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miércoles, 23 de julio de 2014

LA HILACHA MAJESTUOSA (Cómo enfrentar un tsunami-5)


Queridos Rafa y Anamaría:
                                             
                                          terminaron de leer el folleto ESTÁ BUENO CONVERSAR y quieren saber mi opinión… Yo creí que venía dándola y estaba clara, pero entiendo lo que quieren decir cuando se refieren al último y “espantoso” capítulo, como apunta Rafa…                                          

         En mi opinión, este capítulo de ESTÁ BUENO CONVERSAR muestra la hilacha.  Lo digo porque si el pudor es la tendencia natural a reservar la propia intimidad -y es obvia la relación entre sexualidad y pudor-, el solo título del capítulo pretende desmentir esa relación, para llevar a los adolescentes a vivir su sexualidad con un propósito de fondo muy distinto: Divertirse y cuidarse. A partir de aquí, se les enseña cómo conseguir este objetivo.

            Dibujo: dos chicas, con aspecto de “loquitas”,  se están pintando para ir a bailar. Una le pregunta a la otra: “¿Llevo preservativos?”. Naturalmente. Más aún, lo mejor es “llevar” y usar preservativos (porque) Si los usan de forma correcta, pueden prevenir infecciones y embarazos no deseados. Recordando a su vez que es recomendable su uso en las relaciones entre varones. A continuación, dibujos de distintos preservativos masculinos y femeninos.

             Otro dibujo: dos señoras mayores conversando. “Romina, mi nieta… (…) ya tiene 17 años y cuando se enteró que veníamos a bailar, me dio preservativos. No sabés qué vergüenza me dio al principio, imagínate. No te rías!! Pero me quedé contenta y tranquila de que sepa cuidarse del embarazo pero también de enfermedades… de las sexuales. Tomá, te regalo uno “para disfrutar y divertirse de forma segura”… te lo digo como me lo dijo ella”. (Subrayados míos).

             Con tono majestuoso, imperativo, pontifica el folleto: Para todos, las relaciones sexuales deben ser encuentros íntimos, corporales y emocionales en la pareja, donde se comparte el afecto, el amor y se encuentra placer, siempre teniendo en cuenta que pueden ser entre parejas del mismo o de distinto sexo. (Subrayados míos).

            Les decía que este último capítulo de ESTÁ BUENO CONVERSAR muestra la hilacha, porque es evidente que, bajo la apariencia de educación sexual para las familias, está la ideología de género, cuya pretensión es cambiar  la concepción judeo-cristiana de la familia y la sexualidad. 

            Queridos Rafa y Anamaría, ahí está, en síntesis, el balance que querían. En mi primera carta escribí que estamos viviendo bajo una dictadura cultural, la “dictadura del relativismo”. Y, con Eladia Blázquez, les recordé que, para enfrentarla,  es hora de matar los sueños, es hora de inventar coraje para iniciar un largo viaje por un gris paisaje sin amor...

            Se dan cuenta de que hay un abismo entre la propuesta de la ideología de género y lo que ustedes y yo pensamos sobre la sexualidad y la familia: ¡es tan entusiasmante conocer el misterio de la sexualidad y respetar y vivir su propia lógica! Me propongo explicarlo en cuanto esté a mi alcance.

            Con el afecto de siempre,

                                                    Jaime

P.D.: para quien le interese profundizar sobre el pudor recomiendo un libro de Wendy Shalit, escritora judía.

lunes, 14 de julio de 2014

COMO LA FIFA (Cómo enfrentar un tsunami-4)




Queridos Rafa y Anamaría:
                                             ayer, después del partido, le mandé un mail a Carlos, un amigo argentino que vive en Roma. Después de acompañarlo en el sentimiento, como era de rigor, para consolarlo le conté el cuento del turco.

El turco fue a ver un partido de fútbol del equipo de su pueblo, y como entonces no había más comunicación que el telégrafo, que cobraba por palabras, al terminar envió uno, solamente con cuatro letras: BBBB. Cuando volvió al pueblo explicó, como cosa obvia, lo que había querido decir: ¡Bartido Berdido Baciencia Baisano!.

No sé, Anamaría, si a ti te afectó poco o mucho el Mundial. En cambio, por el tono de tu último mail, me quedó claro que sí te afectó de veras lo que leíste en los capítulos 2 y 3 del folleto ESTÁ BUENO CONVERSAR.

En realidad, más que “afectarte”, entiendo que te fastidió. Como esta correspondencia contigo y con Rafa quedamos en hacerla pública, para que se entienda tu molestia quisiera decirte que, en general y mi opinión, hay que entender las afirmaciones del folleto, en el contexto de la idea-madre que presenta acerca de la sexualidad: un sistema de placer, que hay que usar con el mínimo riesgo y el máximo disfrute.

De esta idea clave se desprende toda una doctrina, que es la que se pretende difundir, sí o sí. Por ejemplo: después de explicar que la masturbación forma parte del auto descubrimiento y conocimiento del cuerpo, y que algunos niños y niñas la realizan “durante un tiempo y poco a poco la van abandonando”, dice drásticamente: “al llegar a la adolescencia se retomará esta actividad autoerótica”. Esta seguridad inapelable y sin matices, como la FIFA y aunque se diga que está bueno “conversar”, domina el texto del que hablamos.


Desde otro punto de vista, el empeño por no calificar moralmente el acto en cuestión, lleva a contradicciones risibles. Por una parte, una y otra vez se repite que es “un acto privado e íntimo”. Por otra, se asegura que “existen muchos conceptos y prejuicios en torno a la masturbación. Cada familia tendrá una postura ante ella”. ¿En qué quedamos? ¿Es un acto personal –lo privado y lo íntimo es propiedad exclusiva de la persona- o es un acto de calificación familiar, igual a “en mi casa nos encanta la polenta”?

En definitiva, lo que se pretende subrayar es que la actividad de que hablamos “es parte de nuestra intimidad, un aspecto más de nuestra sexualidad, que permite conocernos y darnos placer”. Como conclusión, afirma que “frente a las varias preguntas y creencias vinculadas a la masturbación, es mejor conversar sobre el tema para que (los niños y adolescentes) tengan la información correcta”.

Estamos en un callejón sin salida: si es verdad que hay diferentes creencias acerca de la masturbación, ¿cuál es la “información correcta”? ¿Quizás, como se lee también, sea que “así como otros hechos cotidianos de nuestra vida, (la masturbación es) parte de esa intimidad que debe ser respetada”?  Pero ¿cuáles son esos hechos, de los que no se da ningún ejemplo?: ¿si me lavo o no los dientes después de comer?, ¿si uso calzoncillos largos?... ¿Se pueden equiparar estos hechos con la intimidad sexual? ¿Acaso es tan inocente el “vicio solitario” (así se le denominó siempre) como fumar un cigarrillo después de comer? (¡No, fumar es pecado!).

Anamaría, entiendo tu fastidio. Vos, Rafa, no escribiste nada esta semana… En el mail anterior habíamos quedado en hablar sobre el pudor y la intimidad, y mirá en qué terminamos…  Baciencia, Baisano…

Hasta la próxima, un abrazo,


Jaime

domingo, 6 de julio de 2014

GOLES A FAVOR (Cómo enfrentar un tsunami-3)

Queridos Rafa y Anamaría:

me alegro, Ana, que el cuento del paraguayo te haya levantado un poco el típico-ánimo-de-embarazada-trimesina-nada-importante, como escribiste. Te cuento ahora un “hecho de vida” bastante asombroso, a ver qué opinan.
Al terminar el partido de Argentina y Suiza, subí el siguiente tweet: No podía no ganarle Argentina a Suiza... Si ganaba Suiza, habría sido un suizidio... (pavaditas que se me ocurren; si sirven para :) sirven.
La pavadita fue muy retuiteada y nadie, excepto una persona, comentó algo. El tweet que recibí de ese señor, Representante Nacional, decía así: “es demasiado serio el suicidio como para hacer ese tipo de “bromas”, me extraña viniendo de quien viene. 
¡Glup!, pronuncié de pura sorpresa. Después recapacité y escuché dos voces dentro de mí: una decía: - ¡Hay gente para todo! La otra, a la que trataré de seguir con los límites del sentido común, la interrumpió con un solemne reproche: - ¿Todavía no caíste en la cuenta de tu identidad?
Volvamos a lo nuestro.  En tu último mail, Rafa, escribiste dos cosas con las que estoy plenamente de acuerdo: la primera es que en las próximas ediciones del folleto ESTÁ BUENO CONVERSAR, debería incluirse la Resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU acerca de la familia, de la que hablamos la semana pasada. Sí, corresponde incorporarlo a los textos legales citados como referencias, sobre  los derechos de los uruguayos a recibir educación sexual.
Pienso que es una elemental cuestión de coherencia. En el folleto se afirma que en Uruguay  “la educación sexual es un derecho legitimado. Tiene en consideración la promoción de valores fundamentales vinculados a derechos humanos universalmente aceptados”. Precisamente, la Resolución de las Naciones Unidas afirma que la institución familiar, como tal, es sujeto de derechos humanos. ¿Cómo no proclamar que estamos en sintonía con la ONU?

El Mago
 A su vez, se da otra coincidencia importante entre ESTÁ BUENO CONVERSAR y la Resolución. Esta última reconoce a la familia “como el núcleo natural y fundamental de la sociedad”. Y se lee en el folleto: La primera institución educadora de los niños es la familia, es decir, sus padres, su papá y su mamá. ¡Bien!
 La segunda cuestión en la que estamos de acuerdo, querido Rafa, es la perplejidad provocada por la afirmación que sigue a la anterior: Es precisamente en el hogar, desde el momento de su nacimiento, que los niños aprenden acerca de su sexualidad en un proceso permanente que se compartirá con las instituciones educativas más adelante. ¿Qué quiere decir esto? ¿Se piensa, realmente, que la educación sexual comienza el día en que uno nace? No, no puede ser; debe haber algún error…
No obstante, en el folleto encuentro otras afirmaciones que juzgo acertadas. Refiriéndose a cómo tratar de las cuestiones sexuales con los niños más chicos, dice: Primero debemos escuchar y así ver hasta dónde necesitan saber, no contándoles cosas que aún no les interesan, no entienden o crean confusión.  
En la misma línea de acierto destaco esta sugerencia: Alrededor de los cuatro años, cuando comienzan a vestirse o a ir al baño por su cuenta, empiezan a sentir pudor o vergüenza y no quieren ser vistos desnudos. Es necesario respetar su intimidad; esto colabora con su desarrollo y confianza.
Intimidad y pudor, ¿cómo no destacar estas dos palabras que daba por desaparecidas desde hace décadas? Me alegró, la verdad. Y, al mismo tiempo, me sentí confundido por el tratamiento –mejor, el destrato- que más adelante reciben el pudor y la intimidad. De esto quisiera seguir hablando en la próxima.
 Los dejo por hoy, porque quiero ver algo del segundo tiempo de Argentina y Bélgica. (Me propuse no mandar ningún tweet cuando termine, ya ven).  
Con el cariño de siempre,

Jaime