Sobre el "carisma" del papa Francisco se está escribiendo mucho...: es el primero del mundo, por lejos, en popularidad. Pienso que, más allá de sus cualidades personales, hay otro "factor" que explica la adhesión de que goza.
Hoy cumple el Papa Benedicto 86 años. Y reproduzco aquí unas líneas de un monje, el P. Diego de Jesús, del Monasterio de Jesús Orante, en Mendoza, porque dan en el clavo.
Con la emoción aún de lo vivido esta madrugada (nuestra) en la plaza
San Pedro, y que gracias a la tecnología, pudimos seguir desde aquí
muy bien, los saludo en el Señor.
La historia de la Iglesia conoce unos cuántos casos de monjes
que
terminaron Papas... y un solo caso inverso, que hoy nos ha tocado
presenciar: un Papa que se hace monje, que ingresa libremente a la
fortísima raza de los cenobitas, como dice san Benito. No va por
menos, sino por más; no se baja de la Cruz, sino que trepa más alto:
audazmente ha dado un paso adelante (no al costado) para afrontar los
inmensos retos de la Iglesia con mejor armamento que el que le
posibilitaba la sede de Pedro: la plegaria, la omnipotencia
suplicante. Como dice un famoso texto de Chesterton: al revés de lo
que se cree, cuando las cosas andan realmente mal, ya no se necesita
al hombre práctico; es la hora del hombre teórico, del contemplativo.
Por eso este inmenso Papa que Dios nos ha regalado deja el valle y
sube a la montaña. Aún no se ha entendido del todo el gesto. Nos
llevará seguramente algunos años. Sólo me atrevo a adelantar que decir
"me retiro para orar por la Iglesia" no fue un mero eufemismo para
decir sin más "me retiro". Tal vez sea más bien como decir: no me
retiro nada; me adentro en pos de una misión más ardua y determinante.
Que otro, más joven, con menos fuerzas, se ocupe de la cosa práctica.
Yo me ocupo de los dragones.-
Si san Gregorio fue el primer Papa monje; Benedicto es el primer monje
Papa. Tal vez, el Papa más agudo de los últimos mil años.
La Barca de Pedro, en breve, tendrá nuevo timonel... y tendrá un vigía
nocturno en la punta de su palo mayor.
Bienvenido Abba Benito XVI a la fortísima raza monacal. Con Usted,
Santidad, acaudillando nuestra plegaria, los monjes del mundo entero
nos sentimos más fuertes, más acompañados, mejor orientados.
terminaron Papas... y un solo caso inverso, que hoy nos ha tocado
presenciar: un Papa que se hace monje, que ingresa libremente a la
fortísima raza de los cenobitas, como dice san Benito. No va por
menos, sino por más; no se baja de la Cruz, sino que trepa más alto:
audazmente ha dado un paso adelante (no al costado) para afrontar los
inmensos retos de la Iglesia con mejor armamento que el que le
posibilitaba la sede de Pedro: la plegaria, la omnipotencia
suplicante. Como dice un famoso texto de Chesterton: al revés de lo
que se cree, cuando las cosas andan realmente mal, ya no se necesita
al hombre práctico; es la hora del hombre teórico, del contemplativo.
Por eso este inmenso Papa que Dios nos ha regalado deja el valle y
sube a la montaña. Aún no se ha entendido del todo el gesto. Nos
llevará seguramente algunos años. Sólo me atrevo a adelantar que decir
"me retiro para orar por la Iglesia" no fue un mero eufemismo para
decir sin más "me retiro". Tal vez sea más bien como decir: no me
retiro nada; me adentro en pos de una misión más ardua y determinante.
Que otro, más joven, con menos fuerzas, se ocupe de la cosa práctica.
Yo me ocupo de los dragones.-
Si san Gregorio fue el primer Papa monje; Benedicto es el primer monje
Papa. Tal vez, el Papa más agudo de los últimos mil años.
La Barca de Pedro, en breve, tendrá nuevo timonel... y tendrá un vigía
nocturno en la punta de su palo mayor.
Bienvenido Abba Benito XVI a la fortísima raza monacal. Con Usted,
Santidad, acaudillando nuestra plegaria, los monjes del mundo entero
nos sentimos más fuertes, más acompañados, mejor orientados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario