A la pareja de musulmanes que se casaron en Montevideo hace un par de semanas, así como a los otros ex-prisioneros de Guantánamo que están en lista de espera, les deseo muy de veras que sean felices y que Dios los bendiga con muchos hijos.
PERO: quisiera que alguien explique cómo es la cosa.
En nuestro Código Civil, el artículo 83 declara: “El matrimonio civil es obligatorio en todo el territorio del Estado, no reconociéndose, a partir del 21 de julio de 1885, otro legítimo que el celebrado con arreglo a este capítulo, y con sujeción a las disposiciones establecidas en las leyes de Registro del Estado Civil y su reglamentación”.
Y el artículo siguiente:“Efectuado el matrimonio civil … los contrayentes podrán solicitar... la ceremonia religiosa de la Iglesia a que pertenezcan, pero ningún ministro de la Iglesia Católica o pastor de las diferentes comuniones residentes en el país, podrá proceder a las bendiciones nupciales sin que se le haya hecho constar la celebración del matrimonio civil, … y si lo efectuase sin dicha constancia incurrirá en la pena de seis meses de prisión y en caso de reincidencia un año de prisión".
No consta en el Diario Oficial que los que se casaron hayan pasado por el Registro Civil.
Pregunto: ¿cómo es la cosa? ¿Por qué yo, obispo católico, marcho preso si bendigo la boda de una pareja que no ha pasado por el Registro, y en el caso que nos ocupa se ha celebrado con bombos y platillos la comisión de un delito? ¿Por qué esta discriminación?
La ley es igual para todos, ¿o no? ¿Alguien puede explicarlo? Gracias.
La ley es igual para todos, ¿o no? ¿Alguien puede explicarlo? Gracias.
1 comentario:
Todo un tema Mons. Estamos en Uruguay y como uruguayos debemos en esta sociedad plural y en esta Iglesia que busca una "laicidad positiva", encontrar caminos que expresen nuestra fe y sus consecuencias. ¿Vamos juntos a la cárcel o nos juntamos con otros credos interesados en la apertura de nuestra mente nacional, lentamente? Lo mismo que usted, pensé con el dato, no corroborado, de esos niños sirios que sin duda se inclinarán hacia la Meca en medio de nuestras escuelas públicas. Nuestros niños católicos ¿Rezarán el Ángelus? Un saludo. Gracias Monseñor.
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