El presidente de la República ha convocado a toda la sociedad a hacer un Retiro Ignaciano en toda regla: el Retiro Ignaciano (desde sus orígenes dura 30 días) es un tiempo fuerte de encuentro con Dios y con nosotros mismos para
revisar cómo está nuestra vida y plantearnos algunas preguntas fundamentales:¿para
qué vivo?, ¿qué sentido tiene mi vida?,¿qué quiero?,¿hacia dónde voy? (Del sitio web de la Universidad de Córdoba).
En su discurso del 19 de junio, el
presidente se dirigió a toda la sociedad, las organizaciones sociales,
instituciones deportivas, a las empresas, sindicatos, a los distintos estamentos
del Estado, desde las oficinas hasta las empresas públicas, desde los distintos
escalones de la enseñanza, desde allí donde se sientan los niños, que dedique
un mes entero a esta reflexión, que se coloque el tema de cuidar la vida como
primer tema cotidiano a considerar, a darle valor en todas sus formas y
variantes.
Arrancamos mal.
¿Cómo es posible que en la invitación al retiro haya ignorado olímpicamente a la Iglesia Católica, a todas las Iglesias y a todas las Confesiones religiosas? Si de
algún tema podemos opinar con conocimiento es, precisamente, del que le
preocupa al presidente de la república. ¿Hasta cuándo los creyentes
cristianos uruguayos -la inmensa mayoría de la población- vamos a padecer esta discriminación? No obstante, sigamos.
¿Qué nos está pasando?, se preguntaba en su discurso. ¿Por qué tanta violencia? ¿Por
qué tanta dificultad para lo elemental: aprender a convivir? Como hipótesis de respuestas planteó las
siguientes: tal vez estamos pagando el precio de alguna vieja fractura en nuestra
sociedad; tal vez no pudimos aprehender problemas que estaban en la base de la sociedad; tal
vez no hemos sido lo suficientemente solidarios; o tal vez las preocupaciones
cotidianas no nos dejan pensar en las fundamentales.
Me detengo en las dos
primeras hipótesis, que en mi opinión van juntas. La fractura de nuestra
sociedad, en efecto, es vieja, se remonta hasta fines del siglo XIX y principios del XX. Se
produjo cuando los gobernantes de turno, sabiendo que la sociedad uruguaya estaba
enraizada en la fe en Jesucristo y en la Iglesia Católica (no era un "problema", sino una convicción religiosa que sustentaba a nuestra sociedad) decidieron
rechazarla y prohibirla en la formación de nuestros niños y jóvenes. Es más, quisieron
erradicarla y convirtieron su celebración anual más relevante, por una semana
de vacaciones movible (único país en el mundo) dedicada al turismo. E ainda mais. Optaron
también, hace más de un siglo, por incorporar a nuestro ordenamiento jurídico el “avance social" del divorcio: desde la sola voluntad de la mujer hasta las 11 causales por las
que hoy se puede romper el matrimonio.
Tiene razón, pues, el
presidente, cuando piensa en la fractura que sufrió nuestra sociedad: la institución familiar y la educación religiosa de los hijos, que son los pilares de una sociedad armónica, no sólo no han sido fomentadas desde el estado, sino que este mismo estado que hoy se pregunta por boca de su presidente ¿qué nos está pasando?, las ha combatido con saña. Con razón dice el refrán: Aquellos polvos traen estos lodos. ¿No habrá llegado el momento de plantearse honradamente estas cosas?
A medida que continúe mi retiro espiritual, compartiré mis reflexiones. Y espero las de ustedes.
7 comentarios:
Comparto con usted sus dichos y reflexiones, pero se olvidan que el principio de los problemas empiezan por una perdida de los valores familiares, respeto por la vida desde la concepcion, un matrimonio lo forma un hombre y una mujer, siendo esta union por toda la vida. Dios y hombre son una unidad. Cuando el estado logre entender estos aspectos basicos podran aspirar a una sociedad mas humana.
Estimado Monseñor Jaime Fuentes:
agradezco su reflexión tan iluminadora de la realidad. Cuando se quiere limpiar la casa de demonios al margen del "Fuere que la guarda" que es Cristo, se la limpia y entonces vienen siete demonios peores a ocuparla. Es lo que ha pasado con las revoluciones desde la Francesa hasta la Uruguaya.
Se ha perseguido sistemáticamente a los católicos discriminándolos y excluyéndolos en todas formas, con mil falsas razones. Como dice una fábula en que el granjero mató a las gaviotas porque le dañaban el maizal y después se lo comieron unos gusanos que antes se comían las gaviotas.
La persecución de los buenos católicos ha sido un gran error de ecología social, de ecología simplemente humana. Esto es lo que se ha provocado y ahora se lamenta y se busca culpables. ¿Terminaremos pagando nosotros también esta factura? PHB
Querido Monseñor, muchas gracias por sus palabras que con la fuerza de la verdad desenmascara el mal y el error, que lamnentablemente, tenemos que padecer como forma de gobierno. Es una gran mal que nos afrenta y que clama a Dios. Cuanta responsabilidad en destruir sistematicamente las bases del orden natural creado por Dios e implantar lo contrario:abortos, exaltación de la promiscuidad sexual, ahora legalizando la droga, etc. Oremos para que seamos preservados de tanto mal y que nuestros hijos no sean arrastrados por este río inmundo que quiere arrasar con todo lo bueno.
En Cristo Luis Ga.
Padre, totalmente de acuerdo con Ud. Todo comenzó con sacar las Cruces de los hospitales y las Hermanitas que trabajaban por amor a Cristo en silencio. Con todo mi respeto hacia su investidura lo saludo Annie j de V
MONSEÑOR JAIME GRACIAS POR SUS ACERTADAS REFLEXIONES ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO CONTINUAMOS SIENDO DISCRIMINADOS LOS CATOLICOS.
GRACIAS POR HACER ESCUCHAR SU VOZ REPRESENTANDO A TODOS LOS CATOLICOS DE NUESTRO QUERIDO URUGUAY .
¡PAZ Y BIEN¡
Pero ¿desde cuando los valores = iglesia católica? Me parece que sos tan estructurado, y tan limitado por tu formación que no podés ver más allá de tus narices. En nuestro país hay libertad de cultos, la católica no es la única iglesia. Ya tuvieron su turno, en todo caso tambièn tendrían derecho los judíos y podrían poner una estrella de David en los hospitales, o una gallina muerta, o cualquier símbolo religioso porque el monopolio de los católicos se terminó en este país y en el mundo. Para bien o para mal, el negocio va a dejar de ser redituable. Prepárense para vivir en verdadera austeridad, porque tener el laburo asegurado por ser el intermediario entre gente insegura y el amigo imaginario, ya no será tan buen negocio. Ustedes saben de que les hablo.
Lo que nos está pasando es lo que profetizó el Concilio Vaticano II: "Sin el Creador, la criatura se diluye". Es decir, sin una adecuada relación con Dios (la religión verdadera), el ser humano tiende a auto-destruirse.
El fenómeno del apartamiento teórico y práctico de Dios, que comenzó a tomar fuerzas por estos pagos hace unos 150 años, ahora ha alcanzado una masa crítica tal que sus efectos muy negativos son manifiestos para todos, salvo para los que no quieren verlo.
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