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domingo, 29 de abril de 2012

UN FARO DE ESPERANZA (1)



Hace unas horas que volví a Minas, después de pasar la semana en Nico-Batlle, en el límite del departamento de Lavalleja con Florida, donde subsisten dos pueblos:  Nico Pérez y Batlle y Ordóñez. Fue la primera Visita Pastoral que hacía este Obispo y, también, la primera que recibían, después de muchos años, quienes viven en esa zona tan despoblada de nuestro país.
Parroquia San Nicolás, reunión de quienes se encargan de la Pastoral Social. Aquí se reza, se estudia y se resuelven problemas a granel.  

He recibido un baño de realidad, que de mi parte reclama reflexión y oración. He conocido a personas imposibles de imaginar por su capacidad de sacrificio. He tratado con hombres y mujeres que viven de la confianza en Dios y trabajan por ella. He rezado mucho y he aprendido tantas cosas...

Hoy les dejo solamente unas fotos. Detrás de ellas (tengo bastantes más) hay historias muy duras y resurrecciones casi milagrosas. Ya habrá tiempo de escribir: estoy cansado, dichosamente cansado: en Nico-Batlle la Iglesia está infinitamente más viva de lo que uno pueda imaginar. Es un faro de esperanza.
Tienen 15 y 16 años. Son concuñadas. Las dos esperan un hijo. Si alguien mencionara la posibilidad de un aborto, saltarían de la cama para echarlo a patadas: sé lo que digo.


Carmen vive sola. Padece elefantiasis, terrible enfermedad que no le permite dar un paso. Hacía tiempo que yo no encontraba una mujer tan alegre. "Monseñor, ¡yo nunca estoy sola!", me dijo convencida. Y, aunque parezca un contra sentido, tiene toda la razón del mundo.  
Florencia, 9 años, un encanto. Nació desnutrida. Es melliza de una hermana. Después llegó un hermano, Jonathan, hijo de otro papá. Jonathan tiene 13 años, es un personaje y una promesa; ya hablaré de él. Sólo por Florencia, vale la pena gastarse la vida en Batlle.   







viernes, 27 de abril de 2012

Un 19 de Abril para soñar junto al Verdún




EL OBISPO DE MELO, MONS. BODEANT, HA COLGADO ESTE POST EN SU BLOG dar-y-comunicar.blogspot.com SÓLO PUEDO DECIR ¡GRACIAS... Y ORACIONES!




Soñar nos mantiene despiertos
El sábado 31 de marzo, regresaba yo de Rivera a Melo con un grupo de catequistas. Todavía quedaba un buen trecho de camino cuando una de ellas recordó "están jugando Cerro Largo y Nacional". Prendimos la radio y el partido iba tres a uno, a favor del equipo arachán. Luego del triunfo de los melenses (4 a 2), escuchamos los reportajes a jugadores y dirigentes. Entre ellos, uno que es -creo- el presidente del Cerro Largo, cuando le preguntaron cómo se sentía y en que pensaba, manifestó más o menos lo siguiente: "ahora podemos pensar en cómo seguir... podrìamos incluso soñar con entrar en la Libertadores... hay que seguir soñando. Soñar nos mantiene despiertes".
La frase final me quedó resonando... "soñar nos mantiene despiertos". Parece una contradicciòn, pero es tambièn poética... y tiene mucha fuerza. Los sueños, el ideal, la meta, el "horizonte abierto que siempre está más allá" como cantaba Yupanqui, nos animan a seguir caminando, trabajando, luchando cada día.

Un sueño cumplido
Escuchando lo que fue para mucha gente el concierto de Paul McCartney en el Centenario, el domingo pasado, uno no puede menos que pensar que fue un sueño realizado. Así se expresaba el productor Alfonso Carbone, entrevistado por El Espectador: "simplemente es un sueño cumplido. Si uno piensa y sueña en voz alta, evidentemente este era uno de los sueños más difíciles". Y se realizó. Con un gran movimiento de dinero. No tengo las cifras totales, pero he oído algunas e impresionan. Por otra parte, no escuché a nadie arrepentido de haber pagado una costosa entrada, porque el ex Beatle fue realmente pródigo en sus dos horas y media de canciones. Seguramente, para los 80.000 uruguayos (sumando el Centenario, Maldonado y Rivera) que se congregaron a verlo fue también "un sueño cumplido".

Un Centenario lleno de soñadores
Nuestro Estadio Centenario tiene una capacidad de 60.000 expectadores. Ése es también el número de peregrinos que suele pasar cada 19 de abril por el Santuario Nacional de Nuestra Señora del Verdún ("el cerro del Verdún").
Llegan sin que los convoque nadie más que esa misteriosa presencia de María. Llegan también con sus sueños... sueños de familia, de trabajo, de paz, de salud, de consuelo, de reconciliación. Vienen a pedir a la Virgen que esos sueños lleguen a cumplirse. O a agradecer, devolviendo la piedrita que se llevaron el año anterior, porque los sueños se hicieron realidad.
"La fe mueve montañas", suele decirse, aludiendo a palabras de Jesús. Pero aquí la fue mueve una montaña humana que sube al cerro con sus deseos y anhelos encendidos, con la fe de que encontrarán una respuesta del Cielo para ellos.


El sueño de un Obispo, un sueño para los uruguayos
En la reciente asamblea de la CEU, Mons. Jaime Fuentes, Obispo de Minas, nos compartió su sueño. Hacer que el Santuario de Nuestra Señora del Verdún pueda ofrecer a los peregrinos un espacio mejor acondicionado y bello, de modo que los peregrinos que llegan cada 19 de abril y los que pasan en cada día del año encuentren un entorno que les brinde más facilidades para permanecer, orar, celebrar, en suma, para vivir esta expresión de fe.
Es un sueño grande. No me toca a mí dar detalles que el Obispo, junto con sus diocesanos irá ajustando y compartiendo. Pero debo reconocer que el sueño me ha contagiado. Dios quiera que este pueblo nuestro, que quiere a María, que sabe soñar pero también luchar por sus sueños, lo haga suyo, para que podamos, entre todos y con la ayuda de Dios, realizarlo.


+ Heriberto

jueves, 19 de abril de 2012

LA FAMILIA EN EL VERDÚN


A las tres de la tarde, una multitud participó en la Solemne Misa de la Virgen del Verdún. Es imposible acostumbrarse a esta demostración de fe y amor que, desde hace más de un siglo, se renueva cada 19 de abril.
Tuve la alegría de concelebrar la Santa Misa con el Obispo de Maldonado, mons. Rodolfo Wirz, que hoy celebra sus 70 años. Con el Obispo de Florida, mons. Martín Pérez y con su antecesor, mons. Raúl Scarrone. También participó el Obispo de Melo, mons. Heriberto Bodeant y el Obispo emérito de esa misma Diócesis, mons. Roberto Caceres, del que ya he hablado en este blog. Sólo apunto ahora que hace tres días cumplió 91 años. ¿Cómo iba a faltar a la cita con la Virgen del Verdún?  
Ofrezco la homilía que pronuncié esta tarde.





Queridos hermanos que han venido de todas las partes de nuestro Uruguay a visitar a nuestra Madre Santísima, sean bienvenidos a este lugar  que a lo largo de más de un siglo está santificado por la presencia maternal de María y por la oración de generaciones de hombres y mujeres orientales, que cada 19 de abril llegan al Cerro del Verdún, para agradecerle a la Virgen tantos favores y también para poner en sus manos, dificultades y proyectos, con la seguridad de que Ella intercederá delante de Dios para resolverlos de la manera mejor. 

Somos una representación importante de la Iglesia que vive en el Uruguay. La devoción a la Virgen, nuestra Madre, nos une a todos sus miembros, y a la cabeza visible de la Iglesia que es el Papa. Hace tres días cumplió 85 años; hoy, cuando celebramos siete años desde que fuera elegido para suceder al Beato Juan Pablo II, le agradecemos a Dios, por medio de María Santísima, el regalo inapreciable que ha hecho a la Iglesia y al mundo dándonos al Santo Padre Benedicto XVI: que el Señor nos lo conserve aún muchos años y que pueda seguir llevando a todos los sitios la belleza de la Palabra de Dios, Palabra de vida eterna.

Nos encontramos en el Tiempo Pascual, tratando de imaginar y revivir aquellos días únicos, en los cuales Jesús Resucitado llenaba de alegría a sus discípulos y a las santas mujeres con su presencia gloriosa. Aquellos primeros hermanos nuestros formaban con Él y con María, la primera Iglesia: eran la familia de los hijos de Dios. Cuando Jesús se vaya al Cielo, comenzará entonces la Virgen a ejercer su “vida pública” como Madre de la Iglesia: Ella es la que la mantiene compacta, la edifica continuamente.

Esta tarde, encontrándonos también “en familia”, quisiera reflexionar unos minutos con ustedes, en la presencia de Dios y de la Virgen, sobre una preocupación grande, que todos compartimos, que es, al mismo tiempo,  una gran esperanza: me refiero, precisamente, a la familia.

¿No es verdad que, si pensamos un poco, en la raíz de la violencia, de la inseguridad que nos afecta a todos, en la base de muchos comportamientos que de tan corrientes ya no son noticia sino moneda corriente en nuestra sociedad (concubinatos, embarazos precoces, separaciones y divorcios por completo inesperados, abortos, etcétera) encontramos una crisis de la idea misma de lo que es la familia? ¿Cómo no nos van a preocupar estas y otras expresiones dolorosas, que hablan por sí mismas de la debilidad que sufre la institución familiar, que siempre ha sido y es el ámbito natural donde nacen y crecen y se educan los hijos, que es la escuela de virtudes fundamental, en la que aprenden a cultivar el respeto, la obediencia, la generosidad, la amistad, el cumplimiento del propio deber…, donde deben aprender a rezar y a amar a Dios?…

(Quisiera compartir con ustedes una pequeña confidencia. Me gusta leer y, estando en Minas, me siento obligado moralmente a conocer mejor al gran escritor minuano que es orgullo de las letras, en nuestro país y fuera de él: me refiero a Juan José Morosoli. He leído y disfrutado mucho leyendo sus cuentos, y no pocas de sus conferencias. Admiro en Morosoli el dominio que llegó a adquirir en el arte de escribir historias breves, que él explicaba humildemente como una consecuencia de su trato atento con las personas. Es realmente admirable. Pero, al mismo tiempo, tengo que decir: ¡cuánta ausencia de Dios se ve en los personajes de sus cuentos, de esas  historias, cuánta soledad, cuántos destinos dolorosos reflejados en hombres y mujeres que no parecen tener más horizonte en sus vidas que el día que transcurre hoy, cómo se nota la falta de familia en esos personajes! A su vez, y resumiendo la impresión en una frase: ¡cuánta falta de esperanza!).

Cierro la confidencia, para decirles que, así como la crisis de la familia es una grave preocupación de todos, sale a nuestro encuentro algo que nos dijo el Beato Juan Pablo II cuando estuvo entre nosotros: “son las familias cristianas las que harán que nuestro mundo vuelva a sonreír”.

Por eso, en este día de fiesta grande, ponemos en las manos de Nuestra Señora del Verdún la preocupación por nuestras familias y, al mismo tiempo, la seguridad de que Ella, Madre de Dios y Madre nuestra, nos ayudará a  transformar la preocupación en esperanza: sin esperanza, nadie puede vivir.

Los hijos de Dios somos hombres y mujeres de esperanza: sabemos que la vida es un tiempo, breve, que tenemos para conquistar la Vida eterna haciendo el bien; y el bien fundamental, para la inmensa mayoría de los hombres y mujeres, se encuentra en formar y educar a los hijos, transmitiéndoles el sentido cristiano de la existencia, de manera que ellos a su vez lo transmitan a sus hijos.

Por eso, quisiera animar a los matrimonios, a los padres y madres de familia, a las abuelas y abuelos, a los que tienen ya cercano el proyecto de contraer matrimonio, quisiera animarlos a DECIR QUE SÍ y a DECIR QUE NO.


A DECIR QUE SÍ a la fidelidad, en el noviazgo y en la vida matrimonial; a decir que SÍ a los hijos que Dios quiera enviarles, porque ellos son la corona y la alegría del matrimonio; a decir que SÍ al compromiso asumido delante de Dios y de la sociedad, de ser fieles hasta que la muerte los separe; a decirle que SÍ al trabajo de educar a los hijos como hijos de Dios. Todos sabemos que no es fácil mantener este SÍ en todas las circunstancias, pero no podemos olvidar que contamos con la ayuda del Cielo, que nos llega a través de los sacramentos y por la intercesión de la Madre de Dios.

Ese decirle que SÍ a Dios y al mundo, necesariamente trae consigo asumir también el compromiso de decirle que NO a conductas que, por más extendidas que estén en la sociedad, son incompatibles con nuestro modo cristiano de ver la vida.

El año pasado, en esta fiesta de la Virgen del Verdún, les transmitía algo que sigue en el primer plano de nuestra vida nacional y que debo repetir actualizando un par de fechas: Hoy se cumplen 7 años de la elección del Santo Padre Benedicto XVI, como ya dije, y permanentemente él nos invita a pensar, a usar la capacidad de nuestra razón. Decía no hace mucho: Hay tendencias culturales que tratan de anestesiar las conciencias con motivaciones presuntuosas. Respecto al embrión en el seno materno, la ciencia misma pone de relieve su autonomía capaz de interacción con la madre, la coordinación de los procesos biológicos, la continuidad del desarrollo, la creciente complejidad del organismo. No se trata de un cúmulo de material biológico, sino de un nuevo ser vivo, dinámico y maravillosamente ordenado, un nuevo individuo de la especie humana. Así fue Jesús en el seno de María; así fue para cada uno de nosotros, en el seno de nuestra madre. (…) No existe ninguna razón para no considerarlo persona desde su concepción (Vísperas I Domingo de Adviento 2010).

  En esa misma línea, hace poco más de tres años el entonces Presidente Tabaré Vázquez, profesional médico de prestigio, vetó la despenalización del aborto, explicando que la ciencia revela de manera evidente (…) la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de gestación (…) Desde el momento de la concepción hay allí una vida humana nueva, un nuevo ser. Podemos preguntarnos: ¿ha cambiado la ciencia en estos tres años, de tal manera que ese argumento científico ya no tiene valor? Continuaba el ex–Presidente: El verdadero grado de civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados. Por eso se debe proteger más a los más débiles. Porque el criterio no es ya el valor del sujeto en función de los afectos que suscita en los demás, o de la utilidad que presta, sino el valor que resulta de su mera existencia.
Si siguiera adelante alguno de los proyectos de ley que pretenden legalizar o despenalizar el aborto, cada uno deberá tener bien claro en su conciencia, que aunque cien parlamentos aprobaran una ley de ese estilo, el aborto no dejaría de ser un gravísimo delito, una gran ofensa a Dios. Sigue en pie la propuesta que hacía el Presidente Vázquez, a quien nombro expresamente para hacer ver que el problema del aborto no es un asunto religioso, sino que es el más humano de los problemas: decía: para resolverlo, lo más adecuado es buscar una solución basada en la solidaridad que permita promocionar a la mujer y a su criatura, otorgándole la libertad de poder optar por otras vías y, de esta forma, salvar a los dos.

   Decimos que NO al aborto porque afirmamos un gran SÍ a la vida humana, el mayor de los dones recibidos de Dios. Igualmente decimos que NO a los programas de educación, que presentan una visión puramente biologicista de la sexualidad humana, porque pronunciamos un fuerte SÍ a favor de los padres y madres de familia, que son los que tienen el derecho y el deber primarios de  explicar a sus hijos el fantástico plan de Dios, que ha querido que los hombres, creados a su imagen y semejanza, participen de su poder creador. 

Decimos que NO a la pretensión de la ideología de género, que intenta borrar las diferencias entre mujeres y hombres, porque el plan de Dios es un definitivo SÍ a la grandeza de la mujer, hasta el punto de haber querido encarnarse en la que veneramos siempre como LA INMACULADA.

Es obvio que no pretendemos IMPONER a nadie nuestra creencia, pero decimos SÍ al derecho de proponerla, serenamente, respetando otros opciones y reclamando respeto por las nuestras.

Hermanos, quisiera persuadirlos de que no es rebajando las exigencias de nuestra fe y de las enseñanzas de la Iglesia, como conseguiremos ayudar a que nuestra patria crezca; por el contrario, es difundiendo con el ejemplo y con la palabra el tesoro que tenemos, como podremos llevar a cabo el mandato de Jesucristo de ser SAL DE LA TIERRA Y LUZ DEL MUNDO.

A lo largo del día de hoy, estamos subiendo al Cerro para ir a buscar a la Virgen y en Ella encontraremos, como siempre, a la Madre buena que se alegra un año más de ver a sus hijos… Junto con las intenciones que cada uno le llevará, les ruego que tengan presente lo que acabo de decir.

Demos gracias a la Virgen del Verdún, no sólo por los favores personales, sino por todo lo que nuestra patria ha conseguido realizar en los dos siglos de su independencia. Al mismo tiempo, tratemos de ser cada día más dependientes de María Santísima, rezando con devoción el Santo Rosario. En esta oración, avalada por la experiencia de generaciones de cristianos de todo el mundo, encontraremos el consuelo de nuestra Madre y la fortaleza que Ella tuvo para estar al pie de la Cruz redentora de su Hijo. Que así sea.



lunes, 16 de abril de 2012

POR EL ALTAR DE LA SIERRA

          Si Dios baja a la tierra por el altar de la sierra, baja en Minas y en abril. Santiago Chalar tenía mucha razón: en estos días de otoño, las sierras minuanas son una paleta de verdes y amarillos realmente divina.


          Chalar tenía razón por otro motivo. El jueves es 19 de abril, la fiesta grande de la Virgen del Verdún, y es la reina del cielo, la Madre de Dios (no es más que Él, se entiende: pero es su reflejo...) la que bajará a atender a sus hijos: escuchará sus penas y recibirá sus gratitudes. Verá a miles de hombres y mujeres, mayores, niños y adolescentes, subiendo el cerro; muchos de ellos y ellas descalzos, ofreciéndole a la Virgen esa dificultad para subrayar su petición o su agradecimiento. 
(Una periodista, hace un tiempo, viendo a una señora mayor bajando del cerro descalza, le preguntó con aire frivolón: - Abuela, ¿y usted por qué va así, qué le pidió a la Virgencita?... Y la abuela, apenas mirándola y adivinando que no la iba entender: - ¡Sacrificio, m'ija, sacrificio!).
           A las 3 de la tarde tendremos la Misa Solemne en la capilla de la entrada, la que llamamos "la gruta". De mañana, habrá Misas a las 8, a las 10 y, a las 12, en la cumbre del cerro. A las 6 de la tarde, rezo del Rosario y despedida. Antes, procesiones variadas, con un común denominador: amor puro a la Madre de Jesús, que baja a la tierra en su altar preferido, en el cerro del Verdún. Invita la Virgen.

lunes, 9 de abril de 2012

AVISO A LOS NAVEGANTES

Dice el Eclesiastés: Todo tiene su momento y hay un tiempo para cada cosa bajo el cielo: tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado, tiempo de matar y tiempo de curar, tiempo de derruir y tiempo de construir... (3, 1-3).
Por mi parte, advierto que es tiempo de parar los comentarios sobre los posts MINISTRO, TE PASASTE y TIEMPO DE REFLEXIÓN: no publicaré ninguno más. 
El motivo es que no tengo la intención de convertir este blog en un disparadero de opiniones políticas; creo que no hace falta justificar esta postura.
Me llegaron comentarios en cantidad. Bastantes de ellos   terminaron en la papelera por zafios; otros, escritos por Anónimo, dudé en publicarlos porque el anonimato me revienta: algunos de éstos corrieron idéntica suerte que los anteriores y con otros fui condescendiente. En todo caso, estuvieran "a favor" o "en contra", los publiqué siempre que guardaban el respeto debido. 
No obstante, me preocupa el tono generalizado de agresividad que se respira en no pocos comentarios. Y así la cosa no camina. 
Siempre estamos hablando de que en la educación está el futuro del país. Pienso que tiene que estar mucho más en el presente, empezando por aprender a respetar al otro, a escuchar sus ideas con interés, a exponer las propias serenamente, a reconocer que el otro puede tener razón en lo que dice, a no convertir todo en lucha política... Por aquí sí que podemos aspirar a construir un país mejor.


domingo, 8 de abril de 2012

¡FELICES PASCUAS!...

En setiembre del año pasado, en Roma, conocí a tres jóvenes obispos de Irak. Uno de ellos contó que, en el correr de una semana, un día sí y el otro también, fundamentalistas musulmanes habían asesinado a siete feligreses de su parroquia, en Bagdad. Cuando llegó el Jueves Santo, había toque de queda y nadie podía salir del domicilio después de ponerse el sol.

El sacerdote fue a la iglesia para celebrar, solo, la Misa de la Cena del Señor. Llega al templo y se queda de una pieza: más de la mitad de los bancos están llenos. Les pregunta: - ¿Cómo es que han venido, cómo se animaron?... Responden: - ¡Padre!, ¿cómo no vamos a venir hoy a Misa?
¿Estarían locos? No, tenían fe en que Cristo está realmente presente en la Eucaristía, que ofreció su vida en reparación por nuestros pecados y… amor con amor se paga.
También en Irak, unas monjas encuentran en un parque una caja de zapatos. Cuando vean el video, les sugiero pensar en lo que pudo ocurrir si, al abrir la caja, hubieran preferido tirarla a la basura por indeseada o inservible.



“El hombre supera infinitamente al hombre”, dijo Pascal. Lo de Irak es una demostración; además, ayuda a dejar de lado muchas pequeñeces y a ensanchar el alma.
John Lennon invitaba a sus oyentes a “imaginar” que solamente existe el cielo, un cielo con minúscula; imaginaba que no hay infierno, ni religiones ni países, ni hambre ni codicia… Pura imaginación, en efecto. En el mundo real hay y habrá siempre, entrega y egoísmo, avaricia y generosidad, mezquindad y desprendimiento, fanatismo y ecuanimidad; soberbia y humildad. Que cada uno elija. La gracia de la vida consiste en luchar con uno mismo, en primerísimo lugar, para reflejar con la mayor nitidez posible la imagen de Jesucristo, modelo perfecto de hombre.
Por lo demás, el Cielo y el Infierno están ahí, independientes de mi imaginación: vivir en Dios para siempre o no conocerlo jamás. Cada uno decide cómo quiere pasar la eternidad.
¡Felices Pascuas, Cristo vive! 

jueves, 5 de abril de 2012

DÍAS PARA REFLEXIONAR



Estimado Eleuterio:
Hoy es Jueves Santo 2012: para los católicos, el primero de los tres días más importantes del año, porque vamos a re-vivir lo que Jesucristo hizo por todos los hombres de todos los tiempos: murió crucificado después de sufrir la tortura más cruel, diciendo en su último aliento: "Padre, ¡perdónalos porque no saben lo que hacen!". Antes nos dejó el sacramento de la Eucaristía, que es la mayor de las divinas locuras que sólo Él podía hacer. Y, al tercer día, resucitó, volvió a la vida con su mismo cuerpo pero lleno de gloria. Te aseguro que vale la pena leer y meditar, saborear, los capítulos 13 a 21 del evangelio de san Juan: ahí está el núcleo de lo que creemos y de nuestra esperanza.
Gracias por tu carta y tus explicaciones. En estos días las voy a leer despacio. La polémica no me gusta, y menos ahora, como te digo: son días para la reflexión y la oración. Pero, con muchísimo gusto, si tenés tiempo, te llamo y nos tomamos un café y charlamos de todo lo habido y por haber.
Te deseo que tengas unas Muy Felices Pascuas, 
+ Jaime Fuentes

Carta de respuesta al Sr. Obispo Jaime Fuentes.
Mi muy estimado ex alumno marista (y por ende ex compañero) Don Jaime Fuentes.
Con motivo de algunas de mis palabras pronunciadas en el reciente “Almuerzo de ADM” tuve el honor de que no solo te acordaras por fin de mí sino también de mis humildes opiniones. De verdad: muchísimas gracias.
Debo informarte que mi conferencia versó sobre otros asuntos de los que lamentablemente veo que no te ocupas. No tienes por qué ni cómo: la prensa no te informó acerca de ello (salvo el periódico “La Diaria”).
Te lo aviso como ayuda para comprender que a veces en vez de informarnos, nos desinforman cuidadosamente.
Las escasas frases mías generosamente publicitadas por todos los medios estuvieron referidas a la respuesta a la consabida pregunta que algún comensal hizo llegar al “Panel”: ¿Cuándo iba a pedir perdón?
Nada que ver con el tema, pero pregunta esperable por archisabida, repetida hasta el cansancio, y contestada como siempre.
Parece ser que lo que importa es, por sobre todo, lo que “vende”. Las reflexiones de fondo, tan discutibles, no interesan ni se debe permitir que interesen. A la gente hay que distraerla con otras cosas…
Pero vayamos al grano: tú afirmas que mi lunfardo (el lunfardo) referido a Jesús, me jugó en contra.
Sospecho, por eso mismo, que sabes muy poco de lunfardo.
Sin ir más lejos, la palabra “gil” tan utilizada en los tangos denota siempre un homenaje a la honestidad y a la bondad (es imposible ignorarlo).
En “Las Cuarenta” (Francisco Gorrindo) se culmina: “no pensar ni equivocado si al final igual se vive: Y además corrés el riesgo, de que te bauticen Gil”.
En “Fangal” (Discépolo) se dice: “Fui un gil porque creí que allí inventé el honor. Un gil que alzó un tomate y lo creyó una flor. Y sigo gil cuando presumo que salvé el amor…”.
En “Cambalache” (¡nada menos!) se reza, además de lo referido a la Biblia pinchada por un sable sin remache junto a un calefón, ese formidable aforismo cristiano: “el que no llora no mama y el que no afana es un gil”. En “Tortazos” (Enrique Maroni) se dice: “si será gil ese gil que creyó en tu aristocracia, vos sos la Ñata Pancracia…”
En el tango “Tres Esperanzas” (Discépolo) se dice “ No ves que estoy en yanta y bandeao por ser un gil…” Y más adelante: ¡”Las cosas que he soñao, me cache en die, qué gil!”
Ninguno de estos grandes poetas mundiales, que le hicieran cantar al mundo esos poemas en varios idiomas, entendió ni por asomo que “gil” quería decir malo, malvado o estúpido.
En la jerga de los delincuentes, “gil” es el vecino honesto y trabajador.
Es la misma “jerga” más o menos abrillantada, que utilizan las Agencias de Publicidad cuando proponen ser un “ganador” sea como sea, el “hacé la tuya” y el “no te metás”. En fin: ahogar el amor en la sopa, “gil” es el que no se sube a eso.
Hay un libro en Uruguay llamado “Los nabos de siempre” (Tomás Linn, ex PDC): sería el colmo acusarlo de insultarnos a todos.
Como cuesta creer que un cura uruguayo (y además Obispo) no haya escuchado mucho tango (o por lo menos bastante), solo resta sospechar querido Jaime que no le has prestado atención a las letras ni a su contexto y es nada más que por ello que enardeces contra mí.
Antes de seguir adelante intentando satisfacerte como es debido, debo confesarte que con el tiempo y la vida fui lentamente dejando de ser marista (como parece que sigues siendo tú) para irme afiliando medio a salesiano (anti Cotugno que por tristísima deshonra lo es y por mayor desgracia Arzobispo), medio a jesuita y medio a franciscano. A según… Como ves tengo posición sobre tu feroz “interna”… No vayas a creer que no la conozco ni tampoco que no la estudio: es apasionante.
Debe ser tal vez por ello que mi relación personal con Jesús (estuve quince años en el Desierto para tenerla sin interferencias mundanas salvo las consabidas del Diablo) fue siempre de tú a Tú. El me dice Ñato y yo le digo Flaco. Te guste o no: se trata de un asunto personal que reivindico.
Tengo otro compañerazo, santo pecador y católico ejemplar, al que sin embargo le faltan muchos dientes, que le dice “Palito” a Jesús. Y así se entienden entre ambos. Dan Testimonio sin bulla.
Entre gente pobre es el único lenguaje posible para entenderse. Y entre pecadores también porque al fin de cuentas somos una extraordinaria organización mundial de eso.
Conozco a muchos curas y hasta tengo parientas monjas que carajean y putean mucho mejor que yo (lo que envidio).
Cosa muy extraña querido Jaime: luego del almuerzo de marras, recibí cantidad de felicitaciones de “esos” curas y “esas” monjas. La única nota discordante al respecto la has dado tú… Y Lacalle. Dios nos libre insinuar que eres la misma cosa: solo te constato la muy perjudicial coincidencia.
No quiero para ti ni para nadie, y menos siendo un compañero de escuela y de liceo, la desgracia de pertenecer a una Iglesia ultramontana y fascista: es lo peor que hay: colgada de la Cruz, como dice otro tango, fue y es el mismísimo Demonio.
Por eso debo decirte que el famoso grito ¡Viva Cristo Rey! que nos hacían gritar todos los días al salir de la escuela en el Colegio y Liceo Santa María de los Hermanos Maristas, a infantes, niños, y adolescentes, allá por la década de los cuarenta y los cincuenta, y que me recomiendas aún hoy, es un ultraconocido y reconocido grito fascista. O sea: recontrapolítico. Nos hacían gritar una consigna nazi sin saber que lo era. Y tú me la recomiendas en el 2012…
Puedes averiguarlo fácilmente.
Yo lo averigüé poco después, hace añares, pero parece que tú no te has enterado ni en sesenta años.
Te lo aviso por eso: se ve que no prestas demasiado atención a las “letras” y muchísimo menos a su contexto. No creo, tengo fe en ti, que seas fascista.
Por lo tanto y en confidencia fraternal: no lo grites más. ¡Te incendias!. Das vergüenza ajena. Puedes resultar tan impresentable como Lacalle.
¡Felices Pascuas!
Eleuterio Fernández Huidobro”.