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jueves, 29 de diciembre de 2011

SENTIR VERGÚENZA

          
Escribo desde Chosica, a una hora larga de Lima. Llegué el lunes, con ganas de descansar, de rezar bien y de pensar. Voy a ver a un obispo amigo, en Cañete, que me despertó el interés por conocer el santuario dedicado a la Madre del Amor Hermoso que tiene en su diócesis. Creo que va a ser una visita bien aprovechada.
            Ayer de mañana leí que el senado uruguayo aprobó legalizar el aborto, es decir, que está de acuerdo en dar licencia para matar a los niños en el vientre de sus madres. La decisión tomada, además de legalizar un crimen abominable empuja al país a un deterioro moral definitivo.
Aparte de otros libros, en este viaje traje conmigo “Tierra y tiempo”, de Morosoli. De a ratos leo sus cuentos, que en realidad son retratos  de la gente de nuestros campos: mujeres y hombres buenos, faltos por completo de instrucción, pero con una rara conciencia de su propia dignidad. Sacrificados sin límite, leales, pasan por la vida orientándose por su conciencia, poco o nada formada.
Se reproducen –procrear, en este caso, puede que sea un verbo excesivo-, tienen hijos que encontrarán no pocos hermanos desconocidos, van de aquí para allá deambulando con su instinto, sin medir las consecuencias…
 Acerca de si hay un Dios, si hay algo después de la muerte y qué será, no piensan nada: simplemente, porque nunca oyeron hablar de ello. No obstante, no pocos de estos hombres y mujeres saben distinguir entre lo que está bien, lo que está mal y lo que está muy mal.
Hoy leí el cuento La señora. Ella acababa de terminar el luto por su marido muerto: seis años había vestido de negro por él, cuando decide poner el punto final y vestirse de color. Ahora va por la calle del pueblo, con cola de paja, acompañada… Copio:
Caía la tarde cuando empezaron a sentir la angustia del tiempo sin destino.
Pasaron frente a la iglesia.
-          Vamos a entrar –ordenó la señora.
Fueron. Salieron casi enseguida.
-          A veces da vergüenza estar en la iglesia –dijo ella.
Pocas veces se han descrito con mayor precisión los sentimientos colectivos de los uruguayos, después de la decisión del senado de legalizar el crimen del aborto. Ultrajando la dignidad de la persona humana, le han dado el toque final a la angustia que padecen tantas y tantos de vivir sin destino. Nadie podrá sorprenderse de que aumente entre nosotros la violencia, en las formas más crudas: si la vida más indefensa ya no cuenta, vale todo.
Por lo demás, aunque haya responsables a los que les importa un pito Dios y entran en la iglesia sólo por compromisos sociales, es de esperar que al menos sientan vergüenza de estar en ella.  

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Si usted supiera Monseñor lo impresionante que es la descripción del minuano aún vigente en la gente de los barrios de Minas y en la gente que aún vive casi con las mismas costumbres campestres que èl (Morosoli)describió tan bien!!! Siga leyendo, dizfrútelo.
No deja de ser angustiante todo esto que nos averguenza (sic) hoy. Pero aún tenemos dos oportunidades: que los votos no estèn en Diputados (algo se ha dicho) y que asumamos otro camino que deberìamos transitar mas, creo yo: el aborto es consumado ante nuestros ojos y no sabemos cómo reaccionar ante él. Como un silencioso holocausto no sabemos si la denuncia pública de los que abortan clandestinamente es conveniente o no. No los hemos denunciado.¿Cómo no nos avergonzamos de esto y si de esto otro que no es sino la dizfrazada manera de combatirlo que nos pretenden vender?
Que el Niño Dios nos ilumine y nos comprenda y salve a los inocentes. ¡¡¡Nosotros no lo somos!!!
Un abrazo!!!

P Julio desde Berisso dijo...

Que real es su descripción de todo lo que podemos llegar a sentir de impotencia en estos momentos...los Herodes de saco y corbata siguen sueltos y se hacen llamar señores..abrigamos en el corazón la esperanza de que el sentido común puueda llegar a imperar,pero como decía el aquinate es el menos común de los sentidos y ante tanta ignoracia(no de la gente sencilla, a quienes Jesús llama sabios)sino de los que se creen inteligentes solo nos queda orar ý pedir que Nuestro Señor tenga piedad de nuestro pueblo

Anónimo dijo...

El "partido" no está perdido porque los diputados pueden dar vuelta el resultado de los senadores, para vergüenza de estos y para salvar al Uruguay de la caída.

Anónimo dijo...

COMPARTO TOTALMENTE TODO LO QUE USTED DICE REALMENTE ES VERGONZOZO LO QUE ESTA SUCEDIENDO EN LA CABEZA DE NUESTROS GOBERNANTES UNO SIENTE MUCHA IMPOTENCIA POR NO PODER SER VOZ DE ESOS INOCENTES QUE MORIRAN SIN QUE AL ESTADO LE IMPORTE QUEDARSE SIN FUTUROS CIUDADANOS QUE MARIA VIRGEN Y MADRE ESCUCHE NUESTRAS PLEGARIAS E INTERCEDA ABLANDANDO LOS CORAZONES DE LOS DIPUTADOS PARA QUE NO SE LLEVE A TERMINO ESTA HORRENDA Y DIABOLICA LEY ¡¡¡¡

hna carina sauce dijo...

GRACIAS MONSEÑOR ARTURO POR SUS REFLEXIONES QUE NOS AYUDAN A ABRIR LOS OJOS Y SENSIBILIZAN NUESTROS CORAZONES TAMBIEN SIENTO VERGUENZA POR LA MEDIA SANCION A ESA DIABOLICA LEY QUE NOS DESHUMANIZA ¡¡¡ CONTINUAREMOS REZANDO PARA QUE LOS DIPUTADOS SEAN MAS HUMANOS QUE MARIA NUESTRA MADRE Y MADRE DE TODOS NOS CUBRA CON SU MANTO Y NOS ALCANZE DE SU HIJO JESUS EL MILAGRO DE QUE NO SEA APROBADA ESA ESPANTOSA LEY ¡¡¡