
Uno se pregunta si esto del humo de Buenos Aires que nos invade es una cortina... de humo, que intenta tapar cosas más graves. Uno se pregunta si la humareda de estos días es una metáfora de... ¿de qué? Una persona me decía ayer que sí, que es la ocultación de la verdad de lo que somos, que es una representación única de la falta de diálogo y de la oscuridad que hay en las relaciones interpersonales que domina nuestra convivencia, que es la revelación de... no sé cuántas cosas más. Era de un argentino el comentario, claro.
¿Tendrá razón? En otro plan, el de Roberto me conmovió: -Es un ensayo, Padre, nada más un ensayo. -¿...? - ¡De qué va a ser!... ¿No se enteró que se viene el 24? -¿...? -¡Pero usté dónde vive?... ¡El final, el final, el final! ¿No se acuerda que se lo dije el mes pasado? -Sí, que era el 19 de marzo, y estamos en abril, y no... -¡Porque se suspendió! Pero ahora va en serio, ¿no ve que el humo es el anuncio? ¡Hay que prepararse, Padre!
Roberto es un rayadito encantador, que me viene anunciando el fin desde hace 6 o 7 años. Bueno, a ver qué pasa, a ver si llueve y pasa el humo, digo yo, si me permiten, no sé qué piensan. ¿Será una metáfora?
2 comentarios:
Una metáfora bastante chamuscada, seguro.
Me parece que es una metáfora de lo que se podría hablar en la siguiente reunión en La Haya, cosa que no creo que hagamos porque a los uruguayos nos gusta que nos pasen por arriba. O, viéndolo desde otro lado más positivo, somos más tranquilos y tenemos ese sentimiento de fraternidad con los argentinos.
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