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martes, 29 de noviembre de 2011

VIVA EL PLURALISMO (Carta Pastoral, 2)

La segunda parte de la Carta de los Obispos con ocasión del Bicentenario, está dedicada a explicar cuál es el núcleo del servicio que la Iglesia presta a la sociedad -el anuncio de Jesucristo- y también el centro sobre el que juntos, creyentes y no creyentes, podemos avanzar: la dignidad de la persona humana.

Este último planteo coincide con el de otros hombres, no católicos, conocidos internacionalmente. Uno de ellos Joseph Weiler. Judío observante, Weiler es nada menos que University Professor (rango académico reservado a quienes pueden enseñar en todas las Facultades de un campus), en la New York University. Weiler defiende el pluralismo en la sociedad, como clave para permitir comunidades diferenciadas ancladas en principios, valores y tradiciones diferentes, sin más límite que el derivado de la proia dignidad humana. Proclama un pluralismo no neutral, sino rico, comprometido con la dignidad de las personas y que concibe a Dios como garantía de su propia dignidad. Weiler no ha dudado en defender las raíces cristianas de Europa,  y, recientemente, ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la presencia de crucifijos en lugares públicos.
Acaba de ser nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Navarra.

domingo, 27 de noviembre de 2011

GALLINITA CIEGA (Carta Pastoral, 1)

Ayer de noche, en el Teatro Lavalleja, de Minas, tuvo lugar la entrega de los premios MOROSOLI, que la Fundación Lolita Rubial organiza desde hace 17 años. Al comenzar el acto, el Dr. Gustavo Guadalupe, secretario ejecutivo de la Fundación, pronunció unas palabras en las que manifestó claramente que somos un país en vías de extinción. En efecto, el censo aún no concluido ya dice que nuestra población es menor de lo que pensábamos. ¿Quiénes, en un país de viejos, van a trabajar para alimentar a los viejos?...
Esta mañana, por otra parte,  leo en el diario que hay una modalidad nueva entre los jóvenes aficionados a las "picadas" en moto: la "gallinita ciega", El juego consiste en lanzarse a un cruce de rutas con el casco puesto... pero al revés, o sea, sin ver nada. Y bueno, si te toca te escrachaste.

Las Cartas pastorales de los Obispos no suelen ser "best sellers". En cuanto se presentó la que acabamos de publicar -Nuestra Patria: gratitud y esperanza-, aparecieron algunos comentarios en contra de nuestra propuesta de darle validez civil al matrimonio religioso y nada más. No obstante, en ella pueden encontrar temas como los mencionados, y otros, con un enfoque que, al menos, merece atención. Por ejemplo:

El envejecimiento de nuestra población es el mayor de Latinoamérica. Un país sin hijos es un país sin futuro. Su baja natalidad y la tendencia a reducirla en forma progresiva es un grave problema moral de nuestra sociedad. Urge un cambio de rumbo. Tenemos todas las posibilidades para aspirar a un futuro mejor, si se favorece que nazcan más niños uruguayos y que vengan otros hombres y mujeres a poblar nuestro territorio, tan rico, tan hermoso y tan vacío.

Uruguay tiene uno de los promedios más altos de suicidios en el mundo. Terrible constatación. Nos preguntamos: ¿Por qué es así? ¿Por qué no se da este fenómeno en sociedades mucho más pobres que la nuestra? ¿No será que nuestra gente, en términos generales, carece del sentido de la existencia y padece ausencia de esperanza? Para superar esta gravísima enfermedad social, ¿no habrá que insistir en educar a las nuevas generaciones en el sentido religioso de sus vidas?

jueves, 24 de noviembre de 2011

FELICES (Necesito CURAS IV)


La conocida revista Forbes ha publicado un estudio del Instituto de Investigación de la Universidad de Chicago, que presenta la lista de los trabajadores más contentos con el empleo que desempeñan. Esa lista la encabezan sacerdotes católicos y pastores protestantes. Después de los sacerdotes encontramos las profesiones de bombero, fisioterapeuta, escritor, maestro, artista y psicólogo. La característica que comparten estas profesiones es la poca remuneración económica y la entrega hacia los demás en el trato humano. La felicidad está en compartir, en servir a los demás, en contagiar alegría. La felicidad no está en la recompensa material, sino en la satisfacción espiritual que nos aporta lo que hacemos.


Los trabajos más felices:

1) Sacerdotes y pastores
2) Bomberos
3) Fisioterapeutas
4) Escritores
5) Instructores de educación especial
6) Maestros
7) Artistas
8) Psicólogos
9) Agentes financieros
10) Ingenieros de operaciones


Los trabajos más odiosos:

1) Director de Tecnología de la Información
2) Director de Ventas y Marketing
3) Productor / Manager
4) Desarrollador Web
5) Técnico especialista
6) Técnico electrónica
7) Secretario Jurídico
8) Analista de Soporte Técnico
9) Maquinista
10) Gerente de Marketing



domingo, 20 de noviembre de 2011

EL MEJOR PREMIO (Necesito CURAS-III)

Muy estimado Gustavo:
entiendo bien tu dificultad y quisiera animarte a no desanimarte... Estamos por completo de acuerdo: "el que deje padre o madre, o hermanos... recibirá el ciento por uno...". Pero también tendrás que comprender que tus padres no lo comprendan. Entonces, oración y paciencia. Dios ayudará.
A lo mejor les sirve a ellos esta carta y su contexto. A los 19 años yo me di cuenta de que Dios me quería del todo para Sí...y le dije que sí.  Pocos meses después, mi padre pasó por Pamplona, donde entonces yo estudiaba, y aproveché para contarle la decisión que había tomado. Cuando volvió a Montevideo me escribió estas líneas:

Querido hijo Jaime:

Sin reponerme todavía de nuestro encuentro y de la gran emoción que, por diversos conceptos, me produjo tomar contacto nuevamente con tus cosas, te escribo estas líneas que pretendo despachar hoy mismo.
Antes que nada quiero decirte algo que omití cuando me comunicaste tu decisión. Te expresé repetidas veces mi satisfacción, mi completa alegría… Pero en el conjunto de impresiones que se acumulaban en aquellos momentos, había algo que no surgió y debió haber surgido; felicitarte por tu vocación, por tu firmeza, por haber elegido lo mejor y más difícil. Y eso es lo que quiero trasmitirte ahora: mi felicitación, que se hace más profunda y comprensiva por la distancia.

Hace unos pocos días que me invitaron a la inauguración del oratorio que han instalado en la nueva Residencia. Rogué mucho por la Obra, y agradecí al Señor que te hubiera llamado como lo ha hecho. Me sentí más cerca de ti que nunca; puedo decirte que me siento más compenetrado contigo, y que la unión que siempre hemos mantenido se ha hecho más sólida. Se realiza en nuestra familia lo que tantas veces hemos oído en algunas charlas del Movimiento Familiar Cristiano. La unión de los padres con el hijo que Dios llama se torna más estrecha, y el cariño, que hasta ese momento tenía un sentido natural, se fortalece en una comprensión más íntima que transforma el amor paterno en algo superior. Así lo sentimos hoy, tanto mamá como yo; te tenemos mucho más cerca de nosotros y para siempre.
Mi más cariñoso abrazo junto con el de mamá; nuestra felicitación y bendición de padres, felices por saberte más cerca de Dios, como ha sido nuestra preocupación constante al educarte a ti y a tus hermanos.
Nos has dado el mejor premio que como padres podíamos esperar.

Un abrazo muy fuerte,
Tu padre

sábado, 12 de noviembre de 2011

SUBIRSE AL CARRO (Necesito CURAS II)


Muy estimado Raúl: como dijiste en tu mail que no tenías dificultad en que te respondiera en el blog, así lo hago y muy cortito.
Pienso que te ayudará a resolver tu inquietud vocacional masticada durante estos años y, como escribiste, que estás "a punto de echarla por la borda", tener en cuenta unos versos de Antonio Machado y ser consecuente.
Un abrazo, con la seguridad de que rezo por ti,
+ Jaime   

"El amor, amigo, pasó por tu puerta,
pasó por tu casa.
Dos veces no pasa".

sábado, 5 de noviembre de 2011

Necesito CURAS

        Ya va a ser un año desde que llegué a Minas y fui ordenado Obispo de esta Diócesis. He aprendido tantas cosas… Sobre todo, he aprendido que la gente no es buena: ¡es buenísima!
Y voy aprendiendo, un poco más cada día, que estos hombres y mujeres de todas las edades padecen hambre y sed: necesitan que alguien les enseñe quién es Dios, quién es Jesús, quién es su Madre Santísima. Alguien que les diga que estamos en este mundo para conquistar el Cielo, que es, como repetía santa Teresa, para siempre, para siempre, para siempre. Alguien que les explique el arte de bien vivir, siguiendo los Mandamientos de la santa Ley de Dios, que nunca han oído. Alguien que les enseñe a hablar con Dios y a portarse como hijos de Dios. Alguien que los quiera como son –buenísimos, insisto- y, ofreciéndoles su amistad, los lleve a ser amigos de Dios.
        Necesito curas. Me pongo a patear las calles de las afueras de Minas. Un chiquilín de 11 o 12 años juega con una pelota desinflada. La mueve bien: de un pie al otro pie, quince, dieciocho veces. Le digo: – Así empezó Maradona… Tenés futuro. Sonríe. - ¡Esta mañana, con la cabeza, llegué a 27 veces! ¿Tenés una medashita?
        Sigo caminando. - ¡Joanna, vení para acáaaaa! Joanna (6-7 años) no le hace ni caso. La madre me ve: - Perdone, Padre, ¡qué gurisa esta!... ¡Ay, Padre!... Sabe que todavía no la bauticé…
        En la esquina hay un boliche de novela, casi a oscuras a las 4 de la tarde. Un billar, una barra y tres hombres recostados en ella. Silencio. Los saludo al pasar: - Bueenas… - Bueena… Tá recorriendo?... – Así es. – Tá bien… Y siguen mirando… al más allá, parece.
        Jesús, te lo digo una vez más: ¡necesito curas! De pronto, a la vuelta del boliche aparecen dos pantalones negros, dos camisas blancas, dos cabezas rubias que, casa por casa, están repartiendo su literatura yanqui…
        ¡Jesús, necesito curas! Lo voy a poner en mi blog, para los lectores habituales que, además de uruguayos, son españoles, argentinos, mexicanos, norteamericanos, colombianos…
       
Los curas que necesito deberán:
                                                               
1) tener buen humor;
2) amar la liturgia de la Iglesia;
3) ser de verdad hombres de oración;
4) disponer de un par de piernas fuertes para patear las calles;
5) recorrerlas todos los días para buscar a la gente (si sólo esperamos que vengan, estamos muertos) y hacer amistad, mucha amistad con ellos;
6) tener la obsesión de darles a conocer a Jesús y que aprendan el Catecismo;
7) vestirse inconfundiblemente como sacerdotes;
8) dormir la siesta no más de 20 minutos;
9) sentarse en el confesonario todos los santos días, con la seguridad de que, una vez que aprendan lo que les enseñará, ya llegará la gente a darle trabajo;
10) estar dispuestos a gastar la vida sin pretender ninguna recompensa.

Jesús, ¡necesitamos curas! Si alguien siente que sí, que por qué no, que estoy dispuesto, escríbame. Los demás, rueguen al dueño de la mies que envíe obreros a esta mies.

obispojaime@gmail.com

jueves, 3 de noviembre de 2011

PREGUNTA CLAVE

Cuando no los esperaba, al terminar la Misa de ayer a las 8 de la noche, me rodearon ¡11 niños! Hijos de tres matrimonios amigos de años (casé a dos de ellos: Guillermo y Vicky; Ernesto y Dolores), antes de volver a Montevideo se acercaron un ratito a mi casa, después de un día de excursión al Salto del Penitente.
Los protagonistas fueron los niños, claro. No pararon un momento: subieron y bajaron las escaleras, descubrieron la casa entrando en cada cuarto, estuvieron en la oficina y en mi dormitorio… Finalmente, llegó la pregunta que no podían callar (los niños no saben nada de los silencios “educados” de los mayores). Muy extrañados por lo que NO habían encontrado, tres o cuatro de ellos, casi al mismo tiempo, me preguntaron incrédulos:
-¿No tenés televisión?...
- No.
- ¿Y por qué no tenés?, me interrogó uno de ellos, inquisidor. Otros adelantaron sus explicaciones:
– Tenés que decir la Misa. – Tenés que rezar. - No tenés plata para comprarte una.
No me dejaban responder. ¡Les resultaba inconcebible que no tuviera televisión! Querían saber más sobre este casi extra terrestre:
- ¿Pero vas a tener una?
Finalmente, entrecortado (es difícil responder a los niños hilando conceptos), les dije que no tenía porque me gusta más leer que ver la televisión, que tengo radio…
- ¿Y si hay un partido de fútbol?
– Voy a verlo a la casa de un amigo.
Cambiaron de tema, gracias a Dios. Sacamos unas fotos. Después los acompañé hasta el callejón de la Catedral, donde habían estacionado. Volví a casa y fui al oratorio. Le di gracias a Dios por estas criaturas y le pedí por sus padres (lo necesitan, como todos los padres y madres de familia). Y también renové el propósito de no tener televisión: la vida real es inagotablemente rica: te da sorpresas como esta de ayer y, sin TV, tengo tiempo para contarlas.

Patricia (4), Dolores (2), Vicky (4), como en el fútbol de antes. Vino también una amiguita.


martes, 1 de noviembre de 2011

¿QUÉ ES UN SANTO?

“Un santo es un avaricioso que va llenándose de Dios, a fuerza de vaciarse de sí. Un santo es un pobre que hace su fortuna desvalijando las arcas de Dios. Un santo es un débil que se amuralla en Dios y en Él construye su fortaleza. Un santo es un rebelde que a sí mismo se amarra con las cadenas de la libertad de Dios. 
Un santo es un miserable que lava su inmundicia en la misericordia de Dios. Un santo es un paria de la tierra que planta en Dios su casa, su ciudad y su patria.
Un santo es un cobarde que se hace gallardo y valiente escudado en el poder de Dios. Un santo es un pusilánime que se dilata y se acrece con la magnificencia de Dios. Un santo es un ambicioso de tal envergadura, que sólo se satisface poseyendo cada vez más y más ración de Dios.

Un santo es un hombre que todo lo toma de Dios: un ladrón que le roba a Dios hasta el Amor con que poder amarle.
Y Dios se deja saquear por sus santos. Ese es el gozo de Dios. Y ese, el secreto negocio de los santos.
Así, pues, ¿qué es más importante?, ¿qué es más valioso? ¿Lo que el hombre hace por Dios, o lo que Dios hace por el hombre? Ah, en definitiva, el quid de la santidad es una cuestión de confianza: lo que el hombre está dispuesto a dejar que Dios haga en él. No es tanto el “yo hago”, como el “hágase en mí”.(P. Urbano, El hombre de Villa Tevere, p. 156).