El
año pasado (lo recordarán quienes siguen el blog) viajé a Polonia con el
propósito de visitar a varios obispos y hablarles de la necesidad de sacerdotes
que tenemos por estos lares. Fueron días intensos y pude conocer a ocho
obispos, que se interiorizaron de nuestra situación y se comprometieron a
plantear a algunos de sus sacerdotes (gracias a Dios no faltan, en la tierra de
Juan Pablo II) la posibilidad de venir a
trabajar durante algunos años. En fin, estuve tirando el espinel…
Y
ahora lo recogí. Y la verdad es que la pesca
obtenida me produce una sensación inédita, mezcla de alegría y emoción. Estaría
fuera de lugar decir que “sigue dando criollos el tiempo”…, pero sí hay que
afirmar que, en la Iglesia, sigue tan vigente como el primer día la última
indicación de Jesús: vayan por todo el
mundo, enseñen el evangelio…
Hace
dos días, volando desde Varsovia y Madrid, llegaron (llegamos) el P. Jarek y el
P. Jacek (difíciles los nombres y más aún sus apellidos), que ya se sienten
uruguayos: lo primero que compró en Minas el P. Jacek fue un mate, con el
escudo oriental.
Primera visita del P. Jacek y P. Jarek: en la falda del Verdún
El
P. Jarek tiene 45 años, es sacerdote desde hace veinte y la última década ha
sido Director espiritual del seminario de Drohiczyn. El P. Jacek tiene tres años menos y una
ventaja: ya sabe español. Lo aprendió en España estudiando Derecho Canónico y,
al terminar, se fue al Perú –le gusta la aventura- y estuvo cinco años en
misión, trabajando en la selva, en Iquitos.
La
ventaja del P. Jacek es relativa, en realidad, porque el P. Jarek tiene una
envidiable facilidad para los idiomas: ya lee la Misa a la perfección y
chapurrea el castellano de tal manera que, en pocas semanas, seguro que estará
predicando.
Segunda visita.
Hecha
la presentación, sólo quisiera pedirles una cosa: recen por ellos, por su
patria, por sus familias, por sus diócesis (Plock y Drohiczyn), por sus
obispos… y para que piquen más en el espinel de la Iglesia en Uruguay.
3 comentarios:
¡Bienvenidos, P. Jarek y P. Jacek! Bienvenidos al Uruguay. Desde Montevideo y en el día de San Lucas y de la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt, les mandamos un fraternal abrazo con los mejores deseos; que junto a Don Jaime puedan hacer mucho, muchísimo, por la Diócesis de Minas y toda su gente.
Winston y Mona
Qué alegría nos da que haya podido traer a nuestra patria, en especial a Minas, a dos sacerdotes de tan digno origen.
Ojalá que la pesca en nuestros ríos dé también buenos frutos pronto.
Rezamos por todos Uds. y por nuestros hermanos minuanos para que se acerquen más a Jesús y a María.
Abrazo,
Mónica y Claudio
Felicitaciones a estos Sacerdotes por su generosidad!! BIENVENIDOS AL URUGUAY!!
y a Ud, Padre Jaime por pescar tan requete bien!!
Dios los bendiga a los tres con la imitacion de muchos jovenes uruguayos a ser enteros de Jesus!!
Annie Vidiella
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