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miércoles, 21 de septiembre de 2011

ROMA


Dentro de pocas horas me voy de Roma. Cuesta trabajo arrancarse. He estado aquí dos semanas: redescubriendo rincones, hablando y escuchando a muchas personas, y rezando con extrema facilidad: creo que no se puede estar en Roma y no rezar. Me dan pena los miles de turistas que entran en San Pedro y, como asustados ante tanta belleza, reaccionan disparando sus cámaras hasta el infinito… No saben dirigirse a la Belleza original, la única que explica por qué existe esta Basílica y, en definitiva, por qué Roma es eterna, como dicen.
La suciedad de siglos que tenía la fachada de San Pedro, fue removida cuando el gran Jubileo del año 2000. Ahora es el turno de la Colonnata de Bernini. Al llegar a la Plaza, la imagen de la Virgen Madre de la Iglesia recibe al visitante. Buena idea la de colocarla encima de la enorme sábana blanca que cubre el brazo derecho. Ya se ve, en la parte izquierda, el esplendor que tendrá cuando se termine la limpieza.
El lunes, día 19, estuve con el pensamiento en el Verdún. (Ya sé que, gracias al buen tiempo, hemos podido reanudar las visitas mensuales a la Virgen). En Roma tuve mi pequeño Verdún…
Había quedado en encontrarme a mediodía con un profesor que vive en el Giannicolo. Tomé un taxi en San Pedro para llegar puntual. No habíamos recorrido más de quinientos metros y nos encontramos en un embotellamiento imposible. Pasaban los minutos, corría el contador del taxi y seguíamos sin movernos. Finalmente pagué el taxi y atravesé todo el Giannicolo a buen paso: es una maravilla. Llegué 6 minutos tarde, después de subir la Scala del Tamburino... mi pequeño Verdún.

Tenía la ilusión de ir esta mañana a la audiencia con el Papa, en el aula Pablo VI. Pero Benedicto XVI viaja a Alemania y no hay audiencia. Rezo por el Papa y por su viaje, como nos ha pedido: Roma tiene sentido porque aquí vive Pedro.







1 comentario:

Anónimo dijo...

Queridísimo Don Jaime: Cuanto nos alegramos de todo lo que ha vivido y de todo lo que se trae para su ahora amada Minas. Nosotros desde nuestra querida Bella Vista de Buenos Aires, lo hemos tenido permanentemente presente en nuestra santa misa diaria, y ofreciendo la santa comunión por Vd.y por sus intenciones.
Nos alegra que ya esté pegando la vuelta, y esperamos verlo muy pronto. Con todo afecto, sus querido Mercedes y Nicanor.