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domingo, 29 de diciembre de 2013

LA LUZ EN UN TANGO


            Hasta hace dos días yo andaba entreverado, sin saber cómo explicar La alegría del Evangelio, del Papa Francisco. Había leído algunos comentarios parciales, es decir, nada imparciales, centrados en algunas ramitas económicas –tema sagrado para muchos- que tiene el documento y como incapaces de ver el tupido bosque de ideas y sugerencias que, de a poco, causarán una verdadera revolución en la Iglesia –todos somos Iglesia- y, por tanto, en el mundo.

2 de octubre 2013.- ¡Marga canta mejor que Gardel!...

             La verdad es que no encontraba el modo de sintetizar las 220 páginas en las que el Papa expone cómo hacer El anuncio del Evangelio en el mundo actual, según reza el subtítulo del documento. Así estuve hasta anteayer, cuando se hizo la luz.
            Fue mientras viajaba de Minas a Montevideo, escuchando una copia del CD de temas argentinos cantados por mi hermana Marga, que le entregué a Francisco, de su parte, en octubre pasado. (Le dije entonces al Papa: - Mire, Santo Padre, que canta mejor que Gardel… A lo que me respondió, riéndose: - ¡Pero haceme el favor, mirá que sos!...).
           La luz vino de la mano de Eladia Blázquez. Marga interpretaba su tango A un semejante, que yo había escuchado ya unas cuantas veces. No sé por qué, en ese viaje, sus palabras fueron un fogonazo: ¡encontré lo que buscaba!
Eladia Blázquez (1931-2005)
                                                                                           
         Vení, charlemos, sentate un poco… Es la invitación que Francisco dirige a todos, que andamos a mil por hora, ocupados y preocupados, sin tener tiempo de “perder el tiempo” hablando con un amigo. Tenemos tema para rato: si conociste a Jesús cuando eras chico y, por lo que sea, perdiste su amistad; si estás “en otra” pero no estás contento… Hay para conversar un año entero. Todavía más si caemos en la cuenta, como Francisco lo hace ver, que la humanidad se viene encima y, en consecuencia,  ya no podemos, hermano loco, buscar a Dios por las esquinas. ¿Por qué? Porque ¡se lo llevaron, lo secuestraron y nadie paga su rescate! 

            Aquí está el nudo de la cuestión: da la impresión de que Dios ya no interesa. Lo hemos cambiado por el sentimiento, ¡ay, Señor!, y es solamente esto lo que tenemos para compartir: a vos te duele como a mí la lluvia en el jardín y en una rosa; si te dan ganas de llorar a fuerza de vibrar por cualquier cosa…
Así vamos viviendo, mientras afuera esta el turbión de tanta gente sin piedad, de tanto ser sin corazón. Vamos viviendo, mal viviendo, y sufriendo, sufriendo.
Marga

            Este es el cuadro, en nada distinto del que tuvieron que enfrentar los primeros locos cristianos. Más de uno habrá comentado alguna vez, entonces y ahora, con un hermano en la fe: decí, ¿qué hacemos vos y yo, qué cosa vos y yo sobre este mundo, sembrando amor en un desierto, tan estéril y tan muerto, que no crece ya la flor?
            Francisco, sin embargo, precisamente porque la mano viene brava, insiste en su invitación a conversar, pasando por alto ideologías y partidismos: nos une algo demasiado grande: vení charlemos, sentate un poco, ¿no ves que sos mi semejante? ¡Qué elemental y qué desconocido! Sos mi semejante, sos otro yo, para algo grande estamos en la tierra… Bueno, ¿y de qué hablamos? ¿De qué, sino de esto?: si sos mi semejante, a ver, probemos hermano loco, salvar el alma cuanto antes.

            En el primer tiempo de la Iglesia escribió Tertuliano: es precisamente esta eficacia del amor entre nosotros lo que nos atrae el odio de algunos que dicen: ¡miren cómo se aman!, mientras ellos se odian entre sí. Mira cómo están dispuestos a morir el uno por el otro, mientras ellos están dispuestos, más bien, a matarse unos a otros. En La alegría del Evangelio, el Papa Francisco, que ha meditado durante años la vida de Jesús, vuelve a lo mismo: quien encuentre a un cristiano en el camino de su vida deberá poder exclamar con alegría: Es un asombro tener tu hombro y es un milagro la ternura, sentir tu mano fraternal, saber que siempre para vos el bien es bien y el mal es mal. 

¡Feliz Año Nuevo!

viernes, 20 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD

La recibí de mi Universidad, la comparto: ¡la clave es compartir!

martes, 17 de diciembre de 2013

PARA TENER ESPERANZA



MENSAJE DE NAVIDAD

Es verdad lo que dice la canción, los minuanos lo sabemos bien: Dios baja a la tierra en Minas y en abril… Pero en Navidad… En Navidad es infinitamente más.
 Celebramos el nacimiento de un Niño que es Dios y vino en persona a nuestro mundo: se llama Jesús y María es su madre. Quisiera que en esta Navidad nos fijáramos especialmente en ella, porque es una mujer gaucha como no ha habido otra.
En una gruta dio a luz a su hijo y lo acunó en un pesebre. Con el chiquito Jesús y con José, su esposo, tuvo que emigrar porque Herodes quería matarlo. Al ofrecerlo a Dios en el templo de Jerusalén, un profeta le anunció que su hijo sería rechazado y que a ella se le partiría el alma… Cuando Jesús empezó su misión de enseñarnos cómo debemos vivir para alcanzar el Cielo, María sintió, junto con la alegría, el odio de los poderosos… Y estuvo con él, consolándolo con su presencia, al entregar Jesús su vida en la Cruz por los pecados de los hombres.

Tenemos que aprenderlo todo de Jesús y de su Madre. En esta Navidad le pido especialmente a la Virgen Santísima que nuestras muchachas, imitándola, sean mujeres gauchas de verdad: rezadoras; fieles a Dios hasta la muerte; fuertes en sus convicciones; sin miedo al sacrificio; defensoras incansables y siempre respetuosas del divino misterio de la vida; capaces de jugarse por el ideal grande del noviazgo y del matrimonio como Dios manda, y por el más grande aún de la completa entrega a Dios.
Y encomiendo también a los papás y a las mamás: para que, con su ejemplo y con su palabra, con su cercanía y su amistad, sepan forjar el carácter gaucho de sus hijas.
¡Nuestra patria, para tener esperanza, necesita más que nunca a estas mujeres!

¡MUY FELIZ NAVIDAD!

miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿SUICIDIO O HARAKIRI?

Fumata con olor a marihuana; esto fue la votación de ayer. Y me vino a la memoria un comentario de mi amigo y condiscípulo en Navarra, Luis Foix, que en 1982, cuando la locura de la guerra de las Malvinas, era el corresponsal del diario La Vanguardia en Londres. A él le tocó viajar a Argentina a cubrir la información.
  Llegó el periodista a Buenos Aires y percibió que la opinión pública porteña estaba bastante desinformada…, hasta el punto de que en una reunión con universitarios (“¡se la vamo a dar a los ingleses, se la vamo a dar!”, oyó) no pudo menos que exclamar:
- ¿Vosotros conocéis la flota que está preparando Inglaterra?... Pienso que tenéis dos posibilidades: la primera, ¡suicidaros!; la segunda…, ¡haceros el harakiri!
           En este “day after”, necesariamente se suman, a la votación de ayer, la legalización y promoción del aborto; la equiparación legal de las uniones homosexuales con el matrimonio y la fecundación artificial en todas sus formas, leyes que, como escribí más de una vez, llevarán a que la familia uruguaya se hunda como hundieron los ingleses al Capitán Belgrano.

         Entonces, ¿qué elegimos: el suicidio o el harakiri? Hay una tercera opción (segunda, mejor dicho), entusiasmante, que podría resumirse en un slogan: Por la familia todo es poco.
Lo cual quiere decir que es necesario multiplicar las iniciativas para ayudar a los matrimonios jóvenes antes de que lleguen las dificultades; que hace falta enseñar a los chicos y chicas adolescentes el valor de la fidelidad en todos los órdenes; que hay que decidirse a no tener miedo de decirles que lo blanco es blanco y lo negro, negro; que es necesario que  los papás y las mamás asuman su deber de dar la información sexual a sus hijos, y que no permitan que les pudran el coco enseñándoles cómo hacer el “sexo seguro”; que hace falta… un largo etcétera.
         Hace un mes y pico casé a Rosina y Nicolás; en dos semanas lo harán José y Pilar. Son dos parejas de novios, que me consta que “la tienen clara”. Tanto que están dispuestos a darlo todo –a darse del todo- porque por la familia todo es poco.
         No están solos en el empeño, también me consta. Hay, como ellas, muchas parejas más que no quieren saber nada con los “derechos” de abortar los hijos, de cultivar marihuana o de integrar un club de faloperos. Están dispuestos a romperse todo por la familia, por la que ellos quieren formar. Hay que apoyarlos con entusiasmo: se encuentran en la primera fila de una guerra que hay que ganar. O sí, o sí.  

miércoles, 4 de diciembre de 2013

MEXICANOS EN MINAS

          Esta historia me alegra mucho y, al mismo tiempo, me pone colorado de vergüenza.
La Catedral de Minas ya cumplió 120 años y se nota, sobre todo en las humedades, que no perdonan: carcomen paredes y columnas, y provocan unas tremendas caries en los revestimientos. Enfrentar el problema es difícil, sobre todo porque el gasto de reparación está fuera de nuestras posibilidades.  
Como cantaba Nat King Cole, el estribillo de Quizás, quizás, quizás no deja de martillearme cada vez que entro en la catedral: ¡por lo que tú más quieras –así grita mi conciencia- hasta cuándo, hasta cuándo!... ¿Cuándo me vas a arreglar?

José Manuel, José Antonio y Marco Antonio

Hace cosa de dos meses, un día cualquiera, sucede algo bastante parecido a un milagro. Cinco obreros mexicanos llegan a la catedral y preguntan por el párroco, el P. Pablo. Le explican que están trabajando en la nueva planta de ANCAP, en las afueras de Minas, y que vinieron a visitar la iglesia. Le dicen que les llamó la atención el problema de la humedad y el estado de las columnas, y que varios de ellos (son 35) se han puesto de acuerdo y, si les dan los materiales, en las horas libres que tengan están dispuestos a arreglar todo lo que puedan...
Dicho y hecho: ya terminaron las cuatro columnotas de la izquierda del templo y esperan hacer algo más antes de irse, dentro de diez días.

Un sábado de tarde pude estar con tres de ellos mientras trabajaban. Son de un pueblo del estado de México, de difícil pronunciación: Tequixquiac. 
Siento no haber grabado la conversación, porque no es frecuente encontrar tanto sentido común y tanto sentido sobrenatural.
-      Pero fíjese, Padre: entramos en la casa de Dios y vimos pero ¡qué maaal está esto, no puede seeer!... Y ¡ándele!, dijimos, pues tenemos tiempo liiibre y además hay hueeeelgas, ¡vamos a ayudar un pooco! Pues claro que sí Padresito, si todos nos quedamos asiiií, diciendo nomás que ¡qué feo estáaaa!..., pues no vamos a esperar que vengan del cielo a arreglarnos la casa de Diooos,¿no cree?

Me dijeron también que se irán de Minas muy contentos.
-    No es para menos, dije. ¡Con todo lo que han hecho!..
-   Sí, Padresito, pero lo importante no es eso... (y señalaba con el dedo a las alturas). Usted me entiende...
¡Claro que lo entiendo! Pero tuvieron que venir desde Tequixquiac a recordarme que es por Dios por quien hay que hacer las cosas, o sí o sí. 






lunes, 25 de noviembre de 2013

LA FE, LA SERPIENTE Y LA CRUZ

      Hay relatos que llegan al alma. El que acabo de recibir es uno de ellos. Y pienso que es el mejor broche (de oro, sin duda) para el Año de la Fe que terminó ayer.
      Su autor es un sacerdote argentino al que conocí hace un montón de años en Córdoba, Argentina. Él estaba cursando sus estudios en la Academia Pontificia Eclesiástica, en la que se forman los que son destinados a las diferentes Nunciaturas Apostólicas de la Santa Sede. Al terminar, desde que empezó su carrera diplomática, monseñor Rubén Darío Ruiz Mainardi empezó a enviar algunas crónicas con las que nos mantiene al día de sus andanzas.
      Desde hace pocos meses, Rubén Darío está en Francia, pero antes de contar algo de su nuevo y quizás envidiable destino, nos ha contado a sus amigos algo de lo que vivió en su penúltimo país, Chad (pinche aquí para saber algo de él), que no tiene absolutamente nada de envidiable sino todo lo contrario. La fe lo llevó a ese lugar y sólo la fe explica esta tremenda historia. 


Hace dos meses que estoy en Francia, mi nuevo destino, pero antes de comentar mis anécdotas en las tierras de los galos no quiero olvidarme de compartir una de mis últimas experiencias vividas en el Chad.

Hace 3 años, cuando llegué a N'Djaména, tuve que buscar un técnico para reparar la única computadora de nuestra pequeña Nunciatura y me presentaron un joven musulmán de unos 25 años, estudiante de informática. A lo largo de mi período saheliano lo he visto algunas veces, con ocasión de consultas por programas, antivirus, etc. Hace ya unos cuantos meses este joven me envió un SMS, en el que me preguntaba si “un musulmán podía hacerse católico y ser un buen creyente". Resumo los pasos que siguieron: el joven se convierte y comienza a prepararse para su ingreso en el catecumenado. En una de las conversaciones que tuve con él a este propósito, le regalé un crucifijo y hablamos de su significado.

Las conversiones de musulmanes en el Chad son raras, no obstante las usuales buenas relaciones que existen en el país entre las diversas confesiones. Este joven, dado que pertenece a una tribu musulmana, trató de tener bastante precaución con su ambiente. Sus padres ya habían fallecido, y su hermana menor, de unos 18 años, estaba de acuerdo con su decisión de hacerse católico.


Cuando llegó el tiempo del Ramadán -durante el cual, después de un exigente ayuno diurno, los musulmanes celebran una fiesta familiar todas las noches- el joven sugirió a su hermana que fuera a pasarlo junto al resto de su familia en el pueblo de proveniencia. Él se quedaba en la ciudad para seguir su trabajo y sus estudios.

Ya en el pueblo, la joven entró en confianza con su tía y le comentó que su hermano se había convertido y que si la Iglesia se lo permitía ella también deseaba ser católica. La tía tomó muy a mal la noticia y la comentó con los otros parientes. Los familiares, enojados por lo que acababan de enterarse, arrojaron una serpiente en la habitación de la joven, la cual terminó siendo mordida. La chica, afectada por el veneno, permaneció con vida varios días pidiendo a gritos y sin éxito que la llevaran a un médico. Luego, los parientes llamaron al joven comunicándole el deceso de su hermana y lo convocaron para el sepelio, pero sin decirle nada más.

Llegado a la localidad, el muchacho observó algo extraño: sus parientes lo esquivaban a la hora de hablar con él. Intrigado, fue a visitar a un amigo de la infancia el cual le relató la verdad de los hechos y le avisó que en realidad lo habían llamado para poder tener “un doble funeral”. En efecto, al oscurecer, algunos parientes armados con machetes, intentaron entrar en la habitación del joven, quien -habiendo sido ya alertado- logró escaparse a tiempo por la ventana. Cuando llegó a la ciudad entre mil y una peripecias, el muchacho no se sentía seguro, ya que allí viven algunos miembros de su clan. Tuvo entonces que decidirse a emigrar al vecino Camerún hasta que las cosas se calmaran.


Antes de cruzar la frontera, pasó a saludarme. Llevaba consigo solamente dos bolsas plásticas con lo único que había podido recoger de su casa a toda velocidad. En una bolsa tenía algunas ropas y en la otra, la Biblia, el Catecismo y su librito de primeras oraciones. Impactado por la fe de este joven, me pregunté si yo habría hecho la misma elección de cosas para llevar conmigo en una situación similar.

Otro particular que me llamó mucho la atención fue que llevaba al cuello, por primera vez en su vida, una cruz; era aquella que le había regalado y sobre la cual habíamos hablado. Me dio mucha alegría ver que espontáneamente hubiera decidido usarla, pero por prudencia yo no podía no decirle que en las circunstancias en las que se encontraba tuviera cuidado (ya que él es fácilmente identificable como perteneciente a una etnia conocida como musulmana). A lo que me respondió que para él, aun no siendo bautizado, el crucifijo le aseguraba dos cosas muy importantes en el caso que lo llegaran a matar: primero, que sería enterrado como cristiano por las personas que encontrasen su cuerpo; y segundo, que quedaría claro -y esto le hacía muy feliz- que él moría por lo que había entendido de la explicación del crucifijo, esto es: “por un Dios que por amor había muerto primero por él”.



      

jueves, 14 de noviembre de 2013

¿TARDE PIASTE?

     
     

     El parlamento acaba de aprobar la ley de reproducción asistida: en la Cámara de senadores, sin ningún voto en contra; en la de diputados, con uno solo.
     Desde distintas tribunas se oyen felicitaciones por esta resolución que, según dicen, extiende “el derecho de acceder a esas técnicas para todas las mujeres”.
       Lo que llama fuertemente la atención es la ausencia, por parte de los legisladores, de un pensamiento crítico acerca, nada menos, que de la creación artificial de la vida humana. De este modo, están aprobando que es bueno para la persona todo lo que técnicamente se puede hacer. Uno se pregunta si se ha pensado adónde nos lleva este modo de pensar.
      Estamos en un bache muy profundo en lo que se refiere a la ética de la vida humana, la bioética. Para subsanarlo, animo a la lectura de dos documentos básicos sobre el particular. El primero trata sobre El respeto de la vida humana naciente y la dignidad de la procreación. El segundo se refiere a Algunas cuestiones de bioética.
        Alguien dirá: “tarde piaste”. Quizás, pero al menos quiero advertir que, tal como vamos, de aquí a la eutanasia obligatoria nos separa un patético pasito nomás. 


P.D.: al día siguiente de aprobarse la ley de la reproducción artificial, la primera de las lecturas de la Misa era esta, del libro de la Sabiduría:
       ¡Presten atención, los que dominan multitudes y están orgullosos de esa muchedumbre de naciones! Porque el Señor les ha dado el dominio, y el poder lo han recibido del Altísimo: él examinará las obras de ustedes y juzgará sus designios. Ya que ustedes, siendo ministros de su reino, no han gobernado con rectitud ni han respetado la Ley, ni han obrado según la voluntad de Dios, él caerá sobre ustedes en forma terrible y repentina, ya que un juicio inexorable espera a los que están arriba.
         Al pequeño, por piedad, se le perdona, pero los poderosos serán examinados con rigor (...) Él hizo al pequeño y al grande y cuida de todos por igual, pero los poderosos serán severamente examinados. A ustedes, soberanos, se dirigen mis palabras, para que aprendan la Sabiduria y no incurran en falta" (Sab 6, 1-8).     

lunes, 4 de noviembre de 2013

ENCUESTA SOBRE LA FAMILIA

      Al Papa le preocupa mucho la familia. Por esto ha convocado, para Octubre próximo, un Sínodo Extraordinario de obispos que lleva por título LOS DESAFÍOS PASTORALES SOBRE LA FAMILIA EN EL CONTEXTO DE LA EVANGELIZACIÓN.
      Como es práctica corriente en estas convocatorias, primero se hace una consulta dirigida a todos los fieles católicos, en base a un Documento Preparatorio.  Con las respuestas al cuestionario, la secretaría del Sínodo de los Obispos elabora después el material (Instrumentum laboris)  que servirá como base de los trabajos del Sínodo.
      Ayer y hoy, la prensa destaca algunas de las preguntas contenidas en el Documento Preparatorio: es lógico, porque se refieren a cuestiones relacionadas con la familia que interesan a todos. Pero las preguntas abarcan a bastantes más temas
      Quisiera invitarlos a leer y a estudiar el Documento, sea privadamente sea en grupos. Y les voy a agradecer si después me envían las consideraciones que vean oportuno hacer: así se enriquecerá el aporte que enviaremos a Roma.

     + Mons. Jaime Fuentes
Presidente de la Comisión Familia y Vida de la 
Conferencia Episcopal Uruguaya

fuejaime@gmail.com

jueves, 31 de octubre de 2013

¡BIEN, "PALITO" BIEN!...




La luz de Francisco

Letra, música e interpretación: Palito Ortega


Está brillando una luz, una luz en el camino,
para llegar a Jesús de la mano de Francisco.
Francisco es la nueva luz, una luz que alumbra a todos,
vamos a rezar por él, como el reza por nosotros.

Francisco abrió sus brazos para cuidar al pueblo de Dios,
y sobre todo al más pobre como Jesús los cuidó.
Llegaste del fin del mundo con la divina misión,
de anunciarle a tus hermanos el evangelio de Dios.

Está brillando una luz, una luz en el camino,
Para llegar a Jesús de la mano de Francisco.
Francisco es la nueva luz, una luz que alumbra a todos,
vamos a rezar por él, como el reza por nosotros.

Vamos a seguir tus pasos que nuestra guía sea tu voz,
queremos ir de tu mano ir al encuentro de Dios.
El mundo está celebrando porque encendiste una nueva luz,
porque siembras tu palabra de amor igual que Jesús.

Está brillando una luz, una luz en el camino,
Para llegar a Jesús de la mano de Francisco.
Francisco es la nueva luz, una luz que alumbra a todos,
vamos a rezar por él, como el reza por nosotros.

Francisco, Papa querido, una oración vamos a rezar,
para pedir que te cuide siempre nuestra Virgen de Luján.
Cantemos con alegría a nuestro hermano Francisco,
para el Pastor de la Iglesia, para el Vicario de Cristo.

Está brillando una luz, una luz en el camino,
Para llegar a Jesús de la mano de Francisco.
Francisco es la nueva luz, una luz que alumbra a todos,
vamos a rezar por él, como el reza por nosotros.

jueves, 24 de octubre de 2013

MARIHUANA: ¿LA CULTIVARÁN LOS ÁNGELES?


Me preguntan qué pienso sobre el proyecto de ley, por el cual el Estado se encargará de producir y comercializar la marihuana. Y digo que al tal proyecto, en mi opinión, hay que inscribirlo en un marco más amplio y sombrío: el de la disolución de la sociedad uruguaya.
Este proceso empezó con la ley del divorcio en 1907, un auténtico torpedo en la línea de flotación de la familia (base de nuestra sociedad, según reza la Constitución) y las recientes leyes del aborto, la del matrimonio igualitario y la mentada del cannabis contribuirán a deshacerla sin piedad. A los legisladores responsables de este escrache se les puede aplicar aquello de Chesterton: Quienes hablan contra la familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen.
La idea de que el Estado combatirá el narcotráfico produciendo y vendiendo la marihuana por su cuenta es, en el mejor de los casos, una ingenuidad digna de Pelagio que, como se sabe, negaba que los hombres naciéramos con el pecado original. Porque si en escalas muy menores, en las que se juegan cantidades irrisorias en comparación con lo que puede dar de sí el negocio de la droga, dos por tres saltan conductas delictivas, ¿en razón de qué se puede pensar que en toda la cadena de producción y comercialización de la marihuana no habrá nada de eso? Me pregunto: ¿la cultivarán y la venderán los ángeles?
Lo que me parece aún más grave es que el proyecto en cuestión, en cuanto se piensa un poco nomás, le dará la puntilla a la institución familiar (RAE, dar la puntilla: rematar, causar el fracaso definitivo de alguien o algo), ya tan malherida. ¿Cómo no ver que cualquier adolescente empezará con un porrito, por diversión de menor de 18 años, y que después de gustarlo va a querer más y se las arreglará, sin dejar rastro, para conseguir otro? ¿Y después?… Después, el papá y la mamá verán que el nene empieza a rendir poco en el estudio, que tiene los ojos rojos, que reacciona mal en cuanto lo contradicen, que está desganado para todo… Tendrán entonces un hijo-drogadicto-gracias-al-Estado que necesitará tratamiento de apuro. Este es apenas un ejemplito, entre muchos más que cualquiera puede imaginar, de cómo afectará a las familias la despenalización o legalización (la distinción es puramente nominal) de la marihuana.
Dijo el señor George Soros (especulador financiero, inversionista y filántropo, judío de origen húngaro y nacionalizado estadounidense. Se hizo famoso por provocar la quiebra del Banco de Inglaterra el 16 de septiembre de 1992, dice la Wikipedia) que él se encargará de financiar este “experimento social” que hará Uruguay legalizando la marihuana. ¿Experimento a qué precio, por qué motivo? Por amor a la familia, desde luego, no parece: a los 83 años, Soros se acaba de casar por tercera vez con Tamiko Bolton, de 42. ¿Entonces?...
Entonces prometo rezar más por los padres y madres de familia que, a pesar de todo (los felicito con toda el alma), seguirán luchando por formar a sus hijos como Dios manda. 
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Para profundizar en el tema, recomiendo este artículo del prof. Carlo Bellieni

jueves, 17 de octubre de 2013

RECORRIENDO EL ESPINEL

             El año pasado (lo recordarán quienes siguen el blog) viajé a Polonia con el propósito de visitar a varios obispos y hablarles de la necesidad de sacerdotes que tenemos por estos lares. Fueron días intensos y pude conocer a ocho obispos, que se interiorizaron de nuestra situación y se comprometieron a plantear a algunos de sus sacerdotes (gracias a Dios no faltan, en la tierra de Juan Pablo II)  la posibilidad de venir a trabajar durante algunos años. En fin, estuve tirando el espinel…
            Y ahora lo recogí. Y la verdad es que la pesca obtenida me produce una sensación inédita, mezcla de alegría y emoción. Estaría fuera de lugar decir que “sigue dando criollos el tiempo”…, pero sí hay que afirmar que, en la Iglesia, sigue tan vigente como el primer día la última indicación de Jesús: vayan por todo el mundo, enseñen el evangelio… 
            Hace dos días, volando desde Varsovia y Madrid, llegaron (llegamos) el P. Jarek y el P. Jacek (difíciles los nombres y más aún sus apellidos), que ya se sienten uruguayos: lo primero que compró en Minas el P. Jacek fue un mate, con el escudo oriental.
Primera visita del P. Jacek y P. Jarek: en la falda del Verdún
            El P. Jarek tiene 45 años, es sacerdote desde hace veinte y la última década ha sido Director espiritual del seminario de Drohiczyn.  El P. Jacek tiene tres años menos y una ventaja: ya sabe español. Lo aprendió en España estudiando Derecho Canónico y, al terminar, se fue al Perú –le gusta la aventura- y estuvo cinco años en misión, trabajando en la selva, en Iquitos.
            La ventaja del P. Jacek es relativa, en realidad, porque el P. Jarek tiene una envidiable facilidad para los idiomas: ya lee la Misa a la perfección y chapurrea el castellano de tal manera que, en pocas semanas, seguro que estará predicando.
Segunda visita.

            Hecha la presentación, sólo quisiera pedirles una cosa: recen por ellos, por su patria, por sus familias, por sus diócesis (Plock y Drohiczyn), por sus obispos… y para que piquen más en el espinel de la Iglesia en Uruguay.

miércoles, 9 de octubre de 2013

NO LO DICE POR DECIR

Hoy hace una semana de la Audiencia con el Papa Francisco. (Aquí se puede encontrar una increíble cantidad de fotos (con el sello Felici) del encuentro inolvidable que tuve con él). Y, como lo prometido es deuda, reproduzco dos de ellas (sin sello, es decir, que las compré).
Santo Padre, vengo de Uruguay, de Minas...

Esta mañana, el Papa tuvo nuevamente Audiencia: duración, de 9.30 a 13.15, y así, todos los miércoles. Más las recepciones a jefes de estado, a personalidades del mundo eclesiástico (todos con "olor a oveja", pero es obvio que hay pastores a los que se debe más), más la preparación de no pocas reformas de importancia en la Iglesia... (Ayer anunció que en octubre del año próximo habrá en Roma un Sínodo Extraordinario sobre la familia)... Lo que quiero decir: cuando Francisco pide que recemos por él, no lo dice por decir: realmente, lo necesita; si no, ¿cómo llevar semejante peso? Ergo...  


Le traje un CD con canciones argentinas...


miércoles, 2 de octubre de 2013

EL TAXISTA TENÍA RAZÓN

         Esta mañana estuve con el Papa Francisco y no puedo dejar de contarlo ya mismo. Antes que adjetivar el encuentro prefiero ir al hecho, incluyendo su entorno.

         En taxi a la Piazza San Pedro. Es el taxista el que empieza a hablar y no para.
-         ¿Va a ver al Papa? ¡Qué hombre  extraordinario, qué cercano, qué bueno, qué corazón! Veramente, è un pacioccone!
-         No entiendo…
-         ¡Ah, pacioccone quiere decir, bueno, feliz, ¡grande!, muy bueno… Mia nonna lo diceva proprio a me… Sei un pacioccone! Y el Papa… ¿Usted lo va a ver?... ¡Ah, qué bien! Entonces se dará cuenta de que es verdad lo que le digo: es un pacioccone!

Llegamos a la Plaza a las 9.45, cuando Francisco ya estaba recorriéndola en el jeep descubierto, y saludando y bendiciendo y deteniéndose para besar a no sé cuántos niños… Hacía calor, 28 grados que anuncian tormenta.
Ventaja de obispo: estar a pocos metros del lugar desde el que el Papa, cuando termina su recorrido de más de una hora, dirige la palabra a la muchedumbre que llena la Plaza.
Nos dijo que la Iglesia es Santa, a pesar de que somos pecadores, porque en ella vive la santidad de Dios: que no tengamos miedo de dejarnos ganar por ese Dios lleno de amor, que quiere hacernos santos y nos da los medios: la confesión de los pecados, en primer lugar, y la eucaristía.
Cuando termina de hablar rezamos el Paternoster en latín y nos da la Bendición. Enseguida, de pie, recibe el saludo de cada uno de los obispos, que no somos más de treinta.
Memoricé lo que quería decirle… y se lo dije cuando me repuse de la sorpresa: y es que, apenas empezar con vengo de Uruguay y soy Obispo de Minas, me dijo:
-         Así que vos sos el obispo que estudia a María y está haciendo un santuario a la Virgen…
-         Sí, a la Virgen del Verdún…
-         Sí, ya sé… (me preguntaba yo cómo es posible que supiera…).
-         Y quería decirle que rezamos especialmente por usted, como nos pide… (Le cuento que aprendí de san Josemaría –hoy hace 85 años de la fundación del Opus Dei- a rezar por el Papa. Me escucha con atención).
-         ¡Gracias, gracias!
Le entrego un sobre, que lo pasa al secretario:
-         Ahí va un trabajo mío sobre María y una foto de la Virgen del Verdún. ¡Ah, estuve en España con las Hermanas de Iesu Communio! Me pidieron que le dijera que lo quieren mucho, que lo encomiendan mucho…
El Papa Francisco sonríe con la boca y con los ojos, sin soltarme la mano.
-         Y le dejo también, Santo Padre, un CD de canciones argentinas. Lo grabó mi hermana Marga para usted… La verdad es que ella, ¡canta mejor que Gardel!... (Pinchar para comprobación).
-         (El Papa se ríe abiertamente): - ¡Andá, dale, mirá que sos!... ¡Que Dios te bendiga!
Sigue la fila de obispos saludando a Francisco. Me quedé hasta que pasó el último, pensando que entonces terminaba la audiencia. Muy equivocado estaba: el Papa bajó las escaleras enormes y fue a la primera fila de los asistentes, donde se encontraban sus predilectos: enfermos de todas partes del mundo a los que acarició, besó y consoló.
Más arriba, en la parte exterior del atrio de la Basílica, dos horas llevaban de espera unas cuarenta parejas de recién casados, con sus trajes de novios, que pasaron uno a uno a saludarlo, llorando muchos de ellos durante y después de hacerlo.
Eran las 12 y 20 y yo tenía que volver. En el camino a casa seguía pensando cómo sabría Francisco de mí… Ahora, en la computadora, encuentro la carta que le había escrito hace unos meses y que no tenía presente. En ella me despedía diciéndole:

Lo dejo por hoy, con muchas ganas de saludarlo personalmente en octubre, cuando pasaré por Roma camino de Polonia, de donde traeré a mi Diócesis de Minas a dos sacerdotes: en la Banda Oriental, Usted lo sabe, escasean…
Agradeciéndole con todas mis fuerzas sus desvelos por la Iglesia, le encomiendo especialmente a la Virgen del Verdún, de la que soy su custodio en Minas. Dios mediante, en la gran fiesta de la Asunción comenzaremos las obras del nuevo Santuario Nacional.

         Yo no me acordaba de que le había escrito esto. El Papa Francisco, sí: tenía razón el taxista.

P.D.: fotos que saqué esta mañana. Cuando tenga las buenas las subo.








viernes, 20 de septiembre de 2013

LAS SORPRESAS DE FRANCISCO

El Papa Francisco nos sorprende casi cada día. Esta mañana, la prensa argentina (estoy cerca de La Plata, participando en un encuentro de formación) destaca en titulares algunas de las cosas que dijo a la revista La Civiltá Cattolica. Como se sabe, un texto fuera de contexto se convierte en un pretexto... Por eso, nada como ir a la fuente: en este sitio encuentran traducida al español la entrevista completa, que hay que leer despacio y meditarla aún más despacio.

La segunda sorpresa del Papa me afecta en directo. Ayer recibió en audiencia a los nuevos obispos, que fueron nombrados en el último año, y les habló de diversos temas con un denominador común: tienen que ser verdaderos pastores, que conocen a las ovejas de su rebaño y las sirven... En fin, les dijo muchas cosas sustanciosas, entre ellas, pidiéndoles que se muevan de sus diócesis lo menos posible, usó esta expresión; no sean "obispos de aeropuerto"...

Me mató, pensé al leerlo: porque mañana salgo de viaje. El destino final es Varsovia, donde abundan los sacerdotes, pero antes pasaré por Roma. Ojalá pueda ver al Papa: para recibir su sonrisa y su palabra de aliento, y para animarlo a que conozca el nuevo aeropuerto de Montevideo.

sábado, 14 de septiembre de 2013

CON OLOR A OVEJA

      Que los sacerdotes tenemos que "oler a oveja" es un modismo favorito del papa Francisco, con el que nos anima a salir al encuentro de cada una de ellas, sin esperar a que vengan. Desde esta mañana, el "cura gaucho", José Gabriel del Rosario Brochero, es un nuevo intercesor para los sacerdotes de todo el mundo, sobre todo, como es lógico, para quienes tan cerca nos encontramos de los pagos por los que, montado en su mula, anduvo buscando y acercando al redil a miles de ovejas, rebeldes muchas de ellas...
      La del que hoy es Beato Brochero, es una historia que vale la pena conocer, no sólo para admirarla sino para imitarla. A esto nos anima hoy el papa Francisco:

Excmo. Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe
Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina
BUENOS AIRES.

Querido hermano:
      Que finalmente el Cura Brochero esté entre los beatos es una alegría y una bendición muy grande para los argentinos y devotos de este pastor con olor a oveja, que se hizo pobre entre los pobres, que luchó siempre por estar bien cerca de Dios y de la gente, que hizo y continúa haciendo tanto bien como caricia de Dios a nuestro pueblo sufrido.

      Me hace bien imaginar hoy a Brochero párroco en su mula malacara, recorriendo los largos caminos áridos y desolados de los 200 kilómetros cuadrados de su parroquia, buscando casa por casa a los bisabuelos y tatarabuelos de ustedes, para preguntarles si necesitaban algo y para invitarlos a hacer los ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Conoció todos los rincones de su parroquia. No se quedó en la sacristía a peinar ovejas.
      El Cura Brochero era una visita del mismo Jesús a cada familia. Él llevaba la imagen de la Virgen, el libro de oraciones con la Palabra de Dios, las cosas para celebrar la Misa diaria. Lo invitaban con mate, charlaban y Brochero les hablaba de un modo que todos lo entendían porque le salía del corazón, de la fe y el amor que él tenía a Jesús.
      José Gabriel Brochero centró su acción pastoral en la oración. Apenas llegó a su parroquia, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba para hacer los ejercicios espirituales con os padres jesuitas. ¡Con cuánto sacrificio cruzaban primero las Sierras Grandes, nevadas en invierno, para rezar en Córdoba capital! Después, ¡cuánto trabajo para hacer la Santa Casa de Ejercicios en la sede parroquial! Allí, la oración larga ante el crucifijo para conocer, sentir y gustar el amor tan grande del corazón de Jesús, y todo culminaba con el perdón de Dios en la confesión, con un sacerdote lleno de caridad y misericordia. ¡Muchísima misericordia!


      Este coraje apostólico de Brochero lleno de celo misionero, esta valentía de su corazón compasivo como el de Jesús que lo hacía decir: «¡Ay de que el diablo me robe un alma!», lo movió a conquistar también para Dios a personas de mala vida y paisanos difíciles. Se cuentan por miles los hombres y mujeres que, con el trabajo sacerdotal de Brochero, dejaron el vicio y las peleas. Todos recibían los sacramentos durante los ejercicios espirituales y, con ellos, la fuerza y la luz de la fe para ser buenos hijos de Dios, buenos hermanos, buenos padres y madres de familia, en una gran comunidad de amigos comprometidos con el bien de todos, que se respetaban y ayudaban unos a otros.

      En una beatificación es muy importante su actualidad pastoral. El Cura Brochero tiene la actualidad del Evangelio, es un pionero en salir a las periferias geográficas y existenciales para llevar a todos el amor, la misericordia de Dios. No se quedó en el despacho parroquial, se desgastó sobre la mula y acabó enfermando de lepra, a fuerza de salir a buscar a la gente, como un sacerdote callejero de la fe. Esto es lo que Jesús quiere hoy, discípulos misioneros, ¡callejeros de la fe!
      Brochero era un hombre normal, frágil, como cualquiera de nosotros, pero conoció el amor de Jesús, se dejó trabajar el corazón por la misericordia de Dios. Supo salir de la cueva del «yome-mi-conmigo-para mí» del egoísmo mezquino que todos tenemos, venciéndose a sí mismo, superando con la ayuda de Dios esas fuerzas interiores de las que el demonio se vale para encadenarnos a la comodidad, a buscar pasarla bien en el momento, a sacarle el cuerpo al trabajo.
      Brochero escuchó el llamado de Dios y eligió el sacrificio de trabajar por su Reino, por el bien común que la enorme dignidad de cada persona se merece como hijo de Dios, y fue fiel hasta el final: continuaba rezando y celebrando la misa incluso ciego y leproso. 



      Dejemos que el Cura Brochero entre hoy, con mula y todo, en la casa de nuestro corazón y nos invite a la oración, al encuentro con Jesús, que nos libera de ataduras para salir a la calle a buscar al hermano, a tocar la carne de Cristo en el que sufre y necesita el amor de Dios. Solo así gustaremos la alegría que experimentó el Cura Brochero, anticipo de la felicidad de la que goza ahora como beato en el cielo. Pido al Señor les conceda esta gracia, los bendiga y ruego a la Virgen Santa que los cuide.

Afectuosamente,

FRANCISCO
Vaticano, 14 de septiembre de 2013




   

miércoles, 4 de septiembre de 2013

LA JORNADA DE VARELA

Muy queridos chicos y chicas de José P. Varela, de Nico-Batlle, de Lascano, de Pirarajá, de Illescas, de Zapicán, de Mariscala, de Solís, de Aiguá y de Minas:

Se hacía necesario remansar impresiones de la inolvidable Jornada Diocesana de la Juventud, que vivimos el sábado y domingo en Varela. Las imágenes, sin duda, ayudan: apenas una mirada, es suficiente para poner en cada foto: ¡alegría, alegría, alegría!
Recepción de los participantes en la JDJ 
El que no haya participado pensará que fue pura fiesta y, en cierto sentido, tendrá razón. Pero tendrá que averiguar cuáles fueron los motivos de esa alegría.

Coincidiremos, estoy seguro, en que así como los momentos espontáneos de baile y los más organizados (Raza Gaucha, unos fenómenos) fueron una clara demostración de alegría, más, ¡mucho más! lo fue la vigilia de oración del sábado de noche. Una hora y media larga de diálogo con Jesús expuesto en la custodia, meditación profunda, música adecuada (Ázimo, unos cracks), Confesión: ¿verdad que recuperar la gracia divina es el mayor motivo de alegría? (No hay imágenes porque, como dice el refrán, “no se puede repicar y estar en la procesión” = confesar y sacar fotos).
Retirado el Santísimo, canciones y mucho ritmo. Después, cuando regresó, oración, adoración y confesiones.

Otra fuente de alegría: la cooperación de todos. De las familias de Varela para dar alojamiento a los 150 participantes; de las señoras que forman parte de la comunidad parroquial para… ¿para qué no?: comida, bebida, vasos, platos, traer sillas, atenciones a granel…; de los chicos y chicas de Interact y los Leos, que se multiplicaron para atenderlos (nos); de la Intendencia, de la Junta local, del Alcalde, de los medios de comunicación…
 Lascano, ¡presente!

¿Saben? Si nos dejamos llevar por lo que suele llamarse “actualidad”, sobran motivos para el pesimismo: porque ese título encierra –o desparrama, mejor dicho- violencias e injusticias que parecen sin fin e imposibles de arreglar. La JDC, en cambio, que no es “noticia”, nos habla a todos de la alegría de servir, del deseo compartido de ser útiles, de preocupación por los demás, de ganas reales de construir todos los días un mundo mejor (más mejor, como decía alguien), de respeto, de unidad de intenciones, de ausencia de discriminación… ¿Verdad que no es poco?
Recuerdo de la Jornada: todos pintaron

En la JDC nos unía el lema Vayan y anuncien el Evangelio, tan actual hoy como el día en que Jesús lo señaló como misión para cada bautizado. Ustedes salieron por los barrios de Varela a evangelizar y, según nos contaron el domingo, encontraron respuestas y falta de respuestas: exactamente igual a lo que le pasó a Jesús y a los primeros apóstoles.
TODOS

Cuando terminamos la Jornada con la Misa en la plaza, el sentimiento de alegría era un deseo grande de hacer apostolado todos los días: en el liceo, en la facultad… En el lugar en el que cada uno está, es donde se encuentran los lisiados, los pobres, los paralíticos, los ciegos de los que hablaba Jesús en el evangelio de la Misa y a los que hay que invitar a que lo conozcan.


Pintar la cruz, llevar la Cruz.
Los dejo por hoy. Mi felicitación y mi agradecimiento a todos y a cada uno: ¡se portaron como campeones! Estoy seguro de que así, con alegría en el alma y con hambre de apostolado vamos a mejorar esta tierra nuestra.

Presidió la Virgen de los Treinta y Tres.

Les deseo que sepamos vivir, cada día, unidos en la oración y en la acción como los tres mosqueteros: uno para todos, todos para uno. Ese UNO, ante todo, no se olviden, es Jesús.

Me despido con una Bendición llena de cariño,

+ Jaime



Bailes...
 y bailes.


P.D. de último momento: la guerra está a las puertas del mundo. Los líderes religiosos –católicos, ortodoxos, musulmanes…- han dicho que, si se ataca a Siria, se va a desencadenar una guerra mucho más terrible. El Papa Francisco ha convocado, para  el sábado 7, una jornada de ayuno y oración por la paz: para que los responsables –Presidente Obama, el primero- de tomar la decisión recapaciten y busquen caminos de paz. Quisiera animar a todos a secundar al Papa -¡ge-ne-ro-sa-men-te!