
Me habló con orgullo del cuerpo al que pertenece, el "más importante de la Policía", y del entrenamiento que ha recibido: estuvo un año en Chile y unos meses en Argentina. En Chile debió aprender a escalar montañas y a aguantar el frío en la nieve. Estuvo dos meses en el desierto y perdió 20 kilos de peso: porque se perdieron, él y su grupo. -¿Y el jefe? -Dejó que nos perdiéramos, para hacernos fuertes. En Argentina hizo un curso para abrir puertas con explosivos y tiene que hacer otro que pinta mucho más duro: hay electricidad de por medio, hay picanas...
- Lo nuestro es vocacional, se imagina. Pero una vez que se pierde el miedo, se puede enfrentar a cualquier cosa. Eso sí, el entrenamiento no se puede perder, si no...
Hablábamos ayer de esto, porque la idea es que, para ser apóstoles, (es el fin de la Confirmación), hay que aprender la enseñanza de la Iglesia lo mejor que se pueda y vivir entrenados. Porque si no...
1 comentario:
Excelente fotografía. A ésta podría añadírsele la que usa Eresfea para postear.
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