Recurrir a la
Virgen y confiar en su mediación materna es una actitud que, desde hace no
pocos años, se verifica en todo el mundo: por una especie de “instinto”
sobrenatural, en tiempos difíciles los hijos van a buscar protección en la
Madre que tenemos en el Cielo.
En septiembre de 2008 participé en el Congreso Mariológico
Internacional que tuvo lugar en Lourdes. El tema fue Las apariciones marianas, y allí, entre otras cosas, me enteré de
que la Santa Sede había reconocido las de la Virgen en Kibeho, Ruanda,
ocurridas el 28 de noviembre de 1981 y en los seis meses siguientes.
La Declaración correspondiente se
dio a conocer en Roma el 29 de junio de 2001, o sea, 20 años después de los
hechos. Este periodo de tiempo tiene especial interés. Y también lo tiene la
puntualización que hizo el Obispo de Gikongoro, Augustin Misago, al que
correspondió encargarse de la investigación sobre la veracidad de las
apariciones.
Explicó que, después de realizado
el estudio, podía afirmar que la Virgen se había aparecido solamente a tres
chicas (Alphonsine Mumureke, Nathalie Mukamazimpaka y Marie Claire Mukangango),
que han correspondido satisfactoriamente
a todos los criterios establecidos por la Iglesia en materia de apariciones y
revelaciones privadas.
Por el contrario,
continuaba el obispo Misago, la evolución
de los presuntos videntes sucesivos (otras cuatro personas), sobre todo tras acabar las apariciones,
deja ver situaciones personales inquietantes, que han reforzado las reservas ya existentes respectos a ellos.
El motivo de traer hoy aquí este
sucedido, es el anuncio de que Ivan Dragicevic, presunto vidente de la Virgen
en Medjugorje que hasta hoy recibe sus mensajes, vendrá a Montevideo el 8 y 9
de marzo, y dará una conferencia en la parroquia Punta Carretas y en el Palacio
Peñarol, después del rezo del Rosario y de la Santa Misa.
Pienso que es importante tener en
cuenta el “antecedente” de las apariciones de la Virgen en Ruanda, para
encuadrar el evento que nos ocupa. En concreto, hay que destacar que el 10 de
abril de 1991 los Obispos de la ex Yugoslavia declararon que en
base a las investigaciones realizadas hasta ahora (acerca de los
acontecimientos de Medjugorje) no es posible afirmar que se trate de
apariciones o de revelaciones sobrenaturales. Y, sobre todo, es
necesario considerar que, tanto en lo referente a las apariciones de Ruanda
como en el caso que nos ocupa, los respectivos comunicados fueron previamente
aprobados por la Santa Sede.
Como se sabe, el Papa Benedicto XVI
nombró una Comisión internacional de expertos, presidida por el Cardenal Ruini,
para estudiar lo ocurrido en Medjugorje. En diciembre pasado, el propio
Cardenal Ruini declaró que aún llevará tiempo arribar a alguna conclusión. En
todo caso, la Congregación para la Doctrina de la Fe deberá estudiar primero el
informe de la Comisión, que posteriormente se entregará al Papa: él es quien
confirmará o no, y de qué manera, las
disposiciones que desde 1991 hasta hoy continúan en vigor.
Estos días me llegan variados rumores,
acerca del evento programado en Montevideo con ocasión de la llegada del
presunto vidente. En síntesis, pienso que todo lo que sea orar a María
invocando su intercesión materna, es no sólo bueno sino muy bueno y necesario.
Y, a su vez, los antecedentes y los juicios autorizados que mencioné dan pié
para que las tomas de posición en relación a Ivan Dragicevic reclamen una
especial prudencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario