Lo que ha pasado en Minas, en poco más de un mes, duele mucho. Sin buscar explicaciones imposibles, necesitamos recurrir más a la Madre que tenemos en el cielo: ¿quién, sino Ella, puede darnos consuelo y asegurarnos la paz?
El próximo lunes, 2 de febrero, celebramos la fiesta de la Presentación del Señor. Cuando María y José llevaron al Niño al templo de Jerusalén para consagrarlo a Dios, el anciano Simeón le anunció a la Madre que una espada de dolor atravesaría su alma...
Están todos invitados, a las 8 de la mañana del lunes, a subir a la Virgen del Verdún rezando el Rosario, Le pediremos por la paz: en Minas, en nuestra patria, en el mundo entero.
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