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miércoles, 17 de septiembre de 2014

DÍAS DE GRACIA

          Mañana, al mediodía, levanto vuelo. Un viaje corto, 12 días, pero intenso. Un día y medio en Barcelona; un día y poco en Königstein; otro día y monedas en Essen; un día y medio en Pamplona y llegaré a Madrid el 25 de tarde.

           El sábado 27, Dios mediante, será la beatificación de Don Álvaro del Portillo; y el domingo, la Misa de acción de gracias.


           Se me va el recuerdo al 17 de mayo de 1992, en Roma, cuando la beatificación de san Josemaría Escrivá. ¡Qué días de gracia de Dios!: se tocaba con las manos.

           Mons. Daniel Gil Zorrilla me había dicho: - En una beatificación o canonización, la Iglesia del cielo está muy cerca de la de la tierra... ¡Pedí mucho!

           Le hice caso. Le pedí a Dios, por intercesión de su Siervo Josemaría: - Yo quiero concelebrar la Misa con el Papa, en su capilla privada.   

           Cuatro días después de la beatificación, a las 7 de la mañana, el deseo era una realidad inolvidable: concelebré la Santa Misa con san Juan Pablo II en su capilla privada.

            Ahora voy a Madrid cargado de intenciones locales, nacionales e internacionales; domésticas y universales; cosas de la Iglesia y de familia... Don Álvaro, estoy seguro, se va a portar: siempre se portó, en silencio, como si nada...Los lectores del blog van en el paquete; prepárense bien rezando y blanqueando el alma.

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