Uno a uno, Benedicto XVI saluda a todos los obispos. A su lado, los cardenales Sandri y Ouellet. (Las fotos son mías, tomadas desde mi lugar).
Ver al Papa a cinco metros de distancia. Escuchar palabras suyas dirigidas a un grupo de personas del cual se forma parte. Saludarlo después personalmente unos segundos y percibir con certeza que, aunque seas uno más entre esas 119 personas que también se acercan, sabe perfectamente quién eres. Todo esto junto, hace que el día de hoy sea un día del todo especial, que termino con una profunda acción de gracias a Dios.
La imagen de san Pedro, detrás del Papa. Está claro quién es Benedicto XVI.
¿Cómo está el Papa? A los 84 años, trabajando, trabajando, trabajando...
Lo que nos dijo el Papa esta mañana en el patio del palacio de Castelgandolfo se encuentra, resumido, pinchando aquí. Por mi parte, mañana leeré completo su discurso y lo meditaré despacio, despacio, como debe ser.
Al despedirse el Santo Padre, el cardenal Marc Ouellet, que está al frente del organismo que se encarga de los obispos y es nuestro anfitrión en estos días, nos invitó a pasar un momento al jardín del palacio pontificio. Nos sacamos fotos... Ha sido una jornada única. Habrá más información.
Con el Cardenal Ouellet, en el jardín del palacio pontificio.
Hermanos argentinos de la Patagonia: Mons. Miguel A. D'Annibale, Obispo Auxiliar de Río Gallegos, y Joaquín Gimeno, Obispo de Comodoro Rivadavia.
4 comentarios:
Gracias Jaime, por acercarnos tanto a SAN PEDRO, el de ahora y el de siempre. Que alegría ser parte de la Iglesia, es decir de Jesús ¡¡¡¡¡
Me alegra verte tan feliz en Roma y con el Papa.
Una gran alegría que hayas llegado hasta él.
Un abrazo grande,
En esa peregrinación fue toda la diócesis con usted.
Si se fija bien se va a poder encontrar en este video:
http://www.youtube.com/watch?v=ZC6nW8d6Q6s
Querido Padre Jaime me alegro (egoista no?) de su vuelta. Ahora Ud. volcará en nosotros todo lo que vió con los ojos del alma ayudado por María Sma que lo tiene tan cuidadito.
Bienvenido! y ahora a que la invitación a las bodas (Evangelio de hoy) se haga como el Dueño de casa soñó que sería: su casa llena de hombres con su traje de fiesta dignos de estar allí.
Annie
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