Esta semana ha sido extraordinaria. El sábado 29, gran fiesta de San Pedro y San Pablo, en la Diócesis de Minas tuvimos la alegría, ¡después de 10 años!, de una ordenación sacerdotal: el obispo impuso las manos a Fernando Pereira -ya está desempeñando su ministerio en José P. Varela- , en una ceremonia con la Catedral desbordante de alegría.
El miércoles 3, en la Matriz, celebramos los 200 años del nacimiento de Don Jacinto Vera, nuestro primer obispo y, Dios quiera que pronto, el primer santo uruguayo. Al terminar la Misa, Obispos, sacerdotes, diáconos y el pueblo fiel fuimos a venerar los restos de Don Jacinto en su tumba y a pedir su pronta elevación a los altares. El Arzobispo de Montevideo, octavo sucesor de Don Jacinto, agradeció especialmente al Obispo de Canelones la Positio sobre la vida y virtudes de Monseñor Vera -11 años le ha llevado a Mons. Sanguinetti hacer este extraordinario trabajo- presentado a la Santa Sede para la canonización.
Ayer, viernes 5, llegó multiplicado por tres el último movimiento –allegro con fuoco- de esta semana fuera de lo común: ¿quién no la habrá compartido, cuando supimos que el Papa Francisco aprobó el milagro para canonizar al Beato Juan Pablo II y que dispensó de este requisito, como está previsto, en el proceso del Beato Juan XXIII?
En esta gozosa sinfonía, la aprobación de un milagro por la intercesión de Don Álvaro del Portillo, primer sucesor de San Josemaría Escrivá al frente del Opus Dei, me ha llenado de emoción. De entre muchos recuerdos de Don Álvaro, recupero uno que viene de Cuba.
En 1998 me encontraba en La Habana, informando sobre el viaje de Juan Pablo II a la isla. Mientras iba con tres seminaristas en un taxi hacia la Nunciatura Apostólica, -el Papa volvía de visitar un hospital e iban a saludarlo con cantos- uno de ellos, hoy sacerdote en la diócesis de Pinar del Río, cuando supo que yo pertenecía al Opus Dei me lanzó esta inesperada pregunta:
- ¿Usted no cree que Monseñor Del Portillo es tanto o más santo que el fundador del Opus Dei?
- ¿Por qué dices eso?
- Porque pienso que un hombre tan inteligente (Don Álvaro era Doctor en Ingeniería, en Historia y en Derecho Canónico), que ha recibido en la Iglesia encargos de tanta responsabilidad (antes, durante y después del Concilio, en efecto, la Santa Sede le confió numerosas tareas) y que siempre estuvo en silencio, al lado del fundador, ayudándolo a sacar adelante la Obra… ¿No cree que para vivir así hay que ser muy humilde y muy santo?
- ¡Ya lo creo!
2 comentarios:
Hay un expresión.."ya no da más Criollos el tiempo".. y tiene mucho de verdad. Pero lo que nunca va a dejar de dar el tiempo son los Santos. Siempre, siempre van a haber Santos. !!Muy buenas las noticias de su blogg.!!
Realmente una semana EXTRAORDINARIA, y con tan buena presentación, llena de alegría a todos los corazones. Pienso que todos los Obispos de Uruguay so sucesores de Jacinto Vera, puesto que él recorrió todos los rincones de la patria ¡¡¡¡
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