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jueves, 12 de junio de 2008

BAUTISMOS Y EMOCIONES


El bautismo de los cuatro niños fue encantador, la verdad. (En la foto de arriba, Sofía con Tomás; Lola y Pablito; Carolina y Tomás. En la otra, Esther mira sonriente a Jacinta, en brazos de su madrina). Encantador y emocionante, la verdad también. Tanto que el sacerdote que lo administró, después de agradecerle a Dios la gracia de que estas criaturas sean ya, realmente, hijos suyos, y de mencionar que en sus casi 35 años de sacerdocio era la primera vez que bautizaba durante la celebración de la Santa Misa, y de referirse a la coincidencia de los nacimientos de tres de los niños casi en el mismo día, y al pedido que tres de las mamás le hicieron para que los bautizara el domingo 8 de junio... Bueno, después de tantas emociones tuvo que internarse él en el hospital , atacado por un bronco espasmo muy bien logrado, que le obligó a pasar dos noches ahí.


Fue una experiencia nueva, con la que comprendió, por experiencia personal, lo que una vez escuchó decir a San Josemaría Escrivá, delante de miles de personas, a una enfermera que le había consultado algo acerca de su trabajo profesional: "Quiero de modo muy particular a las enfermeras. Me parecéis, en medio del mundo, algo extraordinario. Sabéis sonreir cuando tendríais que estar ya cansadas y molestas. Sabéis tener delicadezas de madre, con gente que realmente os es extraña. ¡Dios os bendiga! Pensad que estáis sirviendo a la familia de Nazaret, que aquel enfermo es Cristo. O que es la Madre de Dios. Trátamelos con cariño, con cuidado, con delicadeza. Que no les falte nada; sobre todo, los auxilios espirituales. Prepáralos bien. ¡Dios te bendiga! Bendigo a todas las enfermeras de todo el mundo". Se lo merecen, doy fe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Jaime, hoy te dejo un fragmento de una hermosa canción de mi amigo Joan.
Viene al caso.

"A menudo los hijos se nos parecen,
y así nos dan la primera satisfacción;
ésos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, (dicen) que hay que domesticar"



Estos bebes algún día también van a crecer y a buscar su camino.
Como todos.


¡Saludos!