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viernes, 22 de abril de 2011

¡VENGAN AL VERDÚN!




Hasta las 9 de la noche, cuando tendremos el Via Crucis por las calles de Minas o dentro de la Catedral si llueve, tengo un rato para contarles algunas impresiones de la fiesta grande del Verdún.



Después de la Misa de las 10 de la mañana estuve un rato saludando, saludando, saludando y agradeciendo tantísimas demostraciones de afecto. Y bendiciendo rosarios, imágenes de la Virgen y estampitas. Y recibiendo sorpresas: una chica –que luego fueron tres- con vestido largo de super fiesta de 15. Le pregunto por qué… - Porque le había prometido a la Virgen que si la fiesta salía bien iba a venir así, con el vestido. Y como salió todo bárbaro… - ¿Y vas a subir hasta arriba con tu vestido largo? No dice nada, pero su silencio equivale a un “¡obvio!”





Desde la Gruta que está en la base del Cerro, un incesante subir de gente hasta el Templete, que había empezado a las 7 de la mañana. Tuve que irme a eso de la una y volví a las 4 de la tarde. Las fotos hablan por sí mismas: la fiesta de la Virgen del Verdún es fiesta de familias enteras que llegan -termo y mate, mate y termo- a darle gracias a la Madre.



Al lado de la Gruta hay tres confesonarios que no paran de recibir penitentes. Fui hasta una carpa instalada a 100 metros de empezar la subida al Cerro. Estuve ahí dos horas y no paré un momento. – Padre, ¿me bendice a esta nena? Mi esposo y yo la adoptamos en el Pereira Rossell recién nacida y ya sabíamos que había nacido enferma. Ahora tiene 9 meses y mírela, pobrecita. ¡La queremos muchísimo! Se la traje a la Virgen, ¿sabe? – Padre, ¿me bendice?
– (Tiene unos diez años) ¿Cómo te llamás? Kevin. – Padre, ¿me puede bendecir? (Treinta años) ¿Cómo te llamás? Jonathan. – Padre… quiero que me bendiga. (¿?) – Yanina. Van pasando: Joanna, Franco, Derby, Yara… Tienen hambre de bendiciones.
A 10 metros, al costado del camino, veo una pareja joven: los dos se están calzando, después de subir y bajar con los pies desnudos. Cuando llegan a mi altura les pregunto: - ¿Qué le pidieron a la Virgen? – Que nuestro amor dure para siempre.
- ¡Padre! (El hombre tiene 50 largos). Deme su bendición, a ver si las cosas se me van arreglando. ¡Se lo dije todo a la Virgen, no me va a fallar!
- Padre, estas son las fotos de dos amigas que no pudieron venir; las dos están con cáncer y les dije que venía al Verdún a pedirle a la Virgen que las cure. ¿Me las bendice?
- Padre, bendiga a mis hijos. - ¿Y a ustedes? – Sí, claro, ¡llevamos 19 años de casados!
Viene otra pareja, maduritos los dos. - ¿Nos bendice? - ¿Se casaron?
– Todavía no, dice ella. Soy divorciada, pero antes no me casé por la Iglesia. ¿Verdad que ahora puedo? Él es soltero. – Sí, pueden, vayan a verme y hablamos. - ¿Viste? Yo te dije… Él no dijo ni pío.
– Padre, ¿puede bendecir a Matías? (Ella lo lleva en brazos). – Por supuesto. ¿Lo bautizaron? – Todavía no… -¿Ya se casaron? – Todavía no. – Bué, habrá que pensar en concretar, ¿no? – Y sí, seguro…
Dos horas, sin parar un momento. Llegaban a formarse colas de 5 o 6 personas para bendecir sus imágenes de la Virgen, los rosarios, las estampas… A las 7 y media de la tarde salía una luna tan llena que en cualquier momento iba a explotar. ¡Qué fin de fiesta! Verdún, la Virgen, el Uruguay real, católico hasta el hueso.



1 comentario:

Claudia dijo...

Gracias por compartir estas imagenes.
Saludos.