misericordia. 
  
   Subimos rezando el Rosario. Invasión de la capilla. Afuera (aún no tengo fotos), miles de personas. Serena alegría, mucha oración. 

    Al principio de la ceremonia, el arquitecto Francisco Collet entregó el plano de la capilla al Obispo. Son suyas estas fotos.

    Año de la Misericordia. La Madre, en el Verdún, nos lleva a su Hijo.







viernes, 4 de septiembre de 2015

EL ÚLTIMO ROMÁNTICO Y EL SÍNODO DE OBISPOS

A 30 días del comienzo del Sínodo de los Obispos, en el que participaré como delegado de la Conferencia Episcopal Uruguaya, quiero  compartir con ustedes algunas ideas.

         En primer lugar el tema, propuesto por el Papa, que vamos a estudiar durante tres semanas: La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo. Me resulta apasionante y esperanzador.

¿Recuerdan la canción de Nicola Di Bari, El último romántico? Me pregunto si la familia y la Iglesia no tienen que encarnar hoy ese papel… Es muy posible: ¡somos los locos que aún creemos en el amor! Pidan a Dios, por favor, que los obispos sepamos descubrir cómo ayudar a las familias a representar bien ese papel.

 La misión de la familia es amar, amarse, aprender y enseñar a amar, porque Dios es amor y ha querido compartir con el hombre y la mujer esa chispa, misteriosa por divina, que es la capacidad de amar. Pero los románticos no podemos estar en la luna: para las cuestas arriba quiero mi burro, que las cuestas abajo yo me las subo. Este puro, duro y dichoso realismo es condición del amor. Pidan a Dios, por favor, que el Sínodo sea capaz de transmitir, en la misma longitud de onda, un mensaje de ternura y de reciedumbre en forma de Cruz.



Que la familia está en crisis, nadie lo pone en duda. Y, mientras se despeña barranca abajo, más crece en todas partes el anhelo de familia. ¿Cómo preparar a los jóvenes que desean concretar el gran ideal alcanzable de quererse para siempre y prolongar su amor en los hijos? Recen para que en el Sínodo demos en el blanco.

El “genio femenino”. Fue san Juan Pablo II quien acuñó esa expresión, admirando y estudiando el proyecto de Dios al crear a la mujer: darle vida a la humanidad y darle humanidad a la vida, como sintetizó alguien que no recuerdo. Es una formula cargada de sentido. Las enseñanzas del Papa santo sobre la mujer son un tesoro a redescubrir. Porque, en definitiva, son las mujeres, primordialmente, las que nos sacarán del bache en el que estamos. ¿Qué consecuencias tiene esta gran esperanza? Recemos para descubrirlas y explicarlas.

El Sínodo tratará también de diversas cuestiones que afectan a las familias heridas y su participación en la vida de la Iglesia. Hay que estudiar, en definitiva, cómo se relacionan la misericordia y la verdad. No es un asunto fácil, requiere mucho estudio y oración.

En algunos países de Europa, la prensa informa de una especie de guerra entre cardenales y obispos,  “progresistas” y “conservadores”, calificados como “buenos” y “malos” respectivamente.  No pienso entrar en esta dialéctica. Me quedo con lo que escribió Juan Pablo II: la Iglesia renueva cada día, contra el espíritu de este mundo, una lucha que no es otra cosa que la lucha por el alma de este mundo. Si de hecho, por un lado, en él están presentes el Evangelio y la evangelización, por el otro hay una poderosa antievangelización, que dispone de medios y de programas, y se opone con gran fuerza al Evangelio y a la evangelización. (Cruzando el umbral de la esperanza). Las familias cristianas deben estar en la vanguardia de esta lucha.

Last but not least, trataré de informar sobre la marcha del Sínodo en este blog y en mi cuenta de Twitter: @obispojaime

De más está decir, pero lo digo igual: pidan a la Santísima Virgen que Ella se manifieste en el Sínodo: que su “genio femenino” nos lleve a encontrar lo mejor para el bien de todos.