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domingo, 29 de abril de 2012

UN FARO DE ESPERANZA (1)



Hace unas horas que volví a Minas, después de pasar la semana en Nico-Batlle, en el límite del departamento de Lavalleja con Florida, donde subsisten dos pueblos:  Nico Pérez y Batlle y Ordóñez. Fue la primera Visita Pastoral que hacía este Obispo y, también, la primera que recibían, después de muchos años, quienes viven en esa zona tan despoblada de nuestro país.
Parroquia San Nicolás, reunión de quienes se encargan de la Pastoral Social. Aquí se reza, se estudia y se resuelven problemas a granel.  

He recibido un baño de realidad, que de mi parte reclama reflexión y oración. He conocido a personas imposibles de imaginar por su capacidad de sacrificio. He tratado con hombres y mujeres que viven de la confianza en Dios y trabajan por ella. He rezado mucho y he aprendido tantas cosas...

Hoy les dejo solamente unas fotos. Detrás de ellas (tengo bastantes más) hay historias muy duras y resurrecciones casi milagrosas. Ya habrá tiempo de escribir: estoy cansado, dichosamente cansado: en Nico-Batlle la Iglesia está infinitamente más viva de lo que uno pueda imaginar. Es un faro de esperanza.
Tienen 15 y 16 años. Son concuñadas. Las dos esperan un hijo. Si alguien mencionara la posibilidad de un aborto, saltarían de la cama para echarlo a patadas: sé lo que digo.


Carmen vive sola. Padece elefantiasis, terrible enfermedad que no le permite dar un paso. Hacía tiempo que yo no encontraba una mujer tan alegre. "Monseñor, ¡yo nunca estoy sola!", me dijo convencida. Y, aunque parezca un contra sentido, tiene toda la razón del mundo.  
Florencia, 9 años, un encanto. Nació desnutrida. Es melliza de una hermana. Después llegó un hermano, Jonathan, hijo de otro papá. Jonathan tiene 13 años, es un personaje y una promesa; ya hablaré de él. Sólo por Florencia, vale la pena gastarse la vida en Batlle.   







1 comentario:

Rosa Falero dijo...

Que bueno Padre que vaya a conocer a sus fieles!!Rezo a María por Ud y su diócesis.