
Ayer recorrí avenida Italia, casi casi de punta a punta.
Dios te bendiga, Dios te bendiga, Dios te bendiga, en todas las columnas del cantero central, que son montones. Hoy, día de fiesta patria, caminé un rato por Ricaldoni, dándole la vuelta al Estadio:
Dios te bediga, Dios te bendiga, Dios te bendiga, en cada una de las columnas. Y anteayer pasé por bulevar Artigas, a la altura de la iglesia de Tres Cruces:
Dios te bendiga, Dios te bendiga, Dios te bendiga, también en el cantero, también en cada farol. Y Dios me bendijo, además, desde la tapa de un container de la basura.
Me dijo alguien, hace unos días: -¿Sabe que esos letreros los pintó un tipo que estuvo en la cárcel y salió hace poco, y lo hace como señal de arrepentimiento?
No, no lo sabía. Tampoco sé si el dato es posta-posta. En todo caso, por más que el saludo sea óptimo y buena la intención, tengo dudas sobre el medio que ha empleado el hombre...
1 comentario:
Sí, estoy de acuerdo. Son nuestros actos los que nos definen.
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