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miércoles, 28 de agosto de 2013

SOLDADOS DEL VERDÚN

      Esta mañana fui al Verdún. El viento estaba estrenando la última versión de hojas de afeitar. Los soldados, sin hacerle caso, le daban y le daban al muro de piedra que encorseta al templete de la Virgen: ya casi luce por completo la hermosura de su plena libertad.
      Recorriendo el perímetro, me detuve en la que podría ser una nueva versión, no menos esforzada, de aquella epopeya de los soldados americanos en Iwo Jima...


      Así peleaban esta mañana nuestros soldados contra la piedra, bajo la mirada de la Madre del Verdún.



miércoles, 21 de agosto de 2013

CUALQUIER MONEDITA NO SIRVE




Esta es la información que publicó  EL PAÍS el domingo pasado. La traigo aquí para recordar que la construcción del Santuario del Verdún requiere $$$ y que pueden depositarlos en:
BROU, Cuenta n. 026 0244258
ABITAB, Santuario de la Virgen del Verdún. Cuenta n. 31399
RED PAGOS, Santuario de la Virgen del Verdún. Cuenta n. 34587
Se comprende que, en este caso, cualquier monedita NO  sirve. ¡Gracias!


viernes, 16 de agosto de 2013

¡ARRANCÓ EL SANTUARIO DE LA VIRGEN DEL VERDÚN!


15 de agosto de 2013, 8 de la mañana.

      Celebramos ayer la fiesta grande de la Asunción de Nuestra Señora en cuerpo y alma al cielo. ¿Qué mejor día para empezar a poner las bases del Santuario de la Virgen del Verdún? 
      Las 8 de la mañana. Un sol tibiecito intenta disolver la helada de la noche. Hay ganas de trabajar, que es lo más importante.  
   Los soldados pertenecientes a la IV División de Ejército, dirigidos por el Tte. Sierra, el Arq. Francisco Collet y el Capataz Adrián Vega, después de encomendarse a la Virgen ponen manos a la obra. El obispo les había contado que, hace siglos, tres hombres estaban trabajando en una cantera. Alguien le preguntó a uno de ellos qué hacía...: - Me gano la vida, respondió. - ¿Y tú?, dirigiéndose al segundo: - ¡Estoy sudando! contestó con fastidio. - ¿Y tú?, dijo al otro, radiante: - ¡Estoy construyendo una catedral! 
      Con este espíritu empezaron ayer las obras de la nueva casa de la Virgen del Verdún. 


El equipo pionero, que irá aumentando.

Preparándose.

¡Vamos, que podemos! La unión hace la fuerza.



9 de la mañana, día gélido. Señora deportista y, sobre todo, devota de la Virgen. Así me dijo: - ¡Es su fiesta, hay que cumplir con Ella!.- Al fondo, el sol intenta despejar la helada que cubre a Minas.

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(Día 16. Termina una jornada de trabajo. Aquí está la cuadrilla completa. Se despiden hasta el lunes).








domingo, 11 de agosto de 2013

¡LA IGLESIA ESTÁ VIVA! (JMJ-3)

           De la JMJ podría escribir mucho más, pero tengo que poner un punto final. Reproduzco ahora una nota que me pidió el semanario Serrano, de Minas. Las fotos también ayudan a hacerse una idea más completa de esos días inolvidables.

         Cuando el Beato Juan Pablo II se fue al cielo, una multitud incalculable de personas de todo el mundo hicieron cola durante días y noches para pasar delante de su cuerpo expuesto en San Pedro y darle el último saludo. Mientras se preparaba la elección de su sucesor, el futuro Papa, cardenal Ratzinger, sintetizó esa espontánea manifestación mundial de veneración y cariño exclamando: “¡La Iglesia está viva!”. 
Entré en una parroquia cuando estaban en Misa, en el momento del Padrenuestro. Eran jóvenes belgas y alemanes.

        Lo mismo hay que decir ahora, cuando terminaron unos días realmente históricos, en los que el Papa Francisco se dio a conocer, no sólo a los jóvenes sino a la población de toda la Tierra: ¡la Iglesia está viva! Y ésta, su vitalidad encarnada en chicas y chicos de los cuatro puntos cardinales, es un gran motivo de esperanza.

         Si uno se dejara llevar por las noticias que día a día reproducen los medios de información, tendríamos motivos de sobra para el pesimismo. Pero el caso es que el bien no hace ruido (y el ruido no hace bien). En la JMJ se ha visto el bien: un torrente de alegría sana, de una serena felicidad contagiosa: no hubo ni una sola palabra fuera de tono, ni una borrachera, ninguna agresión, cero droga…
                 Todo termina en esta vida, también la JMJ. Pero se animaban muchos despidiéndose "hasta Cracovia"...
         Y no sólo. La JMJ, guiada por los gestos y las palabras del Papa Francisco, fue un himno de esperanza en los jóvenes, que de a ratos lo interrumpían para exclamar con entusiasmo: ¡esta es la juventud del Papa! Asimismo, más aún que sus cantos y exclamaciones, sorprendía el silencio que guardaban cuando así lo reclamaba el momento: en concreto, durante la adoración a la eucaristía en la vigilia de oración del sábado y en la Misa del domingo. No es para nada frecuente que más de 3 millones de jóvenes estén juntos y en completo silencio…
                                                                            Copacabana al día siguiente...

         Alegría y cantos por las calles de Río; cánticos sagrados y recogimiento silencioso en los tiempos de oración: en este clima maduraron, estoy seguro, tantas y tantas decisiones de tomarse en serio a Jesucristo, como dijo Francisco, y de armar lío en todas partes, como animó a los jóvenes: un lío fruto del amor a Jesús y traducido en servicio a los demás.
         De la Diócesis de Minas salió un ómnibus oficial, digamos, y otras muchas personas lo hicieron por otros medios. Los tres obispos de Montevideo, el de Melo, de Salto, de San José y de Mercedes, con el que esto escribe, fuimos testigos privilegiados de la JMJ. Más de 3.500 jóvenes uruguayos viajaron hasta Río, acompañados por más de un centenar de sacerdotes.

              Nos encontramos en el aeropuerto de Río, volviendo a casa. Son de la parroquia de los Palotinos. Cansados, pero aún con fuerzas para sonreír. 


         El Papa no sólo invitó, sino que nos empujó a todos a salir a anunciar que Jesucristo vive y a dar a conocer la hermosura de creer en Él. Esto no es ninguna novedad en la Iglesia, es el ABC de su pertenencia. Pero el ejemplo de Francisco ha sido un removedor de la fe: su sencillez, su energía, su ilimitada entrega y su servicio, son el punto de referencia para llevar a la práctica, con renovada esperanza, el lema de la JMJ: Vayan y hagan discípulos entre todas las naciones. Uruguay incluido, naturalmente.   
                                                       ¡Vamo'arriba: a evangelizar!

lunes, 5 de agosto de 2013

ESTÁ CRECIENDO UN BOSQUE (JMJ-2)

¿De dónde serán esos, con camisas floreadas blancas y rojas? Me lo preguntaba yo al terminar la Misa del Domingo en Copacabana, a la que asistieron 3 millones 600.000 personas, mientras caminaba entre un mar de gente... - Deben ser de algún Estado de Brasil, me respondió Eraldo, seminarista de Río de Janeiro que me acompañaba, cuando compartí con él mi curiosidad.

Para salir de dudas, le pregunté a uno de los muchachos, en español primero y en inglés después. -We come from Guam, respondíó. - From what? - Guam, repitió, la Isla de Guam. - Ah!... ¿Y cuántos vinieron? - ¡Ciento diez!, exclamó con alegría.
Guam, el Pacífico, segunda guerra mundial... Cuando llegué a casa consulté la Wikipedia... En toda la isla viven 170.000 personas y vinieron 110 jóvenes... La JMJ fue la catolicidad de la Iglesia puesta en acto.

Y fue la JMJ de la serena alegría, como todas las JMJ. Un kiosquero me decía: - Ninguna pelea, ninguna discusión, ¡todo alegría, muito bonito, muito bonito! Idéntico comentario el de un taximetrista... y de todo el mundo. Y lo mismo que escuché en Madrid, meses después de la anterior JMJ.

Coreaban por las calles y en Copacabana, acentuando: ¡Ésta és, la júventud del Papa! Esta es la juventud que significa una palabra: ESPERANZA. En una de sus intervenciones, Francisco dijo algo bien sabido: más ruido hace un árbol que cae, que un bosque que crece. Gran verdad: hay motivos, con esta juventud, para alimentar la esperanza de ir a mejor: sin marihuana, casándose y teniendo hijos, como Dios manda para ser felices...

De a ratos uno puede dejarse ganar por el pesimismo, ante la avalancha permanente de violencia e infidelidad en todos los ámbitos. Podría ser que tantas ramas secas impidan ver el bosque hermoso que crece un poco todos los días. Valdrá la pena ir a Cracovia dentro de tres años, para verlo: son chicas y muchachos de todas las lenguas e idéntica fe, capaces de darle al mundo el alma que le falta.