Nunca antes había visto algo igual o siquiera parecido. Me han dejado una impresión imposible de olvidar. Han sido dos videos de un par de minutos, que me llegaron por medio de no sé qué canal. Dudé si mostrarlo en este blog y opté por no hacerlo: es demasiada brutalidad.
El primero muestra la caja de un camión llena de hombres con las manos atadas en la espalda y apretujados como ovejas que van al matadero. Y es que, en efecto, van al matadero. Son cristianos que han "pecado" por no seguir la aberración del ISIS y el Estado Islámico que han proclamado en el Norte de Irak.
Llegan a destino, en medio del campo, y son obligados a tenderse en el suelo. Un miliciano con el rostro tapado y ametralladora en mano, comienza a asesinarlos con un tiro en la cabeza, uno por uno. Después viene otro y los remata con un tiro de pistola.
Escena siguiente, a orillas de un río. Hay una plataforma de hormigón, roja de sangre. Hombres con las manos atadas son empujados a la plataforma, donde espera un miliciano con una pistola. Muy rápido el rito: un tiro en la cabeza y una patada al cuerpo para que caiga en el río. Uno, y otro, y otro, y otro...
Termina el video con la imagen de un miliciano ondeando una bandera negra y caminando en un sereno atardecer... Leí que la filmación tiene por objeto mantener alta la moral de los terroristas.
En el segundo, un hombre joven de rodillas y con las manos atadas a la espalda, lee en voz alta una declaración de que Alá es el único... Cuando termina, un miliciano anuncia con voz fuerte que a este hombre, desde ahora, nunca nadie podrá dispararle, ¡nunca!, porque ha reconocido a Alá como el único Dios... pero igualmente debe morir porque... No pude leer los subtítulos en inglés, la escena es brutal: igual va a morir dijo, y saca un cuchillo de gran tamaño y lo degüella delante de todos.
Esto es lo que sucede hoy en Irak. Bush mandó sus tropas buscando armas de destrucción masiva que nunca aparecieron. Ahora es el tiempo de la masiva destrucción de los cristianos. El 15 de agosto, en Uruguay, rezaremos a María, Madre de todos los hombres, pidiéndole que interceda ante Dios para poner fin a esta barbarie.
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