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domingo, 20 de enero de 2013

15 PREGUNTAS... Y RESPUESTAS




15

preguntas sobre las


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Monseñor Jaime: Le envío mis congratulaciones por el trabajo que nos presenta.
Es de suma importancia que los cristianos tengamos insumos para rebatir los planteamientos que nos dirigen personas con las que tratamos a diario.
Su trabajo me resultó una lectura muy accesible para “iniciarme” en el tema, ya que ignoraba un sinnúmero de puntos que ahí se desarrollan.
Estoy completamente de acuerdo de que como ciudadanos de un Estado de Derecho reivindiquemos el respeto de los valores fundamentales que actúan como pilares de nuestra sociedad.

FRANCISCO dijo...

Mons. Fuentes, muy interesante su escrito. Quiero aportarle una vivencia de un amigo que comprueba en la práctica, lo que usted expresa: La familia no es un invento del hombre, de una cultura determinada, está en su naturaleza.

Hace unos cuatro años el señor Rafael Vila, de Las Piedras , se tomó un año sabático, y recorrió 55.000 kms. en moto, solo, sin más equipaje que una mochila con una carpa y herramientas. Recorrió América partiendo de MOntevideo, atravesando la Amazonia, hasta llegar a EEUU. Allí desarmó su moto y en avión aterrizó en Asia, recorriendo diversos países hasta la frontera con China. En total conoció 17 países. No se hospedó en hoteles sino que acampó en lugares públicos , y en casa de los más humildes. Conoció y vivió con lo que sería la gente común de cada comunidad rural, pequeño pueblo o ciudad. Un viaje de 9 meses en el que sin darse cuenta con sus vivencias tomó muestras de cómo vive la gente común. Pasó 272 noches fuera de su casa.

En oportunidad de escribir por internet desde alguna ciudad, se asombraba de cuánta gente, y qué diferente, se dedicaba con afán para trabajar por su familia. Personas de las culturas más dispares, campesinos de América y Asia. Encontró familias: madre, padre e hijos que se querían y convivían bajo el mismo techo. Unos sin luz, ni agua corriente, otros con mayores comodidades.

Rafael sin darse cuenta realizó un muestro real de cómo son las familias de distintas culturas, y se admiraba del afecto que tenían entre ellos y la hospitalidad en recibirlo. Su lenguaje fueron los gestos y la mirada, pues no dominaba ningún otro idioma que el “uruguayo”. Esto le ayudó a concentrarse en observar la actitud de las personas y mirar mucho a los ojos. Creo que obtuvo un conocimiento profundo y objetivo sobre las familias,en circunstancias muy diversas , que vale la pena compartir. Su experiencia al viajar absolutamente solo fue única.