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martes, 29 de noviembre de 2011

VIVA EL PLURALISMO (Carta Pastoral, 2)

La segunda parte de la Carta de los Obispos con ocasión del Bicentenario, está dedicada a explicar cuál es el núcleo del servicio que la Iglesia presta a la sociedad -el anuncio de Jesucristo- y también el centro sobre el que juntos, creyentes y no creyentes, podemos avanzar: la dignidad de la persona humana.

Este último planteo coincide con el de otros hombres, no católicos, conocidos internacionalmente. Uno de ellos Joseph Weiler. Judío observante, Weiler es nada menos que University Professor (rango académico reservado a quienes pueden enseñar en todas las Facultades de un campus), en la New York University. Weiler defiende el pluralismo en la sociedad, como clave para permitir comunidades diferenciadas ancladas en principios, valores y tradiciones diferentes, sin más límite que el derivado de la proia dignidad humana. Proclama un pluralismo no neutral, sino rico, comprometido con la dignidad de las personas y que concibe a Dios como garantía de su propia dignidad. Weiler no ha dudado en defender las raíces cristianas de Europa,  y, recientemente, ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la presencia de crucifijos en lugares públicos.
Acaba de ser nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Navarra.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Don Jaime. Gracias una vez más por sus reflexiones. Una pregunta: no habrá alguna posibilidad de que el texto de la Carta Pastoral pueda ser consultado en Internet?

Fausto dijo...

Acá puede encontrar más información aunque no han subido el texto todavía: http://iglesiauruguaya.com/asamblea_obispos.htm

Anónimo dijo...

Col 1:21 Y a vosotros, que en otro tiempo fuisteis extraños y enemigos, por vuestros pensamientos y malas obras,
Col 1:22 os ha reconciliado ahora, por medio de la muerte en su cuerpo de carne, para presentaros santos, inmaculados e irreprensibles delante de El;
Cuando dice carne claramente en griego dice sarx. Es incuestionable que Pablo tiene un clara influencia platónica pero no por ello mutila la naturaleza humana del Cristo.
No creo que ésa sea la causa del problema.
Creo si, empero, que hay que apostar a la trascendencia humana. Encontraremos el sentido del "más acá" cuando podamos enfocar nuestra visión en una perspectiva teleológica.