Páginas

sábado, 16 de julio de 2011

¿POR QUÉ?

En la fiesta de la Virgen del Carmen, que ha prometido encontrarse, a la hora de la muerte, cerca de los hijos que lleven con devoción su santo escapulario, leo en El País esta noticia estremecedora. Me gustaría recibir la opinión de ustedes. ¿Por qué sucede lo que sucede?  

El gobierno lanzó ayer viernes un plan que busca frenar el "drama social" del suicidio, cuya tasa, de 17 cada 100.000 habitantes, es -junto con la de Cuba- la más alta de la región y supera el promedio mundial.


"Estamos en presencia de un drama social que lamentablemente nos caracteriza como país", indicó Leonel Briozzo, director del Departamento de Programación Estratégica del Ministerio de Salud Pública (MSP).


La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año hay en el mundo aproximadamente un millón de suicidios y de 10 a 40 millones de intentos de autoeliminación.

En Uruguay el pico más alto de los últimos años se registró en 2007, con 587 suicidios, mientras que en 2009 -último año registrado- fueron 537. Esto hace que en Uruguay la tasa de suicidios sea de 17 cada 100.000 habitantes, por encima de 16 cada 100.000 del promedio mundial.

 



2 comentarios:

Francisco sdb dijo...

Creo que no es casualidad que el otro país que "puntea" este infeliz rating es Cuba... Desde Durkheim para acá el suicidio en las sociedades tiene que ver con la sensibilidad religiosa de sus culturas...

relotm dijo...

lamentablemente nuestro pais ha sufrido un proceso de laicismo cerril, sacando a Dios de la vida de los uruguayos a "prepo", creyendo que es posible vaciar de esperanza el corazón del hombre y tratar de llenarlo con cosas efímeras, que ayudan a la vida pero que son incompletas a la hora de dar respuesta a los problemas cotidianos, para los cristianos el sufrimiento tiene un sentido, nos hace madurar, ser mas comprensivos, mas humildes etc.matar la esperanza, es condenar a las personas al infantilismo haciéndonos vulnerables frente a la vida. La vida merece vivirse sea cual sea la circunstancia a la que nos veamos enfrentados, trabajemos, anunciemos, vivamos la esperanza cristiana.