Páginas

viernes, 7 de marzo de 2008

¡PODEMOS!


Porque ¡podemos!... ¡podemos! Esto del lenguaje tiene gracia, no me digan. Lo primero es el verbo: "yo puedo, tú puedes... ¡nosotros podemos!" Podemos, sobre todo, podar. Entonces... ¡podemos! "Yo podo, tú podas... ¡podamos!"
El título de este blog, A VER QUÉ HACEMOS, es una invitación a hacer algo para mejorar el mundo. Y se me ocurre que más urgente que cuidar el calentamiento global, es que yo me preocupe (yo, tú... nosotros) por podar de mi vida los sarmientos secos.
Uno de ellos es la desmedida afición uruguaya -¡soy uruguayo!, que conste- a la nostalgia. Esta sí que necesita poda: para que el "¡podemos!" enérgico, necesario para alcanzar metas valiosas, sea una realidad.
La poda de la nostalgia no tiene una estación preferida, como los árboles. Tiene una noche, la del 24 de agosto, que se ha hecho célebre. Pero no hablo de ésta. Me refiero a la nostalgia que, sinceramente mirada, es hermana casi melliza de la pereza. A esa estoy tratando de no dejarla ni respirar; se resiste, pero de a puchitos le gano espacios. Y ¡puedo! Me siento contento, estoy mejorando el mundo.




No hay comentarios: