Queridos Rafa y Anamaría:
abro
el correo y me encuentro con el mail de Rafa, escrito en una “tarde negra”,
dice. Me preocupé, la verdad, porque hasta hoy nunca había escuchado en vos,
Rafa, semejante expresión. Y como pienso que lo que te preocupa es de interés
para muchos, gracias por aceptar mi propuesta de conversar en el blog y dejarlo
abierto a otras opiniones.
En esta tranquila tarde de domingo (Minas duerme la siesta) te
escribo a ti y Anamaría, ya que sé bien, Rafa, que habrás compartido con tu
esposa la “tarde negra”.
Lo primero que quiero decirles es que no estoy de acuerdo
con el pronóstico de Rafa. Y me llama la atención, querido amigo, que un tipo
como vos, que siempre va para adelante (¡el
Cavani en tu fábrica!), se permita el lujo de sentirse “bajoneado”. ¿Qué te
pasa, me podés decir? ¿Porque recibiste un folleto de educación sexual para las
familias, que les dieron en la escuela? ¿Por eso? “La gota que derramó el
vaso”, escribiste…
Rafa, te pregunto:
¿recién ahora caés en la cuenta de que estamos en plena dictadura? Te lo dije y
lo repito: nuestro tiempo tolera todo… excepto al que no está dispuesto a
tolerarlo todo. Esto es la dictadura del relativismo, ¿de acuerdo?
Coincidimos en que hablar de “ir contra la corriente” nos queda chico…
¡Si tenemos que enfrentar un tsunami! (Ya saben que me gusta consultar el
Diccionario. Lo define así: Ola gigantesca
producida por un maremoto o una erupción volcánica en el fondo del mar). ¿Qué
hacemos con esta ola? ¿Barrenarla,
surfearla?... ¡Si arrasa con todo!: con lo que uno siempre creyó bueno y ahora
resulta que lo contrario no es malo; con lo que se entiende por autoridad (no
se entiende, mejor dicho); con la idea de libertad (sin responsabilidad alguna,
por supuesto); con el modo de educar a los hijos; con la distinción sexual
(¿qué vas a ser cuando seas grande, hombre o mujer?, elegí vos)…
En pocas palabras, Rafa y Anamaría: lo que me
plantea el mail de Rafa creo que es esto: ¿cómo sobrevivir en una cultura tsunámica?
¿Me dejo llevar por ella y chau?
Ustedes
saben que el tango nunca me entusiasmó, siempre preferí el folklore. Pero, de
un tiempo a esta parte, en las letras de no pocos tangos encuentro respuestas
formidables. Escuchen esto de Eladia Blásquez, porque me parece que responde
bien a la pregunta: Llegó la hora de archivar el corazón,
de hacer con la ilusión, que no me va a servir, un lindo paquetito con una
cinta azul, guardarlo en el baúl y no volverlo a abrir.
¿Se entiende? “Archivar el corazón” creo que equivale al
grito rebelde de ese anuncio de pomelo: ¡Basta
con tanta dulzura! y dejarse de ilusiones.
Sigue el tango Sin
piel: Es hora de matar los sueños, es
hora de inventar coraje para iniciar un largo viaje por un gris paisaje sin
amor...
¿Qué les parece, están de acuerdo? En vez de matar los
sueños yo diría los ensueños, pero no tiene mayor importancia. Lo que importa, Rafa,
es entender que hay que resistir a esta dictadura. Sin agresiones, tranquilo:
Francisco nos llama a dialogar, a trabajar por una “cultura del encuentro”. Lo
cual no está reñido con la necesidad de hacernos fuertes (es hora de inventar coraje) y de aprender a decir “yo paso”, “no
estoy de acuerdo”, “respeto tu libertad para organizar tu vida como quieras;
respetá la mía”… ¿Captan la idea?
Hace tiempo que trato de escribir corto (contrariamente a
aquel profesor alemán que se preguntaba: ¿por qué decir en tres tomos lo que se
puede explicar en seis?...). Por eso, basta por hoy; seguiremos.
Con el cariño de siempre,
Jaime
..
3 comentarios:
Agradezco los conceptos tan claros.
Hay que estar alerta con respecto a los mensajes que nos llegan, especialmente de la publicidad. Por ej. “Todo ha cambiado”. Este mensaje pretende tapar la boca e invalidar las advertencias de adultos y ancianos sobre las barbaridades que se nos quieren imponer. Se oye con frecuencia en jóvenes “Eso era en tu época”. Cuando decimos a las personas “Si todo ha cambiado, ¿ahora la gente no se muere? ¿no tenés que ir más a trabajar? ¿no tenés que hacer de comer, limpiar, etc, etc?” inmediatamente caen en la cuenta de que lo que ha cambiado es sólo la tecnología.
Con respecto a la moral sexual tampoco ha habido cambio, lo que se promociona es lo que ha sido práctica común en la humanidad fuera del judeo- cristianismo.
Ese sí es el único verdadero gran cambio: el Cristianismo por el cual Dios hace posible al ser humano volver a ser Imagen de Dios.
Hay que estar alerta con respecto a los mensajes que nos llegan, especialmente de la publicidad. Por ej. “Todo ha cambiado”. Este mensaje pretende tapar la boca e invalidar las advertencias de adultos y ancianos sobre las barbaridades que se nos quieren imponer. Se oye con frecuencia en jóvenes “Eso era en tu época”. Cuando decimos a las personas “Si todo ha cambiado, ¿ahora la gente no se muere? ¿no tenés que ir más a trabajar? ¿no tenés que hacer de comer, limpiar, etc, etc?” inmediatamente caen en la cuenta de que lo que ha cambiado es sólo la tecnología.
Con respecto a la moral sexual tampoco ha habido cambio, lo que se promociona es lo que ha sido práctica común en la humanidad fuera del judeo- cristianismo.
Ese sí es el único verdadero gran cambio: el Cristianismo por el cual Dios hace posible al ser humano volver a ser Imagen de Dios.
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