Páginas

viernes, 4 de mayo de 2012

UN FARO DE ESPERANZA (2)





Nico-Batlle es un pueblo que tuvo delirios de grandeza. Fue diseñado para que en él vivieran, me parece, no menos de 30.000 personas. Tiene avenidas  y bulevares de doble mano, tanto o más anchos que avenida Italia, en Montevideo. Pero no tiene gente.

Los delirios fundacionales murieron hace años. Hoy, Nico-Batlle vive esperando un futuro mejor y, por lo que a la Iglesia se refiere, el futuro se construye cada día del año: en la parroquia dedicada a San Nicolás, que comprende también a las comunidades de Zapicán, Illescas y parajes como Godoy, El Ladrillo y otros, hay una actividad permanente: como dije, es un faro de esperanza para todos los habitantes de la zona.
En Batlle. Visita del párroco a un hogar de ancianos.

Al frente de la parroquia, desde hace diez años, está el P. Pablo Jourdán, un sacerdote con condiciones no comunes (Doctor en Medicina, casi profesional del fútbol, Licenciado en Teología), que desde el principio se puso al hombro el peso de esa comunidad de personas y día a día vuelve a cargarlo con renovada ilusión.

Un día cualquiera puede empezar con la noticia de que Graciela está grave y hay que internarla en Florida (la tendrá que llevar él); Luis tuvo un accidente de moto y hay que ir a verlo; la madre de Joanna se fue… Los chicos del colegio esperan la lectio divina de la mañana; hoy se reúne la comunidad de Mevir y la de Illescas, y varias más. Hay que preparar la charla sobre la oración, sobre los sacramentos… A las tantas, reunión del Consejo; la Misa, a las 18.00; después, reunión de catequistas; después… En fin, la vida de un párroco suele empezar a la misma hora que el día anterior; pero termina cuando Dios quiere.

Una de las muchas pequeñas comunidades que se reúnen semanalmente en alguna casa. Leen la Palabra de Dios y la meditan; rezan; intercambian informaciones sobre personas que necesitan ayuda; viven su fe.

De la parroquia depende un colegio, al que asisten 121 alumnos. Cada mañana leen la Palabra de Dios y  la comentan.También hay un CAIF y un club de niños, un centro cultural y un hogar de ancianos. La parroquia de Nico-Batlle es una usina de servicios siempre abierta. (A las 2 de la mañana sonó el teléfono el domingo: una mamá primeriza, desesperada, le consultaba al P. Pablo cómo hacer para que se durmiera su criatura, que la tenía en los brazos y no había forma…  Consejo eficaz: que le pasara la bebita al papá. Se durmió).


Parroquia de San Nicolás, 7.30. Cargando las pilas.

En el pueblo y alrededores hay poca gente y, en gran parte, son pobres y muy pobres. Viven solos, cargados de años y rumiando desventuras antiguas. Y también hay cantidad de niños... Ya les contaré. Todos, (hasta donde pueden llegar) encuentran alivio en la compañía y en los servicios que les prestan un grupo de mujeres recias que cada mañana, a las 7.30, llegan a la parroquia y, guiadas por el sacerdote, cargan de oración las baterías del alma. ¿Cómo, si no, el faro va a tener luz ? 



Son 6 hermanos, falta la mayor. Gladys cumplió 6 años el domingo pasado y ligó de la parroquia una caja de garotos: estaba ¡feliz, feliz!...

1 comentario:

Maria - Montevideo dijo...

Gracias Padre Pablo por entregar su vida para llevar la palabra de Dios a quienes viven en su diocesis. Necesitamos más sacerdotes entregados como Ud., que "gasten" su vida por dar a conocer el mensaje de esperanza de Cristo. Gracias y más gracias. Y todos a rezar por más vocaciones. Sin duda en los planes de Dios están muchos jóvenes, recemos para que ellos lo escuchen.