Desde el año 2010 al 2020 tuve el encargo, como Obispo de Minas, de cuidar a la Virgen "Desde el Verdún". Empieza una nueva etapa, la de la “nueva normalidad”. De cómo seamos los católicos dependerá, en gran medida, que esta “normalidad” sea gozosa, un amanecer soñado. Será un sueño de largo aliento, pero, como dijo Chesterton, “si de verdad vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo a toda costa”. Trabajar para que Uruguay sea más católico es uno de esos asuntos.
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