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sábado, 10 de mayo de 2008

CUANDO ESTUVO EL PAPA (III)

Ayer estuve en Salto. Fue una coincidencia: yo no esperaba poder participar en un acto, en el que se recordó la Misa que celebró allí Juan Pablo II hace veinte años. Del acto les contaré mañana. De lo que pasó en Salto hace dos décadas, en cambio, sólo hay que decir que allí nos convocó a llevar a cabo una misión que es más actual aún que entonces: la "nueva evangelización del Uruguay". Vale la pena leer y meditar la homilía del Papa: pienso que nunca antes ni después "desmenuzó" tan claramente como en Salto, el contenido de la que debe ser una evangelizació "nueva en su ardor, nueva en sus métodos y nueva en su expresión".
Dijo, por ejemplo: “El renovado ardor apostólico que se requiere en nuestros días para la evangelización, arranca de un reiterado acto de confianza en Jesucristo: porque El es quien mueve los corazones; El es el único que tiene palabras de vida para alimentar a las almas hambrientas de eternidad; El es quien nos transmite su fuego apostólico en la oración, en los sacramentos y especialmente en la Eucaristía. “He venido a traer fuego a la tierra, ¿y qué quiero sino que arda?” (Lc 12, 49). Estas ansias de Cristo siguen vivas en su Corazón”.
De Salto, al aeropuerto de Carrasco. Se despedía el Papa, feliz y conmovido. Nos conmovió a todos:
"Gracias, pueblo de Uruguay, por la hospitalidad que has dado al Papa y por la acogida que has reservado a su palabra de sembrador de esperanza evangélica! Sé que cuando parte un amigo, vosotros tenéis la costumbre de despedirlo deseándole lo mejor:
¡Que seas muy feliz! Vosotros lo deseáis también a este peregrino que ahora se despide y yo correspondo de verdad con este mismo deseo por mi parte: ¡Uruguay, que seas muy feliz!





1 comentario:

Anónimo dijo...

Juan Pablo II es el hombre más importante del siglo XX,y quizás uno de los más sobresalientes de toda la Historia.Los días que transcurrieron tras su muerte así lo atestiguan.
Es la imagen del Señor.
Es nuestro ejemplo, es nuestro modelo.
Lo admiro.